Actualmente, en las cárceles está prevista la oportunidad de que quienes están recluidos puedan terminar primaria, secundaria y de que se anoten en una carrera universitaria, más allá de que las condiciones para que las personas presas puedan hacerlo varía según cada caso. En coordinación con la Mesa Interinstitucional de Educación en Contextos de Encierro, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) comenzó la segunda etapa de implementación de uno de sus proyectos, que busca generar reflexión e intercambio sobre lo que ocurre a nivel educativo en las cárceles uruguayas. Según explicó a la diaria el director de OEI para el Mercosur, Ignacio Hernaiz, en una primera etapa del proyecto se hicieron encuentros en tres unidades penitenciarias, una de mujeres, una de varones adolescentes y otra de adultos. En estos encuentros participaron personas privadas de libertad, docentes que enseñan en esas unidades carcelarias, operadores penitenciarios y también algunos policías que cumplen funciones educativas.

Hernaiz señaló que el equipo de OEI se dedicó a “escuchar muchísimo”, ya que hubo una participación muy activa por parte de quienes participaron en los encuentros. La pregunta disparadora para el intercambio fue qué lugar ocupa la educación en la construcción de un proyecto de vida y como vínculo social para lograr cierto grado de integración. Está previsto que desde OEI se entregue un informe de la primera etapa del proyecto ante la mesa interinstitucional, que integran la Administración Nacional de Educación Pública, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Universidad de la República y el Instituto Nacional de Rehabilitación.

En la segunda etapa del proyecto, que comenzó hace pocos días, se apunta a seguir tomando contacto directo con los actores que participan en la educación en contextos de encierro, pero también se incorpora un eje de investigación sobre el desarrollo de la dimensión cultural para las personas que están presas. Por ejemplo, Hernaiz habló del proyecto Usinas Culturales del MEC, que funciona en algunas cárceles, pero también hay otros proyectos de gestión cultural en varias unidades penitenciarias uruguayas. “Con la expectativa de compartir y sistematizar la información con los decisores de políticas públicas, como organismo internacional podemos ayudar a reflexionar, a generar espacios de encuentro, hacer sugerencias de política”, señaló.

Además, el año pasado desde OEI se impulsó la realización de una muestra fotográfica sobre Ana Frank, y uno de los sitios en donde se instaló fue la cárcel de Punta de Rieles. En esta instancia, se capacitó a personas privadas de libertad para que fueran los guías de la muestra, y el día de la inauguración esta fue visitada por niños de una escuela. Si bien se trata de una exposición que de la mano del Centro Ana Frank ha recorrido muchas ciudades por todo el mundo, fue la primera vez en Latinoamérica que se montó en una cárcel.