En línea con el resto de los organismos internacionales, el Banco Mundial revisó a la baja sus pronósticos de crecimiento para este año, producto de las tensiones comerciales y del aumento de la incertidumbre consecuente. En este marco, la economía mundial registraría este año su peor desempeño desde la crisis de 2008, excluyendo obviamente la caída que tuvo lugar durante 2020 producto de la pandemia. En ese sentido, advierte el informe, “las turbulencias han provocado que se reduzcan los pronósticos de crecimiento para casi el 70% de todas las economías, en todas las regiones y todos los grupos de ingresos”.
Concretamente, se estima que el PIB global crezca 2,3% este año, casi medio punto porcentual por debajo de la estimación realizada al comienzo del año. Si bien no está prevista una recesión mundial, “si se materializan las previsiones para los próximos dos años, el crecimiento mundial promedio en los primeros siete años de la década de 2020 será el más lento de todos los decenios desde los años 60”.
Perspectivas por grupos de países
Para las economías avanzadas, se espera una expansión promedio de 1,2% para este año, lo que supone un recorte de cuatro décimas frente a la estimación previa. El crecimiento de este grupo de países se aceleraría levemente hacia 2026 (1,6%) y 2027 (1,5%), pero también se trata de registros inferiores a los proyectados al comienzo del año. Detrás de este fenómeno pesa la corrección correspondiente a Estados Unidos, que crecería apenas 1,4% durante este año, casi un punto menos de lo previsto anteriormente (2,3%). Esto evidencia el daño autoinfligido asociado al recrudecimiento de la guerra comercial alentado por Donald Trump y su escalada arancelaria.
En la órbita de las economías emergentes y en desarrollo, el organismo alerta que el deterioro gradual de su desempeño lleva ya tres décadas, un fenómeno que queda plasmado al comparar los promedios anuales de crecimiento por década: durante los primeros diez años de este siglo, la tasa promedio fue del 6% anual, cayó al 5% entre 2010 y 2019, y se sitúa por debajo del 4% desde entonces.
Para este año, el crecimiento se moderará en casi el 60% de los países que forman parte de este universo, lo que dejará la tasa promedio en el entorno del 3,8%. De cara a 2026 y 2027, la estimación actual se ubica apenas una décima por encima, lo que evidencia que, en el mejor de los casos, el dinamismo no mejorará. En particular, el crecimiento estimado para China caería hasta 3,9% en 2027, una cifra que representa menos de la mitad del crecimiento anual promedio observado durante las cuatro décadas previas.
En el caso concreto de los países de ingreso bajo, el crecimiento previsto para 2025 asciende a 5,3%, lo que implica una revisión a la baja de 0,4 puntos porcentuales frente a lo que se estimaba hace algunos meses, pero una mejora con relación a 2024 (4,6%). A pesar de que las perspectivas apuntan a un crecimiento del entorno del 6% para el próximo bienio, el rezago relativo y los problemas estructurales podrían exacerbarse ante la fragmentación y el proteccionismo derivado del enfrentamiento entre las potencias y las tensiones geopolíticas subyacentes.
Las consecuencias de la desaceleración
Naturalmente, la desaceleración mundial “frenará los esfuerzos de las economías en desarrollo para impulsar la creación de empleo, reducir la pobreza extrema y disminuir las diferencias de ingreso per cápita con las economías avanzadas”.
A modo ilustrativo, los cálculos del organismo estiman que el ingreso per cápita en las economías en desarrollo crecerá 2,9% durante este año, lo que implica una caída de más de un punto si se compara con la expansión promedio registrada entre el 2000 y 2019.
Además, asumiendo que las economías en desarrollo (sin incluir a China) sean capaces de sostener un crecimiento general del PIB cercano al 4% (la tasa prevista para 2027), “tardarían unas dos décadas en volver a la trayectoria anterior a la pandemia en lo que respecta a la producción económica”.
Escenarios alternativos
El Banco Mundial estima que, si los enfrentamientos comerciales se redujeran y habilitaran la posibilidad de reducir los aranceles a la mitad (con respecto a los niveles vigentes a fines del mes pasado), el crecimiento mundial sería 0,2 puntos porcentuales más alto en 2025 y también en 2026 (hasta 2,5% y 2,6%, respectivamente). No es un cambio radical, pero, dado el estado de situación actual, todo suma.