El dato
El debate público de los últimos días se ha centrado en torno a los datos publicados por la consultora Exante referidos a la evolución de los ingresos de los hogares desde 2019 a 2023, con base en la Encuesta Continua de Hogares (ECH) publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En este sentido, si la población se ordena desde los hogares más pobres (izquierda) hacia los más ricos (derecha), y se los aglutina en grupos iguales de 20% (quintiles), se constatan dos fenómenos. Primero, se observa un patrón de crecimiento regresivo, en el que la situación es peor cuanto más bajo es el nivel de ingresos del hogar. Segundo, los ingresos de los hogares en 2023 solamente mejoraron para el 20% de mayores ingresos, lo que implica que cayeron para el restante 80% respecto de 2019.
El contexto
¿Qué muestran los datos presentados por Exante?
En los últimos días la consultora Exante presentó una placa que muestra la distribución de los ingresos promedio de los hogares sin valor locativo, a nivel general y por quintiles de ingreso (esto es, ordenando la población en cinco grupos del mismo tamaño según el nivel de ingresos).
De este análisis, realizado a partir del procesamiento de los microdatos de la Encuesta Continua de Hogares (ECH), se desprende que el ingreso promedio de los hogares creció 0,8% entre 2019 y 2023. Por otra parte, al analizar la población desagregada por quintiles de ingresos, se observa que el ingreso real del 80% de los hogares estuvo en 2023 por debajo del nivel de 2019. Solamente el 20% de mayores ingresos está en una posición mejor que la de aquel año, y es el desempeño de estos hogares lo que explica el crecimiento general de 0,8%.
¿Qué elementos pueden explicar este desempeño?
Los datos que presentó la consultora son consistentes con la evolución de la pobreza y la desigualdad. Los ingresos del primer quintil, donde se encuentran los hogares pobres, sufrieron la mayor pérdida, 2,4% respecto a 2019. Esta caída pronunciada en los ingresos de los hogares del primer quintil es consistente con el hecho de que la pobreza todavía se encuentre en niveles superiores a los registrados en 2019. En efecto, la pobreza afectó al 8,8% de las personas en 2019 y al 10,1% en 2023.
Por su parte, la evolución regresiva de los ingresos de los hogares registrada entre 2019 y 2023 que muestran los datos de Exante está alineada con el aumento de la desigualdad que registran el índice de Gini y el ratio entre el 10% de mayores ingresos respecto al 10% de menores ingresos, ambos indicadores publicados meses atrás por el INE.
Durante esta administración de gobierno no hubo políticas de ingresos destinadas a mejorar la situación de los hogares de menores ingresos de forma sustantiva y permanente, más allá de las instrumentadas de forma temporal para paliar los efectos sociales durante la pandemia. La política salarial fue neutra, en el sentido de que no priorizó a ciertos grupos de la distribución del ingreso. Las pautas salariales no incorporaron ajustes diferenciales para las categorías más bajas, y el salario mínimo nacional (SMN) evolucionó en línea con el salario medio. Lo mismo sucedió con las jubilaciones y pensiones mínimas. Por otra parte, más allá de lo implementado durante la pandemia, los aumentos otorgados de manera permanente a ciertas prestaciones sociales fueron de magnitud reducida.
¿Qué pasó durante el primer ciclo progresista?
Durante el primer ciclo progresista los ingresos de los hogares, medidos per cápita y con valor locativo, publicados por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides) con base en la ECH del INE, experimentaron variaciones importantes según los quintiles de ingreso. Si se mira el promedio de crecimiento acumulativo anual (a. a.) entre 2006 y 2019 por quintiles, el 20% más pobre exhibió un incremento de 5,5% a. a. en sus ingresos, mientras que el quintil 2 experimentó un aumento de 4,7% a. a. Por su parte, el quintil 3 registró una mejora de 4,1% a. a. y el quintil 4 tuvo un crecimiento de 3,6% a. a. En contraste, el 20% más rico registró un incremento de 2,3%.
Estos datos indican que, si se analiza todo el período, considerando las variaciones punta a punta, los hogares con menores ingresos experimentaron un crecimiento más importante en comparación con los hogares de mayores ingresos. Por su parte, si se analiza únicamente el último subperíodo del ciclo, de 2015 a 2019, en el marco de la crisis regional en Argentina y Brasil, y con menores precios de los principales productos de exportación, Uruguay logró mantener un patrón de protección de los ingresos de los hogares de los quintiles más bajos, pese al magro desempeño económico.
Durante todo el ciclo progresista los hogares de menores ingresos y las capas medias se vieron particularmente favorecidas por las políticas de ingresos: Consejos de Salarios, SMN, jubilaciones y pensiones mínimas, reforma tributaria, transferencias a hogares de menores ingresos en el marco del plan de equidad y reforma de la salud, entre otros.
¿Qué se puede esperar si se incluye la dinámica durante el primer trimestre de 2024?
El oficialismo respondió a los datos difundidos por Exante señalando que “son viejos” y argumentó que durante el primer trimestre de este año se observa un aumento significativo de los ingresos de los hogares. Sin embargo, deben realizarse dos consideraciones al respecto.
En primer lugar, en cuanto a la naturaleza de los datos. Los microdatos públicos más recientes que permiten hacer el análisis por quintiles corresponden a 2023. Además, para realizar un análisis de este tipo, resulta más adecuado utilizar datos anuales, ya que los ingresos tienden a mostrar una mayor estabilidad. Los datos trimestrales pueden ser muy volátiles y susceptibles a fluctuaciones. Adicionalmente, comparar entre distintos trimestres ignora la existencia de la estacionalidad presente en este tipo de variables, lo que distorsiona su análisis.
En segundo lugar, con relación a los resultados. Efectivamente, el promedio de los ingresos de los hogares publicado para el primer trimestre de 2024 muestra un crecimiento de 5,7% respecto del mismo trimestre de 2019. Sin perjuicio de ello, para el análisis distributivo, hasta tanto no se cuente con los microdatos anuales de 2024, es relevante observar qué pasó con la mediana de los ingresos; esto es, con la evolución del ingreso del hogar que se encuentra en la mitad de la distribución. La mediana tiene la virtud de no estar influenciada por lo que pasa en los extremos, en particular con lo que pasa en la parte más alta de la distribución.
En ese sentido, la mediana de ingresos muestra un crecimiento de apenas 0,8% entre el primer trimestre de 2019 y el primer trimestre de 2024, lo que refuerza la idea de que el crecimiento del ingreso de los hogares durante el actual período de gobierno se concentra en la parte alta de la distribución.