Uruguay ha tenido un desempeño regional mediocre tras la pandemia. El crecimiento económico entre 2019 y 2023 apenas alcanzó el 2,7%, uno de los registros más bajos de la región. Por su parte, se registró un aumento en la desigualdad, de 1,2 puntos porcentuales (pp) en el índice de Gini, lo que posiciona a Uruguay como un caso minoritario en una región donde la concentración del ingreso ha tendido a reducirse en los últimos años.

Estos resultados poco alentadores en el panorama regional reflejan no sólo una recuperación limitada, sino también un retroceso en términos de equidad social, contrastando con otros países sujetos a shocks similares (pandemia, guerras o fenómenos climáticos), como Brasil, Chile, Paraguay o Perú, que lograron, pese a esto, combinar mayor crecimiento con mejoras distributivas.

El contexto

¿Qué muestran los gráficos?

Los gráficos analizan dos indicadores fundamentales para comprender el desempeño económico y social de los países: el producto interno bruto (PIB) y el índice de Gini.

El PIB refleja el valor total de lo producido en bienes y servicios, y su crecimiento sostenido suele estar vinculado a mejoras en la calidad de vida de la población. El índice de Gini, por su parte, se puede utilizar para medir la distribución de los ingresos y es utilizado como indicador del nivel de desigualdad en una sociedad. Un valor más bajo del índice significa menor desigualdad, mientras que un valor más alto refleja una mayor disparidad en la distribución de los ingresos.

Estos indicadores ofrecen una visión integral para evaluar dos dimensiones fundamentales de la discusión económica: el crecimiento económico y la distribución de sus beneficios. Además, el enfoque comparativo a nivel regional permite analizar las particularidades de cada país en relación con otros que enfrentan shocks similares.

Los gráficos, concretamente, muestran la variación de estos indicadores entre 2019 y 2023, período que permite analizar la evolución del conjunto de países seleccionados antes y luego de la pandemia.

¿Qué sucedió con la evolución de la actividad económica tras la pandemia?

La región arrastra una década de crecimiento económico débil, una tendencia que se ha mantenido tras la pandemia. En este contexto, Uruguay tuvo un desempeño particularmente modesto, con un crecimiento de apenas 2,7%, muy por debajo del promedio regional. Este resultado contrasta con otros países que, aunque no recuperaron el dinamismo de años anteriores, lograron una recuperación más vigorosa en la pospandemia. Colombia lidera este proceso con un crecimiento del 11%, seguida por Paraguay (8,2%), Brasil (7,5%) y Chile (6,9%). Perú y Argentina crecieron un 3,1% en el mismo período, aunque el país vecino enfrenta una prolongada crisis económica, que se agravó especialmente durante el primer semestre de 2024.

¿Cómo evolucionó la desigualdad durante estos años?

Un valor positivo en el gráfico del índice de Gini (derecha) indica un aumento de la desigualdad entre 2019 y 2023, mientras que un valor negativo señala una reducción de la desigualdad en ese período.

A pesar de que la región continúa siendo una de las más desiguales del mundo, con altos niveles de concentración del ingreso, los índices de desigualdad tendieron a disminuir después de la pandemia. Uruguay es uno de los países con menor desigualdad de la región. Sin embargo, entre 2019 y 2023 el índice de Gini empeoró en 1,2 puntos porcentuales, siendo uno de los pocos países, junto con Colombia (+2,4 pp), que vio un aumento en la desigualdad durante este período.

En conjunto, los datos muestran una recuperación desigual en la región, marcada por diferencias en la respuesta de los países frente a los desafíos que trajo consigo la pandemia. En estos últimos años, Uruguay se encuentra en una posición poco confortable, con un crecimiento económico entre los más bajos de la región y un aumento en la desigualdad, que contrasta con lo que ocurre en los países vecinos, donde, en su mayoría, la desigualdad ha tendido a reducirse.