La canasta de frutas y hortalizas

Además de la medición tradicional de la inflación que hace mes a mes el Instituto Nacional de Estadística (INE), existen otras medidas alternativas que dan cuenta de la dinámica de los precios en nuestro país.

Entre ellas, vale la pena detenerse sobre la evolución del “valor kilo canasta” (VKC) que elabora la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM). Este valor surge de sumar los precios promedio mensuales de los 30 principales productos ponderados de acuerdo con su incidencia en los ingresos a la UAM.

Según el último informe, que corresponde a febrero, el VKC aumentó 8,9% en términos mensuales, pasando de 44,1 a 48 pesos por kilogramo. El mayor aumento fue el del pepino (124%), seguido por el de la lechuga (95%) y la espinaca (85%).

Sin embargo, con relación al mismo mes del año anterior, este valor presentó una caída de 11,8%. Contrastando con esta referencia, la reducción se explicó por la retracción del precio del morrón rojo (51%), de la sandía (42%) y del tomate (41%).

Por último, al compararlo con el promedio de los últimos cinco años, se desprende que el VKC se sitúa en la actualidad 2,7% por debajo de ese umbral. Tomando esta referencia histórica, los precios más convenientes son hoy en día los del tomate (52% por debajo), el morrón rojo (49% por debajo) y el morrón verde (-42%). En contraposición, los precios que se ubican más arriba con relación al promedio del último quinquenio son los de la frutilla (43%), el limón (40%) y la espinaca (37%).

El relevamiento del MEF

Como complemento de lo anterior, la Unidad de Defensa del Consumidor, que opera dentro de la órbita del Ministerio de Economía y Finanzas, divulgó días atrás los resultados del relevamiento que hace mensualmente a través del Sistema de Información de Precios al Consumidor.

En breve, son 682 los establecimientos comerciales que se relevan en todo el país y que brindan información sobre 214 productos/marcas representativas de 85 artículos, dentro de los que se incluyen grupos de alimentos, bebidas, limpieza del hogar, cuidado personal y frutas y verduras. De esto surge que del universo considerado hay 128 artículos que aumentaron su precio entre diciembre y enero, siendo 1,7% el incremento promedio y 10,2% el aumento máximo (que en este caso fue el de la cocoa).

Por otra parte, 15 productos no registraron variación de precios en el período considerado, en tanto que 64 exhibieron una reducción que, en promedio, se ubicó en torno a 1,3%. El precio que tuvo la mayor caída en este caso fue el del tomate perita, que retrocedió 23,5% con relación al mes anterior.

Expectativas empresariales

El INE difundió el martes los resultados de su última encuesta de expectativas empresariales. Esta es una dimensión relevante, en tanto toma en cuenta la perspectiva de los agentes que participan directamente en la formación de los precios.

De acuerdo con el nuevo relevamiento, los empresarios mantienen su visión sobre la dinámica inflacionaria relativamente incambiada, anticipando una variación del 6% para el índice de precios al consumo durante este año. Extendiendo 12 meses más el horizonte de previsión, estas expectativas sugieren que la inflación saldría del rango meta y se situaría en torno al 6,5% en el año móvil que culmina en enero de 2027.

Cabe recordar que la inflación de febrero fue 5,1% interanual (0,7% mensual), afectada principalmente por el efecto de la reversión del programa UTE Premia, que este año se extendió entre enero y febrero (en contraste con años anteriores).

Los precios transables

Dentro de la canasta de consumo, la dinámica de los precios que son sensibles a la variación del tipo de cambio y a los vaivenes de los precios internacionales, denominados precios transables, se ha venido moderando recientemente, luego de haber escalado gradualmente durante el último año. En ese sentido, en marzo de 2024 el componente transable de la canasta de consumo aumentó apenas 1,8% interanual, mientras que en enero de este año esa variación fue cercana al 6%.

Al día de hoy, y en línea con la caída del tipo de cambio (que es del orden del 5% cuando se compara con el pico alcanzado el 19 de diciembre), este componente comenzó a moderar sus incrementos. La carne, por ejemplo, que es el típico precio transable, se contrajo en términos mensuales durante febrero. Si este fenómeno se prolongara –algo que no sería lo esperable dada la necesidad de corregir el “atraso cambiario”–, habría menores presiones sobre la trayectoria de la inflación en los próximos meses. De hecho, las expectativas de los analistas relevadas por el Banco Central apuntan a una depreciación gradual durante el correr del año, cerrando 2025 con una cotización en el entorno de los 45,5 pesos por dólar.