Contexto

En mayo, la inflación cumplió dos años dentro del rango de tolerancia establecido por el Banco Central del Uruguay (BCU), siendo la primera vez que esto sucede desde que se adoptó el régimen de metas de inflación en nuestro país (inflation targeting). Cabe recordar, en este sentido, que el horizonte temporal de referencia para la política monetaria es justamente de 24 meses, que es el tiempo que se considera a efectos de evaluar su accionar.

En mayo, en particular, el índice de precios al consumo aumentó apenas 0,1% en términos mensuales y dejó el registro interanual en torno a 5,1% (0,3 puntos porcentuales por debajo de la medición correspondiente a abril).

En el caso de la inflación subyacente, que excluye de la medición el precio de frutas, verduras y combustibles, el registro de mayo se situó en torno a 5,8%, lo que evidencia la persistencia de las presiones inflacionarias más allá del dato puntual del mes. Dicho en otras palabras, la caída del precio de frutas y verduras, que en perspectiva interanual fue superior al 5%, contribuyó a moderar la inflación general durante el mes pasado, pero sin descomprimir las presiones subyacentes que operan sobre el núcleo de los precios. En efecto, la inflación subyacente está más cerca del techo del rango de tolerancia (6%) que de la meta concreta (4,5%).

Esto fue advertido por el Comité de Política Monetaria del BCU en su última reunión, que destacó que la inflación núcleo es “elevada” y “persiste”, lo que evidencia que “aún persisten rigideces que dificultan una desinflación más equilibrada”.1 En palabras del presidente del BCU, Guillermo Tolosa, esta es una situación que “nos incomoda”.

Además del impacto asociado a la caída del precio de frutas y verduras, la evolución reciente de la inflación también estuvo favorecida por los precios de los componentes transables de la canasta de consumo (que son los que se determinan en función de la oferta y demanda internacional y no por presiones domésticas), dada la caída que exhibió el tipo de cambio durante el correr del mes. A este respecto, y en el marco de una tendencia global de debilitamiento, la cotización del peso frente al dólar cayó 1,5% entre mayo y abril (considerando el promedio mensual).

Esto resulta problemático a la luz de los problemas de competitividad que arrastra la economía y que, entre otras cosas, derivaron en un conjunto de medidas orientadas a paliar la situación en la frontera con Brasil.2 De hecho, esta problemática está recogida dentro de la exposición de motivos que acompañó la última Rendición de Cuentas, en la que se advierte que la moderación de la inflación ha estado “fuertemente impulsada por la evolución de los precios transables de la economía” y que eso tiene un “impacto en materia de competitividad”.

Es por este motivo que el presidente del BCU se ha referido a la necesidad de lograr un proceso de desinflación “más simétrico” que no descanse solamente sobre la parte transable de la canasta que es sensible al dólar, sino que esté acompañado por una moderación también de las presiones locales sobre el sistema de precios (recogidas en la llamada “inflación no transable”).

Foto del artículo 'Precios, dólar y negociación salarial'

Perspectivas

La visión empresarial (I)

Según la última encuesta de expectativas empresariales a cargo de la consultora Exante, más del 60% de los ejecutivos encuestados espera que la inflación permanezca dentro del rango (3% a 6%), pese a que para el año que viene se observa un “menor anclaje de expectativas”, con el promedio de respuestas apuntando a cifras superiores al 6%. A pesar de esto último, cabe señalar que la “consolidación de la inflación efectiva dentro del rango meta en los últimos años ha contribuido a un cambio relevante frente a lo observado hasta 2022”. Concretamente, registros superiores al 8% se visualizan actualmente como “improbables”, cuando eran la norma hace algunos años.

La visión empresarial (II)

Según la última encuesta de expectativas empresariales realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que fue publicada el viernes, los empresarios esperan que la inflación permanezca en el entorno del 6% durante el próximo año y que se acelere al 6,5% en los 12 meses subsiguientes.

La visión de los analistas

Según surge del relevamiento realizado por el BCU durante mayo, los analistas anticipan una inflación de 5,4% para este año y de 5,7% para el próximo. Si bien estas proyecciones indican que la inflación permanecerá dentro del rango de tolerancia durante los próximos 24 meses, en contraste con lo que sugieren las expectativas empresariales capturadas por el INE, están lejos de converger hacia la meta del 4,5%.

Las proyecciones del Cinve

En su último informe, el Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) proyecta que la inflación continuaría dentro del rango durante este año, pero que su trayectoria oscilará “entre el límite superior y medio del rango meta”. Según estas estimaciones, la inflación cerrará este año en el entorno del 5,2% y se ubicará una décima más arriba hacia el cierre de 2026.

Inflación y salarios

Semanas atrás, en el contexto de un encuentro con entidades que operan en el mercado financiero uruguayo, Tolosa enfatizó la importancia de profundizar los esfuerzos para encauzar la inflación hacia el 4,5%, a efectos de proteger el poder de compra, fomentar el acceso al crédito en moneda local y reforzar la credibilidad macroeconómica del país.

Entre los desafíos pendientes, Tolosa destacó “el sesgo aún elevado y persistente de las expectativas de inflación, la asimetría en el proceso de desinflación, la elevada dolarización del sistema financiero y el bajo nivel de crédito en moneda nacional respecto al producto interno bruto (PIB)”.

Más recientemente, el presidente de la autoridad monetaria declaró que están trabajando conjuntamente con el Ministerio de Economía y Finanzas para que las pautas que guíen la próxima ronda de negociación colectiva sean consistentes con la meta inflacionaria, en el marco del proceso de desindexación que el ministro de Economía entiende como necesario para restarle inercia al fenómeno y consolidar avances adicionales en ese frente. En particular, señaló que “un salario real estable involucraría un aumento nominal de 4,5%”, en el entendido de que es un objetivo que se puede lograr “en menos de un año”.

El Cinve fue distinguido por sus pronósticos económicos

FocusEconomics, la empresa proveedora de predicciones macroeconómicas a nivel global, premió al Centro de Investigaciones Económicas (Cinve) como el mejor pronosticador del PIB para Uruguay en 2024, en el marco de los Analyst Forecast Awards 2025.

Esta premiación reconoce a los pronosticadores más precisos de los principales indicadores macroeconómicos en más de 100 países, a partir de la evaluación de un conjunto de instituciones y expertos que regularmente responden a su encuesta mensual “Consensus Forecast”.

Los pronósticos del Cinve son realizados por el Equipo de Coyuntura de la institución, coordinado por Fernando Lorenzo e integrado actualmente por Silvia Rodríguez y Federico Riella. Corresponde también destacar las contribuciones de Bibiana Lanzilotta y Adrián Fernández,(1) dado que forman parte del período de evaluación que comprende la premiación.

(1): “Profesor Adrián Fernández Poncet (1956-2024)”, la diaria.