Según la última actualización del indicador de precios fronterizos (IPF), Salto está actualmente 97,4% más caro que Concordia. Como era esperable, dada la trayectoria de los precios en Argentina y la relativa estabilidad reciente del dólar blue, la diferencia de precios se redujo significativamente en enero.
En efecto, la brecha de precios medida a partir de este indicador había alcanzado su registro más alto en setiembre, cuando ascendió a 180,2%, en el marco de la incertidumbre generada por la promesa de la dolarización y la consecuente disparada del dólar paralelo. Luego de esa sobrerreacción cambiaria, y a medida que esas discusiones se fueron dilatando, la brecha de precios fronterizos cayó y se situó en el entorno de 157% durante noviembre.
Posteriormente, la inflación argentina comenzó a recoger el impacto asociado al aumento del tipo de cambio y el país se encareció en términos relativos. La inflación mensual pasó de 12,8% a 25,5% entre noviembre y diciembre, y la inflación interanual saltó de 160,9% a 211,4%. En nuestro país, por el contrario, la inflación permaneció relativamente estable en el entorno del 5% y el tipo de cambio no experimentó movimientos pronunciados. En síntesis, Argentina se encareció en los últimos meses, pero sigue siendo mucho más barata que Uruguay.
Brechas por categoría
En el caso de los alimentos y las bebidas no alcohólicas, que es la categoría con mayor peso en la composición del IPF, la brecha cayó de 144,2% a 93%. De esta manera, la diferencia vuelve a ser menor al 100% por primera vez desde mediados de 2021. Cabe destacar que, a julio de 2022, el diferencial llegó a superar el 200%.
Para la división que releva los precios de las bebidas alcohólicas y los cigarrillos, el último dato pautó también una reducción importante, aunque la brecha se mantiene por encima del 150%. La distancia entre los precios es mayor en el caso del vino (187%), los cigarrillos (187%) y la cerveza (181%).
En el mismo sentido se corrigió la brecha correspondiente a las prendas de vestir y el calzado, una división que ha mostrado registros sistemáticamente más bajos que el resto, con diferenciales que han sido incluso negativos (más barato Salto que Concordia). Al mes de enero, la brecha estimada fue de 47,1%, reduciéndose casi 30 puntos porcentuales con respecto al pico de setiembre.
Por su parte, en lo que refiere a los productos del hogar, el diferencial de precios cayó casi 100 puntos porcentuales desde noviembre, pasando de 218,3% a 119,5%. Más allá de esto, las diferencias siguen siendo superiores al 200% en artículos como los jabones de limpieza en polvo y en barra, o los suavizantes.
Más importante fue la reducción de la brecha correspondiente a la nafta y el gasoil. En el primer caso la diferencia pasó de 177% a 66%, y en el segundo de 290% a 103%. Para el caso de la nafta ha sido clave la reducción del Imesi, dado que, en ausencia de esta medida, el diferencial sería de 176%.
Dentro de la categoría residual, que nuclea bienes diversos, destacaron las brechas correspondientes a jabón y gel de ducha (202%), desodorante (264%) y champú (124%). Por último, la brecha de precios entre Salto y Concordia se ubicó en torno a 154% en el caso de las comidas fuera del hogar, lo que implicó un descenso de 43 puntos frente a la medición de noviembre.
Sobre el indicador
El IPF releva el precio de 60 bienes (no se consideran servicios) en grandes superficies y tiendas de referencia. Para su elaboración se considera el precio comprador contado en efectivo, incluyendo los impuestos. El relevamiento se realiza directamente de las góndolas y por entrevista a informantes en los lugares de venta seleccionados. Metodológicamente, el IPF replica y adecua las ponderaciones utilizadas por el Instituto Nacional de Estadística para el cálculo del índice de precios del consumo. Por último, la referencia cambiaria es el dólar blue promedio publicado por Ámbito. La elaboración del IPF está a cargo de las economistas María José Medin y Gimena Abreu, que trabajan en el Campus de Salto de la Universidad Católica del Uruguay.