En Argentina, desde el lunes, personas físicas pueden comprar dólares en el mercado oficial sin restricciones ni recargos, luego de que el gobierno del presidente Javier Milei eliminara el cepo cambiario.

La economista y profesora agregada del Instituto de Economía Gabriela Mordecki explicó a la diaria que el cepo era “la imposibilidad de que los particulares pudieran comprar libremente dólares en el sistema bancario oficial”, lo que “había generado un desdoblamiento del mercado cambiario en una cantidad de cotizaciones distintas”. Hasta el lunes, únicamente se podían adquirir hasta 200 dólares mensuales a un tipo de cambio oficial.

Mordecki indicó que la prohibición no cae totalmente, ya que continúa vigente la restricción de compra de dólares con pesos en efectivo por ventanilla, limitada a 100 dólares mensuales; señaló que se “fija una banda de flotación” que “tiene un techo y un piso”. “El Banco Central [de la República Argentina, BCRA], si [el dólar] llega al techo, no lo deja subir, o sea, se obliga a vender, y si llega al piso, para que no siga bajando, se obliga a comprar; esa banda está entre 1.000 y 1.400 pesos argentinos por dólar”, profundizó.

La economista apuntó que, mientras el dólar oscile entre esos límites de la banda, el “BCRA no interviene, no gana ni pierde reservas”. Agregó que esto es en “consecuencia” de un acuerdo entre el gobierno argentino y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el que “el fondo se compromete a darle una asistencia a Argentina”, pero “no quiere que suceda lo que sucedió cuando le prestó al gobierno de [Mauricio] Macri”, cuando “esos fondos se gastaron en el mercado de cambios, para que el dólar no subiera”, ya que “si sube el dólar, eso pega directamente en la inflación”.

Por otro lado, si bien indicó que aún no pueden medirse los impactos, dijo que, a su parecer, existe un “temor” de que se repita el antecedente de 2015, cuando el gobierno de Macri también puso fin al cepo cambiario. En aquel entonces, recordó, “lo que sucedió fue que el oficial subió hasta lo que era el paralelo –la diferencia en esa época era mayor–, y durante los primeros dos años más o menos la cuestión estuvo bajo control”. Sin embargo, más tarde, “las cuestiones sobre el dólar fueron muy fuertes y se generó este préstamo [del FMI] y este gasto de divisas, que hizo que el sistema tuviera que dar marcha atrás y volver a poner el cepo en el gobierno siguiente [de Alberto Fernández]”.

Mordecki señaló que, en ese contexto, al principio “la relación era conveniente para que los argentinos vinieran a Uruguay”, pero más tarde esto desembocó en “una situación de crisis” en Argentina, y el “corolario” fue lo que sucedió en 2023, cuando hubo “una relación de precios muy negativa para Uruguay” que causó que no vinieran turistas; por el contrario, uruguayos viajaban al país vecino a hacer compras.

“Hay que esperar un poco a ver si realmente la situación queda como está ahora, más o menos en el centro de la banda, y ver qué pasa con la inflación”, advirtió. “Hay que ver qué sucede en abril cuando este nuevo régimen está activo, porque muchas empresas pueden ajustar sus precios simplemente por decir ‘vamos a prevenir que no nos agarre una suba grande y sobre todo las importadoras que dependen de la cotización para poder fijar sus precios”, remarcó la economista.

Impacto en Uruguay: más turismo e inversiones

Consultada sobre el impacto que puede tener en Uruguay, Mordecki subrayó que esto “viene por el lado de cómo evoluciona el tipo de cambio y la inflación”, ya que, actualmente, la “mayor relación comercial” con Argentina es el turismo. Mencionó que si los turistas traen efectivo porque compraron en un cambio en Argentina tendrán “el dólar más barato” y así “va a resultar más conveniente poder venir a Uruguay”.

Para la economista es importante que Argentina se estabilice para que mejoren los salarios, la economía crezca, y así sus ciudadanos puedan “venir a hacer más turismo”, que es una actividad que en el último tiempo quedó relegada a las personas de mayor poder adquisitivo. Además, apuntó que el fin del cepo “permite que los negocios en general entre Argentina y Uruguay vuelvan a mejorar en cuanto al comercio de bienes y otro tipo de transacciones que siempre hubo y que en estos años con el cepo se dificulta mucho más”.

Por su parte, el vicepresidente de la Unión de Exportadores, Facundo Márquez, destacó en diálogo con la diaria que, en primer lugar, ven con “mucha satisfacción” que Argentina esté “logrando los objetivos que el gobierno de Milei se había impuesto”, lo que se traduce en que el país vecino “va hacia una normalización” que a Uruguay “obviamente le favorece por varias razones”. “Nos favorece desde el punto de vista directo, en el flujo comercial directo con Argentina que tenemos, ya sea lo que es exportaciones nuestras para allá o importaciones desde Argentina para acá”, destacó.

A modo de ejemplo, Márquez señaló que anteriormente, cuando se exportaban bienes para Argentina, los importadores “tenían hasta 30 días para poder cambiar los pesos a dólares para poder pagarlo”, y ahora “eso se bajó a cero”, por lo que “afecta de forma muy directa”. A su vez, remarcó el hecho de que el BCRA puede intervenir, ya que “va generando de a poco confianza”.

Márquez también recalcó que “se habilitan las remesas”, o sea, “sacar dividendos para afuera”, lo cual hace que “Argentina pueda tener más condiciones para captar inversiones, y eso indirectamente siempre nos beneficia”. “Que vengan más inversiones a Argentina significa más inversiones a la región y siempre nosotros pescamos, somos captadores indirectos de inversiones que vienen a Argentina, ya sea por inversiones que pueden venir también a Uruguay, a la región”, detalló, y agregó: “Si a los argentinos les va bien, consumen, invierten, veranean acá en Uruguay”.

Márquez coincide con Mordecki en que es una situación a monitorear, ya que tiene que ver con la evolución del dólar. “El miedo podría haber sido [que] se abra el cepo y se dispare el dólar, y [entonces] habría un riesgo”, consideró; no obstante, precisó que “no es que se liberó totalmente”, sino que “existe una liberación del mercado con una cierta banda de flotación”.