Cineduca es un programa de extensión del Consejo de Formación en Educación (CFE) que funciona desde 2009. Tiene como finalidad “que los futuros docentes tomen el lenguaje audiovisual como objeto de estudio y conozcan los mecanismos de la comunicación audiovisual, porque hoy es un lenguaje de relevancia a nivel social y porque es una experiencia artística innovadora desde el punto de vista pedagógico, ya que rompe con el esquema del docente transmisor de conocimiento y lo pone a trabajar en un proyecto creativo con sus estudiantes”, definió en diálogo con la diaria una de las coordinadoras generales del programa, Cecilia Etcheverry.

El programa ha logrado tener presencia en todas las carreras de formación docente, entre las que se incluyen: perfeccionamiento y estudios superiores, magisterio, profesorado, educación social y enseñanza técnica. El equipo funciona con dos coordinadoras generales y 34 coordinadores de centro, por lo que tiene presencia en todos los institutos del país. Según comentó Etcheverry, 10% de los estudiantes del CFE, unos 2.400 jóvenes, participan anualmente en las instancias propuestas por Cineduca, que abarcan la realización audiovisual y otras actividades relacionadas en el séptimo arte, como talleres puntuales o el visionado en grupo de películas, y lo hacen de forma voluntaria, ya que hasta el momento la gran mayoría de las carreras no están creditizadas, por lo que no hay forma de curricularizar la formación.

“Las prácticas educativas son sumamente variadas. Hemos hecho talleres puntuales de pocas horas y algunos más prolongados; cada una de esas modalidades constituyen distintas experiencias que pueden ir a prácticas muy concretas del audiovisual –el encuadre, la luz, el color, el arte– o alguna parte del proceso de producción. Buscamos que pasen por todas las etapas: la preproducción, el rodaje y la posproducción, y para eso se cuenta con el equipamiento tecnológico necesario”, detalló.

Un aspecto importante del programa de Cineduca es la convocatoria al visionado y análisis de películas en los propios institutos: “Tenemos convenios con varias instituciones para que el centro educativo sea un lugar donde se comenta cine. Además, entendemos que un docente tiene que tener un caudal cinematográfico de referencia para poder enriquecer sus juicios de valor y para tener la posibilidad de traer materiales a la clase”.

Etcheverry considera importante que los futuros docentes “tomen conciencia de que la imagen que llevan a la clase es portadora de significados, no es ingenua y, en consecuencia, hay que tratarla como un discurso que alguien generó”. “Eso les queda claro cuando pasan por este proceso: identifican claramente el proceso de llegar a una imagen final y pueden transmitirlo”, explicó. A su vez, destacó como virtud del audiovisual el fuerte énfasis en el trabajo en equipo: “Quienes concurren a los talleres aprenden a asumir responsabilidades, a cumplir plazos, a dar opinión y respetar la del otro, a negociar; el docente puede usar todo eso en su grupo para abordar cualquier temática”.

A pesar de estas virtudes, la coordinadora es realista y sabe que en los 45 minutos que tiene el docente en una clase de enseñanza media no va a lograr hacer un cortometraje. Sin embargo, destacó otras “actividades sencillas relacionadas con el audiovisual: se pueden hacer experiencias más simples, que también aportan al conocimiento del lenguaje y a generar expresión en los alumnos, por ejemplo con la fotografía”.

Como evaluación de los nueve años de trabajo, la coordinadora destacó el crecimiento del equipo docente, que se ha formado con estudios de posgrado; asimismo, se han escrito programas y establecido indicadores de logro para los aprendizajes. Etcheverry señaló “el reconocimiento de parte de otras instituciones que se han acercado al programa con interés”. En Uruguay se destacan la Dirección del Cine y Audiovisual Nacional, el Festival Internacional de Cine Documental de Uruguay o la asociación de productores, mientras que en el exterior Cineduca generó vínculos sobre todo con Brasil. De hecho, lograron ser parte de un acuerdo de intercambio de cooperación internacional que llevará a docentes uruguayos al país vecino para estudiar metodologías aplicadas a la enseñanza audiovisual, mientras que brasileños llegarán a Uruguay para compartir narrativas docentes en la educación audiovisual.