El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) difundió días atrás los resultados de su última Encuesta Anual de Actividad Económica, caracterizando a las personas que en nuestro país ejercen la máxima autoridad a nivel empresarial. Concretamente, el informe disecciona las características de quienes asumen la responsabilidad en el proceso de toma de decisiones de las empresas, desagregando la información según sexo, edad, antigüedad en el cargo y nivel educativo.
Según el INE, “uno de los objetivos más importantes al momento de seleccionar este conjunto de dimensiones fue investigar sobre el grado de participación de las mujeres en el nivel más alto de las empresas”, una línea de análisis que emerge “en respuesta a la creciente demanda de información respecto a su participación en la actividad económica”.
Principales resultados
De acuerdo a los datos que surgen del relevamiento, el 26% de las empresas uruguayas tienen como máxima autoridad a una mujer y el 74% a un hombre. Al desentrañar estas cifras, buceando en el interior de las distintas actividades económicas, surgen resultados heterogéneos, dado que la mayor participación femenina en la toma de decisiones empresariales se concentra en los sectores de educación (76%) y salud (56%). En el caso de la industria, el comercio y el resto de los servicios, estas proporciones descienden al entorno del 20%, como se aprecia en el gráfico 1.
Por otro lado, se desprende de la encuesta que, proporcionalmente, las mujeres que ejercen la máxima autoridad tienen un nivel educativo más alto que los hombres (gráfico 2). Concretamente, el 70% de las mujeres que ocupan esas posiciones en el ámbito empresarial cuenta, como mínimo, con formación terciaria no universitaria, o un título de grado o posgrado universitario. En el caso de los hombres, esa proporción es 16 puntos porcentuales menos, ubicándose en torno al 54%. En ese sentido, casi la mitad de los hombres que ejercen la mayor autoridad en las empresas tienen estudios de primaria o secundaria como máximo logro educativo, casi 20 puntos más que las mujeres (30%).
A su vez, el INE segmentó la información para distinguir entre las diferencias que surgen al tomar el origen del capital como criterio de desagregación. En este caso, se definen las empresas de capital nacional como aquellas cuyo capital es propiedad enteramente de agentes económicos residentes. Si esa propiedad es de no residentes, al menos parcialmente, se consideran empresas de capital extranjero o mixto. Bajo este criterio, las mujeres que asumen la máxima autoridad cuentan con mayor participación en las empresas de capital nacional (donde representan el 27%) que en las empresas que poseen algún porcentaje de participación de capital extranjero (19%).
En esta línea, el INE también separó la información según el perfil exportador de las empresas. En este caso, los datos indican que las mujeres tienen una mayor participación en las empresas no exportadoras, donde representan el 27%. Para las empresas que tienen como destino el mercado externo, esa proporción se sitúa en el entorno del 18%.
Por otra parte, la encuesta también permite separar la información de acuerdo al tamaño de las empresas. En este caso, el INE consideró tres grupos: empresas con menos de 50 personas, empresas cuyo personal está entre 50 y 99, y empresas que emplean a 100 o más trabajadores. De esta perspectiva surge que, “si bien la participación de las mujeres como máxima autoridad es levemente inferior en las empresas con 100 o más personas ocupadas (22%) respecto a los otros dos grupos (26% y 27%), la escasa diferencia no permite inferir que las mujeres tengan más obstáculos para acceder al máximo cargo de responsabilidad en las empresas grandes que en las pequeñas”.
Finalmente, la información presentada permite caracterizar las diferencias de género según la edad que tienen las personas que desempeñan esos cargos de máxima responsabilidad empresarial y según la antigüedad que tienen ocupando esa posición. Con relación a esto, en ambos casos no surgen diferencias significativas entre hombres y mujeres.
Por un lado, las mujeres que ejercen la máxima autoridad a nivel de empresas tienen un promedio de 51 años, apenas menor que el de los hombres, que ronda los 54 años. En ambos casos, señala el INE, coinciden la media con la mediana.1 Por el otro, el promedio de años de antigüedad para las mujeres asciende a 12 años, mientras que en el caso de los hombres es de 15 años. La mediana, por su parte, es de 11 y 13 años, respectivamente.
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El promedio es el valor que resulta de sumar todos los valores y dividir el resultado por el número total de valores. La mediana, en cambio, es el valor que queda en el medio al ordenar los datos de menor a mayor. ↩