A raíz de la presentación que hará esta semana el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) sobre la situación fiscal y las perspectivas macroeconómicas, la consultora Exante divulgó una nueva radiografía del sector público, con el objetivo de contribuir a la discusión y aportar en la dirección de un debate informado. El informe, que está disponible en la página web y sistematizado en Twitter, aborda la situación actual de las cuentas públicas y su eventual trayectoria.1

Si se excluye el llamado efecto cincuentones,2 2022 cerró con un déficit de 3,4% del PIB, el nivel más bajo desde 2017. Esto supone, con relación al año pasado, una mejora equivalente a 0,7% del PIB. La corrección tuvo lugar al comienzo del año y se fue diluyendo hacia el final. En particular, el rojo de las cuentas públicas se incrementó en casi 1% del PIB durante los últimos tres meses, reflejando una “caída relevante de los ingresos de la Administración Central, un aumento de las inversiones y un aflojamiento del resultado primario corriente de las Empresas Públicas”. En efecto, la recaudación fue perdiendo fuerza y se frenó durante los últimos meses, al tiempo que varias partidas del gasto exhibieron un aumento.

Foto del artículo 'Análisis de Exante: ¿cómo evolucionaron las cuentas públicas en 2022?'

En ese sentido, destacan que el aumento de la inversión pública fue “fuerte y generalizado” entre las distintas reparticiones del sector público, aunque operó sobre niveles muy bajos cuando se mira la evolución de la serie desde una perspectiva más larga. En concreto, la inversión medida en relación al PIB aumentó en tres décimas con relación al año pasado, y se encuentra ahora en el mismo nivel que tenía en 2019.

Por su parte, el resto de los gastos del sector público, también medidos con relación al PIB, “preservan una corrección relevante” respecto de los umbrales prepandémicos. En el caso de las remuneraciones, los datos al cierre del año pasado pautaron una caída en términos del PIB del entorno de 0,3% frente a 2021 y de 0,5% frente a 2019. En la misma línea, las pasividades también se encuentran por debajo de esas dos referencias, aunque las distancias son levemente mayores (0,5% con relación al año pasado y 0,6% respecto del nivel de 2019). Los gastos no personales, por su parte, registran un incremento al compararlos con el nivel prepandemia (0,3%), pero una reducción con relación al cierre de 2021 (0,6%). El panorama se invierte cuando se consideran los datos netos del Fondo Covid. Por último, las transferencias se redujeron tres décimas del PIB, tanto en la comparación con 2019 como con 2021.

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Tomando 2022 en su conjunto, “la reducción de gastos en relación al PIB de la Administración Central fue el principal determinante del mejor resultado primario”, señala el informe. Sobre este punto, la no repetición de los gastos asociados a la covid-19 fue clave, y se estima en el entorno de un punto del PIB.

En lo que refiere a las empresas públicas, se constató una contribución menor respecto de la observada durante el año pasado, estimada en el orden de 0,4% del PIB. Esto estuvo asociado, según indican desde Exante, a la disminución en el resultado de UTE, que ya no recoge las ganancias extraordinarias asociadas a la exportación de energía que tuvieron lugar durante 2021. Asimismo, la reducción anual de la brecha fiscal reflejó la menor incidencia de los intereses, especialmente en lo que refiere a la órbita del Banco Central del Uruguay.

Hacia adelante, la última Rendición de Cuentas anticipa una reducción adicional del déficit para este año, que caería al entorno de 2,7% del PIB. A estos efectos, será importante evaluar cuál terminará siendo la magnitud asociada a las rebajas anunciadas para el IRPF y el IASS, qué trayectoria tendrán los salarios y las pasividades a la luz del compromiso de su recomposición real, qué pasará con el incremento de la inversión y cómo cerrará el balance energético ante la sequía que el país está atravesando.

La recaudación en diciembre

Según informó la semana pasada la Dirección General Impositiva, la recaudación bruta cayó 0,2% interanual durante diciembre, en tanto que la neta, que descuenta la devolución de impuestos, se contrajo 1,1%. En ambos casos se consideran los datos en términos reales, es decir, descontando el efecto correspondiente a la inflación. No obstante, en el acumulado del año la recaudación aumentó 5,4% real.

En el caso del IVA, la recaudación retrocedió 4,6% con relación a diciembre de 2021, mostrando también un incremento al considerar el acumulado del año en su conjunto (5,3% real). También dentro de los impuestos al consumo, el Imesi mostró una expansión desde ambas perspectivas: 12,3% en términos interanuales y 3,5% en el acumulado del año.

En la órbita de los impuestos a la renta, la recaudación del IRAE fue 1,4% menor que el mismo mes del año pasado, pero también presenta un avance cuando se considera conjuntamente lo sucedido en el correr del año (4,8%). Para el IRPF, los datos agregados señalan un incremento interanual de 2% y un crecimiento anual de 6,3%. Dentro de este impuesto, la recaudación asociada a la categoría I (capital) se retrajo casi 5% frente a diciembre de 2021, pero cerró el año con un crecimiento acumulado del orden de 16,2%. En el caso de la categoría II (trabajo), esas cifras fueron 3,6% y 4,4%, respectivamente.

Por otra parte, los ingresos provenientes del IASS fueron 5,9% mayores que en el mismo mes del año anterior, pero el avance anual fue bastante modesto, con una expansión de apenas 0,7%. Por último, la recaudación asociada a los impuestos a la propiedad, considerados conjuntamente, aumentó 9,1% interanual y 4,8% en el año. Desde esta última perspectiva, el mayor avance correspondió al impuesto a las transmisiones patrimoniales, que acumuló un avance anual de 13,7%.


  1. Radiografía del Sector Público, Exante. 

  2. Excluye los ingresos correspondientes al Fideicomiso de la Seguridad Social.