La Universidad de Minnesota otorgó el premio Alumna Distinguida 2017 a la compatriota Nora Altier, doctora e investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA), por sus logros y producción científica en el campo de la patología vegetal. “Fue inesperado y, por inesperado, me emocionó mucho”, dice Nora, quien reconoce que tuvo “el privilegio de recibir una educación de alta calidad” gracias a la Universidad de la República, al INIA y a la Universidad de Minnesota.

El reconocimiento a esta científica no podría haber sido más oportuno: “Hace 20 años que me doctoré y esto me hizo pensar en cómo uno va teniendo oportunidades en la vida de formación y desarrollo profesional. Y el reconocimiento llega justo en un momento especial, porque ahora me toca a mí dar oportunidades a los investigadores jóvenes”, dice Nora, que hoy es responsable del Área de Formación y Desarrollo de Capital Humano de la Gerencia de Investigación del INIA, lo que en buen romance quiere decir que se encarga de formar investigadores.

Las investigaciones de Nora Altier sobre patología vegetal se reparten en dos grandes áreas: la protección vegetal y la nutrición vegetal. “En la primera el objetivo es el desarrollo de productos microbianos para el control biológico de las plagas y enfermedades vegetales. Y en la segunda es el desarrollo de productos microbianos como inoculantes que puedan estimular la absorción de las plantas de nitrógeno y fósforo”, señala. Al trabajar con microbios, sus investigaciones adquieren gran relevancia: “Nosotros trabajamos con microorganismos que están en la naturaleza y que ya están en los sistemas de producción. Lo que hacemos es desarrollar productos que promueven la acción de estos microorganismos que naturalmente son beneficiosos para las plantas y hoy urge que los sistemas de producción sean sustentables”. Hay dos grandes y poderosas razones para recurrir al control y la inoculación biológica. Nora lo explica: “Por un lado, hay productores de producción intensiva que requieren el uso biológico, porque el producto final es de consumo directo y entonces cada vez pesa más la opinión del consumidor. Por otro, están los grandes productores exportadores, para quienes la necesidad viene por una restricción del mercado”. Este último tema se conoce como el de “las barreras no arancelarias”, condiciones que los países compradores imponen a los que les venden los productos. Y Nora advierte: “Si nosotros no vamos hacia soluciones biológicas, muchos mercados no van a seguir aceptando productos de Uruguay”.

Además de los niveles máximos de agroquímicos permitidos en el producto final, también hay problemas de escala y aplicación. “Pensemos en la producción forestal. Ahí no es concebible la aplicación de químicos por la gran superficie de los montes. Pongamos un ejemplo de la chinche del eucalipto, plaga que en los últimos años es tema de preocupación. Se necesitan encontrar alternativas biológicas y tenemos un proyecto que está identificando las mejores cepas de microbios para desarrollar productos para erradicar esta chinche en un esquema racional de uso, porque no hay posibilidad de aplicación de insecticidas”, explica Nora.

Así que ya sea por la sustentabilidad como por razones de mercado es una buena noticia contar con científicos reconocidos a nivel internacional como Nora Altier, que además de trabajar e investigar en el país, forma a los futuros investigadores que nos permitirán desarrollar tecnologías más verdes, más cuidadosas del medioambiente y que aportan mayor valor agregado al agro.