Según los datos divulgados el viernes por el Instituto Nacional de Estadísticas, el poder de compra se incrementó 4,6% en términos interanuales durante agosto, acelerándose frente a los últimos meses.

Si bien el crecimiento nominal de los salarios fue menor con relación al observado en lo que va del año, en tanto el índice medio de salarios se expandió 8,9% interanual (durante el primer semestre las variaciones siempre fueron superiores al 10,5%), la moderación de la inflación (hoy ubicada en torno a 4,1%) fue lo que habilitó esa expansión de 4,6% para la capacidad de compra.

De esta manera, el nivel del salario real se ubica ahora por encima de la referencia prepandémica, en línea con el compromiso político asumido de llevar el salario a los niveles vigentes en 2019 (que no implica, naturalmente, recuperar lo que se perdió durante estos últimos tres años).

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El poder de compra aumentó más dentro de la órbita del sector público (5,5% interanual) que dentro del sector privado (4,0%). Al interior de este último, y manteniendo la perspectiva interanual para la comparación, destaca el incremento registrado para el sector de la salud (5,9%), la construcción (5,6%), y hoteles y restaurantes (5,6%). En menor medida, el salario real aumentó dentro del resto de los sectores relevados. Dentro del sector público el aumento también fue generalizado, destacándose en particular el incremento para el gobierno central.

Más allá de la dinámica concreta del mes de agosto, la recuperación de los salarios ha sido muy heterogénea y son varios los sectores que todavía exhiben un importante rezago para alcanzar los niveles prepandemia.

En particular, la situación es compleja para el sector de restaurantes y hoteles, cuya recuperación –tardía– continuará condicionada por el magro desempeño que es esperable a la luz del encarecimiento relativo de nuestra economía y de su impacto en el turismo y en los incentivos a realizar el gasto fuera de las fronteras nacionales.