La elección de horas docentes para la educación secundaria es conflictiva –lo dicen autoridades y profesores–, y el hecho de que haya que elegir anualmente genera inestabilidad para los liceos y los docentes. “Las condiciones no están dadas” es la frase que más se escucha cuando el tema entra en agenda, y eso también es algo en lo que coinciden los protagonistas. En suma, circula la idea de que para aplicar una medida con esas características habría que generar una reforma integral del sistema.

Este año, la propuesta del Consejo de Educación Secundaria (CES) fue que la elección de horas sea por el período 2018-2019. En concreto, se propuso “la implementación de esta modalidad en algunas zonas del país a los efectos de monitorear y evaluar la misma, para desarrollar estrategias y ajustes a largo plazo que nos permita transitar hacia una modalidad distinta al modelo actual”. Esta propuesta fue rechazada por la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), por lo que el CES desistió de implementarla, aunque cambiar la extensión del tiempo en el cargo sería un primer paso para avanzar hacia un nuevo modelo que busque asegurar la permanencia del docente en la institución, y que así se genere un mayor impacto educativo.

Martín Pasturino, docente y ex consejero del CES, es una de las voces que se presentan a favor de una reforma integral del sistema, y está de acuerdo con el sindicato en que “el recurso de decretar administrativamente la elección por equis años puede llegar a ser contraproducente. Es necesario establecer un ciclo de actividades –que hace a la estabilidad del sistema– para llegar a la elección por más de un año”, estableció en un informe que escribió en 2015.

Pasturino propone un cambio integral del sistema para ir “hacia la conformación de equipos estables en los centros de educación media básica en Uruguay”. En su planteo se destaca la idea de “establecer el sistema de designación de docentes bajo la forma de ciclos integrales de acceso en efectividad a los cargos docentes de más de un año lectivo”. Consultado por la diaria sobre esta propuesta, el docente explicó: “Se trata de que las elecciones sean por oleadas: primero un concurso de inspectores, después directores y luego docentes. Eso evitaría el problema que hay ahora; cuando hacés un concurso de dirección sacás a diez docentes del aula, se generan agujeros”.

Asimismo, Pasturino resaltó la importancia de hacer “un sistema de concursos permanentes cada cuatro años, de forma segura y regular, para que los docentes sepan que van a tener siete oportunidades de cambiar el lugar”. En esta misma línea opinó Pablo Cayota, representante de la educación privada en el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed): “Un nuevo proyecto también aseguraría la posibilidad de traslado, que es importante, y no se disminuyen los derechos del trabajador”.

Ideas

La reforma debería incluir, según Pasturino, “cargos docentes con paquetes de 20 o 21 horas, con sus correspondientes horas de coordinación, tal como se hace ahora”. Según el estudio del docente, “la moda es que los docentes elijan 20 y 21 horas, que es la referencia principal de la unidad típica de trabajo establecida”. Pasturino considera que “la lógica es que se tomen todas las horas de los liceos, se dividan de a 20 y siempre va a quedar un resto de horas que se acumularán con el resto de otros liceos cercanos, hasta formar unidades de a 20 horas”. Ante la idea de que esto sería un problema para aquellas materias con poca oferta docente, como matemática, física o inglés, en las que los profesores eligen más horas, aclaró: “Los docentes que toman hasta 60 horas son una excepción, pero de todas formas podrían tomar varios cargos”, es decir, tres paquetes de horas en la misma zona.

Para Cayota, la elección en un solo lugar por más años sería “un paso necesario pero insuficiente; hay que ir por el lado de la construcción de cargos que les permita a los colegas tener tiempo juntos y de esa manera atender de forma personalizada a los alumnos, pensar en proyectos. Sólo así se pueden cambiar las formas de enseñar y obtener mejores resultados”. El integrante de Ineed cree que “las medidas administrativas son un paso hacia algo más, pero lo importante es que los docentes puedan encontrarse y trabajar de manera colaborativa, que es algo que ya se hace en Uruguay pero a pulmón, y por eso está en los márgenes del sistema”.

La elección de cargos no resuelve el hecho de que los docentes con más experiencia se queden en los liceos céntricos. Para resolver ese problema, el ex consejero propone “hacer como en otros países, donde se presentan incentivos [para que vayan] a los lugares donde trabajar es más difícil”. Según el docente, esa propuesta ha estado sobre la mesa pero fue descartada.

Trabajar en la misma zona con el mismo equipo durante cuatro años no sería un problema para los docentes que se sienten cómodos en su lugar de trabajo; sin embargo, podría ser conflictivo para aquellos que no desarrollan un buen clima con colegas o alumnos. Según Pasturino, eso es un problema: “Se generan estrategias perversas cuando el profesor interino cuenta con irse del liceo en un año, o cuando grados más altos se empiezan a llevar mal con un director y al otro año se van del liceo. ¿Qué pasaría si eso lo hicieran policías, que pudieran elegir a qué seccional van, o los médicos de los hospitales? No se generaría equipo en ningún lado”.

“La resistencia más grande está en los profesores de menor grado, y es totalmente entendible. Les toca un liceo de Barros Blancos pero viven en el Centro y sueñan con ir al IAVA, es obvio que van a estar a favor de no quedarse en un mismo lugar. Si se plantea que cada cuatro años se pueda cambiar de lugar, tal como hacen los maestros, se aclararían algunas cosas”, comentó Pasturino, y agregó que el conflicto con los docentes comenzó cuando la discusión “se politizó, todo el mundo opinó y quedó en que hay elección por tantos años o no hay nada; ninguna de las dos cosas está bien”.

La otra mejilla

La respuesta más contundente de los docentes ante la idea de elegir por más años está en un artículo de la consejera del CES en representación de los docentes, Isabel Jaureguy, en el boletín de Fenapes de julio del año pasado. Allí la profesora plantea cinco puntos por los cuales considera que “no están las condiciones dadas” para el cambio en la elección de horas.

En primer lugar, Jaureguy señala la “inexistencia de un cuerpo normativo completo para traslados y reubicaciones”, algo que debería estar contemplado si se habla de una reforma integral. Si se toma el ejemplo de magisterio, como sugiere Pasturino, el traslado implicaría una lista aparte, por la que los docentes podrían elegir antes que los interinos, luego de haber pasado determinada cantidad de tiempo en la institución donde son efectivos.

La docente plantea en el boletín que otro problema sería la falta “de una planificación a dos años en materia de construcción de liceos”, sumado a la inexistencia de “un mapa de ruta de los programas de exploración pedagógica” como las nuevas modalidades en curso: Liceos de Tiempo Extendido, Tiempo Completo y Propuesta 2016.

Para un cambio de este tipo, Jaureguy plantea como necesidad que se acompañe “el proceso de elección de horas por más de un año con los ajustes que año a año los liceos proponen en materia de agregar o quitar grupos, modificar orientaciones u opciones y cambios por turno”. Finalmente, considera que hay una imposibilidad de dar igual tratamiento a materias “deficitarias” y “superavitarias”, ya que “no se da cuenta de las diferencias entre las asignaturas que tienen muchos docentes y aquellas otras en que los docentes escasean”. “Claramente, la perspectiva del problema –y de la solución– es muy diferente según se trate de Literatura o de Física”, asegura la consejera.