Sin demasiado ruido, la Universidad Tecnológica (Utec) viene creciendo rápidamente. La institución ya cuenta con 184 funcionarios, de momento ofrece 11 carreras, ha logrado edificar más de 10.000 metros cuadrados y este año alcanzará los 1.150 estudiantes. El crecimiento de la matrícula se estima en 78% cada año.

Estos y otros datos fueron proporcionados por las autoridades de la Utec el miércoles en la Comisión de Educación y Cultura de la Cámara de Senadores. “No nos cansamos de repetir que nuestro gran aliado ha sido, desde 2014, en que comenzamos la actividad educativa, el Congreso de Intendentes. Allí hemos encontrado siempre un gran respaldo, y ellos fueron nuestros socios estratégicos, muchas veces, en la inserción de la universidad en el interior”. Así comenzó su exposición Rodolfo Silveira, integrante del Consejo Directivo Central provisorio de la institución desde su conformación, hace tres años.

Silveira celebró que tras tres años, la universidad superará los 1.100 estudiantes. “Quiero destacar que en la proyección que hicimos en 2015, cuando presentamos nuestro presupuesto, íbamos a tener 1.154 estudiantes en 2017 y, extrañamente, vamos a tener 1.150”. A pesar de que se trata de una universidad radicada en el interior, el jerarca observó que para diciembre de 2016, 12% de los estudiantes eran de Montevideo.

Silveira también informó que el aprendizaje de inglés es obligatorio en la Utec para todos sus estudiantes, que deben rendir exámenes internacionales de Cambridge. “Hay un nivel determinado al que el alumno tiene que llegar. No puede haber en el mundo de hoy un profesional que no pueda hablar, por lo menos por teléfono, con un profesional de su área en inglés”.

La deserción global entre todas las carreras de la Utec se encuentra en 28%. “Tenemos una enorme ventaja, que puede ser criticada: los cupos”, dijo Silveira. En los hechos, esto significa que hay “un promedio de diez estudiantes por docente y de 34 estudiantes por funcionario, y no precisamos más. Eso permite hacer un seguimiento muy cercano del estudiante”.

El jerarca dijo que la Utec ya ha edificado más de 10.000 metros cuadrados en el interior del país, lo que implica que la demanda de infraestructura de la universidad irá bajando con el correr de los años. Esta fue 80% del presupuesto de la Utec en 2015, “alrededor de 60% en 2016, y ahora que estamos entrando en régimen, 30% en 2017, que va a bajar a 20% de infraestructura para 2020”, sostuvo. También destacó que la Utec “nunca” recibió una observación del Tribunal de Cuentas de la República.

El presupuesto de la Utec también fue abordado en la comisión por sus consejeros. “Los montos y las cifras están aumentando a razón de 20% al año, cuando la matrícula aumenta 78% anual”, dijo Silveira, tomando distancia de los reclamos presupuestales en el resto de la educación. “Nosotros no estamos pensando en porcentajes del Presupuesto Nacional; por el contrario, estamos diciendo qué cantidad de plata necesitamos para hacer este proyecto, y este proyecto se hace con ese dinero”, enfatizó. Un poco más directo fue otro de los consejeros de la Utec, Pablo Chilibroste, quien dijo a la diaria: “Nosotros estamos presupuestando el proyecto. Partimos de lo que vamos hacer y no de lo que deberíamos ingresar; es un concepto diferente a cómo se manejan otros organismos de la educación”.

Respecto del presupuesto, Graciela do Mato, la restante consejera de la Utec, dijo que el proyecto de la universidad “resulta viable” si el presupuesto solicitado en 2015 se mantiene para las ofertas educativas actuales. En 2016 la Utec contó con un presupuesto anual de 394 millones de pesos y en 2017 con 551 millones. Para 2018 la Utec había pedido 695 millones de pesos y para 2019, 831. En una misma línea, Chilibroste dijo que si bien aún están ajustando los números finales, la idea principal es mantener el pedido que hizo la institución en 2015, durante la discusión del Presupuesto Quinquenal.

Chilibroste explicó que la Utec apunta a que 60% de su oferta educativa esté orientada al “área de las energías: automatización, energía renovable, logística, ingeniería en computación”. Otro 30% estará orientado al área de “agroalimentos y agrotecnología, más vinculada al sector de transformación que al primario”, ya que “este último tiene otro nivel de cobertura, ya sea por la Universidad de la República y la UTU”. Finalmente, el restante 10% estará destinado al área “más artística”, al que se piensa “darle desarrollo”. Pero la propia oferta de la Utec, dijo Do Mato, debe ser “flexible” y está sujeta a los vaivenes de la tecnología. “Seguramente dentro de cinco años tendremos que cerrar alguna carrera, porque ya no será necesaria y, a continuación, deberemos reorganizar los recursos correspondientes para otra. Necesitamos jóvenes formados para el país y el siglo en que estamos viviendo. Por lo tanto, puede haber una flexibilidad y una reconversión permanentes”.

“Dentro de las fechas”

Los consejeros de la Utec también se refirieron a la implementación del cogobierno en la Utec. Silveira, Chilibroste y Do Mato vienen realizando un interinato que finalizaba en marzo de 2017, pero la Ley de Presupuesto extendió ese período hasta marzo de 2019. “Sabemos que tenemos la responsabilidad de reglamentar la ley para que todo el proceso de armado y selección de los delegados de los órdenes funcione correctamente y como está expresado según el espíritu de la ley, pero en nuestro orden de prioridades eso vendrá ahora, en el segundo semestre’’, dijo Chilibroste, quien destacó que la dirección trabaja “dentro de las fechas que nos impuso el Parlamento”. El cogobierno de la Utec no sólo incluye a estudiantes, docentes y egresados, sino también a empresarios, trabajadores y referentes regionales.