Algunos de los que estamos dando vueltas por el campo de la educación desde diferentes lugares –sobre todo desde Formación Docente– desde hace un tiempo escuchamos resonar múltiples y variadas discusiones en relación con el estado de situación actual de la formación en educación en Uruguay, y con la Universidad de la Educación (Uned) como hito a alcanzar próximamente. Muchos nos estamos encontrando con el gran interrogante sobre su compatibilidad, sobre el hecho de si existen las verdaderas condiciones para que se reestructure el Consejo de Formación en Educación (CFE) hacia la Uned. Pero también, como colectivo de estudiantes nos hemos encontrado con largas discusiones sobre el camino andado y lo trabajado en las diferentes comisiones que existen en el ámbito del CFE: Comisiones de Carrera (CC), Comisión de Enseñanza y Desarrollo Curricular, entre otras.

Desde nuestra perspectiva estudiantil y de representación, nos vimos de repente haciendo un análisis sobre los hechos acaecidos hasta el momento, y llegamos a algunas conclusiones que consideramos interesantes para pensar y compartir: todo parecería indicar que el organismo que el CFE ha propuesto como ámbito de participación de todas las partes, las CC, apuntan a ser una antesala al cogobierno universitario por el que tanto alegamos los estudiantes. Pero otro interrogante que transversaliza la temática nos pone en falso: ¿qué cogobierno queremos? O, a un nivel de análisis más profundo, ¿hablamos todos de lo mismo cuando hablamos del deseo de una universidad autónoma y cogobernada? Concretamente, consideramos que la principal tarea de los órdenes organizados en cogobierno es tratar directamente los temas atinentes a la formación y resolver el diseño, el desarrollo y la evaluación de la formación, en la medida de su transcurso en el tiempo.

A su vez, consideramos que el cogobierno existe cuando un actor de la institución en cuestión, en representación de su orden (por lo tanto, de un colectivo), “fiscaliza” al otro ante la toma de decisiones y resoluciones que sea necesario llevar a cabo respecto de la formación y la institucionalidad en general.

¿Cuál es el punto de pensar el aporte de las CC como previatura al cogobierno? Tal como las CC están ordenadas en cuanto a su jurisdicción, con representación de los tres órdenes (estudiantes, egresados y docentes), creemos que no sería sensato descalificar todo lo andado con una propuesta de cogobierno que transforme sustancialmente a las comisiones. Ello sería desconocer los años de trabajo realizados desde que el acta 1 de la resolución 35 del CFE, con fecha 30 de enero de 2014, que dispone y aprueba la conformación de las CC. Por lo tanto, nos proponemos pensar qué mecanismos que forman y hacen a las CC sería conveniente mantener, y qué otros convendría modificar, agregar, sustraer, o bien, hacer operativos.

Reflexionando respecto de ese último punto, intuimos que por una cuestión de asimilación y posterior instalación de procesos institucionales, hasta el momento las CC no funcionan de igual manera en todas las carreras ni en todos los centros del país, por lo que se hace sumamente complejo pensar en una universalización del órgano a un nivel de cogobierno de manera inmediata. Los tiempos entre los órdenes se cruzan; las instancias de sesión se preponderan diferente de acuerdo a los compromisos y actividades de cada participante de las CC, lo que hace que muchas veces se suspendan por falta de quórum; en reiteradas ocasiones los mandatos administrativos institucionales desplazan la dinámica que pretende mantener una lógica de reflexión y discusión constante del órgano como contralor del propio CFE. Aclaramos que no desconocemos el hecho fundamental de que la no participación de los funcionarios administrativos y de servicio de los diferentes centros de formación docente del país deja una “pata floja” del cogobierno, tal como se manifiesta en la Universidad de la República.

Actualmente, la Comisión Nacional de Carrera de Educación Social se encuentra participando activamente, con todos los órdenes representados. Particularmente, la participación de los estudiantes de Paysandú ha sido constante desde el comienzo de tales comisiones (data en acta 1, correspondiente a la reunión del sábado 27 de junio de 2015 en la ciudad de Paysandú). Reconocemos que existen pros y contras que giran en torno a las CC, su implementación y su conformación como paso previo al anhelado cogobierno.

Quienes escribimos somos estudiantes del “interior” del país, que sobre todo al norte del río Negro sufre consecuencias directas en cuanto a la circulación-recepción de información que se expide en Montevideo. Como pro, encontramos que con la participación en las CC la vinculación con el CFE ha sido más fluida, lo que nos ha permitido escapar por momentos de una lógica centralista que nos acompaña desde hace un buen tiempo.

¿El CFE nos fue llevando a una manera de participar? Puede ser. ¿Participamos? ¿Las CC son ámbitos de participación real? Con esos interrogantes como norte, reconocemos que a pesar de ellos, hemos logrado ir creciendo y fortaleciendo cuestiones elementales de la carrera dentro de la órbita del subsistema, a lo largo y ancho del país –sin dejar de reconocer que el Instituto Normal de Enseñanza Técnica ya tenía conformada una comisión–. La normativa de nuestra carrera indica que no nos podemos recibir sin la puesta en marcha de las CC, que poseen competencias administrativas indefectibles, como por ejemplo aprobación de trayectos de materias optativas y elegibles, o la presentación del proyecto de monografía.

Un precedente a las CC fueron las mesas de trabajo donde, desde la Asociación de Estudiantes de Educación Social (AEES) de Montevideo, se hizo énfasis en la necesidad de la creación del instituto propio (es decir, independiente del Instituto de Profesores Artigas, como hasta entonces), que llevó a la creación del Instituto de Formación en Educación Social, y a la formación de un equipo de Articuladores de la Carrera que en 2014 permitió negociar con el CFE. Por ese motivo, el 21 de abril de 2014 el CFE estaba siendo ocupado y Paysandú se unió a la lucha.

Los estudiantes de Educación Social comenzamos a organizarnos para tener incidencia directa en nuestra propia formación. Creemos que para nuestro departamento, la militancia gremial de AEES de Paysandú se puede leer como una especie de estrategia fundante del cogobierno. Hasta entonces no se había vivenciado en el Instituto de Formación Docente (IFD) de dicho departamento una movilización estudiantil por causas colectivas y comunes con tanta fuerza, ni tampoco se habían dado espacios de participación puntuales donde aportar. El perfil que caracteriza a la educación social permitió poner en discusión las formas de participación que se estaban llevando a cabo hasta ese momento en el IFD de Paysandú (la carrera se instaló en el departamento en 2012), y así trasladarlo a nuestra realidad local, con todas las dificultades y posibilidades que devendrían con los años.

2014 fue un año de gran efervescencia gremial a nivel estudiantil, favorecida por el escenario, que dio motivos por los que organizarse, como el movimiento No a la Baja. Más tarde se conformó la Federación de Estudiantes de Formación en Educación del Uruguay, que surgió a impulso de centros de estudiantes del interior –un hecho sin precedentes en la historia del país- y que intenta continuar con la herencia cultural de lucha por autonomía y cogobierno que desde el Congreso de Córdoba (1918) ha llevado adelante el movimiento estudiantil y que en Uruguay diera como resultado la Ley Orgánica de la Universidad de la República (1958).