Con la mira puesta en el Tercer Congreso Nacional de Educación, el Frente Amplio (FA) convocó el lunes una jornada de discusión sobre esta temática. Uno de los principales oradores de la noche fueron el ex rector de la Universidad de la República (Udelar) Rodrigo Arocena, quien marcó las metas a las que se debería apuntar y entre ellas señaló la importancia de “avanzar hacia la combinación permanente de educación y trabajo”. Otra de las expositoras fue la subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), Edith Moraes, que destacó el rol fundamental que juega el FA como fuerza política a la hora de “crear las condiciones para que surjan todas las voces y se sientan escuchadas”.

Con una presentación a cargo de la vicepresidenta de la fuerza política, Sandra Lazo, comenzó una velada que se extendió durante dos horas y media gracias al debate posterior a la disertaciones. El primero en hablar fue Arocena, que ordenó sus palabras en torno a cuatro preguntas fundamentales. Por un lado, el matemático se preguntó qué educación quiere la izquierda, y se respondió que debería apuntarse a una que contemple las bases de la igualdad, libertad y solidaridad “que sostienen a la izquierda”. Continuó su presentación cuestionando qué educación media se quiere universalizar, y planteó que, a su criterio, ese tramo de la educación debería considerar “la comprensión del mundo, la capacidad para cultivar la calidad de vida y la inserción social para el desempeño ciudadano”.

En el tercer punto de su discurso, Arocena habló de la educación superior y remarcó que no sólo debería ser universitaria. En esa línea, apuntó a la diversificación de ese nivel educativo, y para eso resaltó que la Udelar no debe concentrar toda la oferta. Para cerrar, señaló “dos problemas mayores” del estado de situación actual: por un lado, la formación docente, que debería ser la principal proveedora de cursos de educación permanente; y por otra parte, la importancia de incluir el mundo del trabajo en el aula de clase, “porque ahí está el futuro”.

Para finalizar, el ex rector enumeró las cuatro metas “concretas” en las que debería trabajar el sistema educativo: “universalizar una educación media que prepare para trabajar y para seguir aprendiendo; generalizar el acceso a la educación superior, posibilitándola para todos los que quieran hacerla; brindar sólida formación universitaria a los docentes de todas las ramas; y avanzar hacia la combinación permanente de educación y trabajo”.

Por su parte, Moraes se concentró específicamente en el Congreso de Nacional de Educación, al que definió como “una herramienta muy poderosa de participación ciudadana”, y planteó que justamente por eso se cruza “con el miedo de que no sea aprovechado en toda su plenitud”, ya que “para participar hay que tener ganas de construir colectivamente”. Según Moraes, para “lograr esas ganas es que hay que tener convencimiento de que la educación es muy valiosa, de que el Estado tiene una responsabilidad en materia de educación, de que es un deber brindar y generar las condiciones para que todos puedan educarse, aprender y ser ciudadanos activos. Hay que llevar esas ganas a la asamblea territorial para contagiar convencimiento, fuerzas y ganas de actuar, y es ahí donde el FA tiene su compromiso”.

La subsecretaria del MEC comentó que hay “que tener cuidado cuando se invita a la ciudadanía, porque no toda tiene la costumbre de participar, y hay muchos que se inhiben de hacerlo. Justamente, las voces que queremos escuchar son las que no aparecen. Tenemos que crear las condiciones para que lo hagan”.

Según Moraes, el fuerte atrayente del congreso que comenzó a mediados de mes es el Plan Nacional de Educación, que “actúa como encuadre para definir las políticas educativas”, y sobre el que aclaró que “no es el currículum, sino que va a incidir sobre él”. La idea es que el plan “marque las metas urgentes para ir más rápido. Esas metas tienen que estar definidas en el corto plazo para lo urgente, y el horizonte será a definir según lo que se produzca en los territorios”. Según dijo, la necesidad de que se concrete recae en la exigencia de “integrar políticas públicas en materias de educación, articularlas, y expresarlas en metas, y por otro lado, orientar el diseño y la ejecución de las políticas educativas”, enfatizó.