El uso de los recursos tecnológicos, la recreación en el aula y la prevención del bullying son los objetivos de tres equipos de emprendedores que ganaron el Desafío 2.0 de Socialab. Es el segundo año en que la incubadora de ideas presenta una convocatoria a proyectos que busquen resolver un reto educativo y que tengan un modelo de negocios sustentable desde el punto de vista económico. Se presentaron 100 proyectos, 17% más que el año pasado, que fueron pasando distintas etapas hasta reducirse a tres, cuyos responsables obtuvieron 3.000 dólares en capital semilla y cinco meses de preincubación en Socialab.

La Red Colaborativa de Recursos fue uno de los proyectos seleccionados. A partir de la economía solidaria, este emprendimiento busca generar un sistema en el que todas las instituciones que cuenten con dispositivos tecnológicos con potencial educativo, como las impresoras 3D o lentes de realidad virtual, los pongan a disposición durante el tiempo que no los estén usando. Nicolás Duarte, docente de informática y robótica que integra el equipo, comentó a la diaria que la idea surgió cuando notaron que en algunos liceos había recursos con gran potencial con tiempo ocioso cuando podrían compartirlo con otras instituciones. Por eso sugieren crear una red en la que cada centro educativo, ya sea formal o no formal, público o privado, ingrese todos los recursos con los que cuenta en una base de datos, y el equipo se encargaría de gestionar los préstamos y devoluciones.

Otro pilar en el que se apoya el proyecto es el acompañamiento pedagógico. “Detectamos que con estas tecnologías, que son de difícil acceso, los docentes podrían necesitar asesoramiento; pero no alcanza con un taller, la idea es poder ayudarlos a implementar esos recursos en prácticas en el aula”, aseguró Duarte, y agregó: “Hay un impulso de la tecnología pero aún no se llega a ver un cambio por el alto costo, y porque los docentes no se sienten muy seguros en aplicarla”.

A pesar de que el proyecto necesita más trabajo para consolidarse, ya han empezado a tejer algunas redes. Por ejemplo, los integrantes del equipo participaron en una clase de biología en la que, a través de lentes de realidad virtual, los adolescentes podían ver la célula y sus partes desde adentro. “Eso es aprovechar las potencialidades que tienen las tecnologías, fomentar el aprender haciendo, que los estudiantes tengan un aprendizaje activo en el que sean protagonistas”, enfatizó el docente.

Puerta a puerta

Delivery Didáctico es el potencial nombre del proyecto de los recreadores Ana Clara Machado, Alejandro Terkiel y Mauricio López, que componen otro de los equipos ganadores. Ellos plantean crear una plataforma web en la que los docentes de ciclo básico de enseñanza secundaria puedan ingresar y descargar series de juegos de mesa que les permitan trabajar contenidos del programa de su materia por medio del juego. “Lo que nosotros proponemos va más allá de la plataforma, queremos llevar el juego al aula. Se nos ocurrió usar los juegos de mesa porque sabemos que están de moda y, a su vez, al tener reglas ya preestablecidas son una herramienta que el docente fácilmente puede incorporar en clase. Identificamos que para muchos profesores pararse frente a la clase y hacer una dinámica de recreación puede ser una dificultad”, destacó Machado.

El propio equipo creará todos los juegos, aunque no descartan el asesoramiento de docentes en materia de contenidos del programa que no estén siendo considerados por los recreadores. Machado comentó que durante la investigación previa pudieron constatar que a nivel de secundaria el juego no se tiene en cuenta como una herramienta didáctica, a pesar de que está comprobado su potencial para transmitir contenidos a los adolescentes de una forma poco tradicional.

Otro de los proyectos seleccionados busca brindar información y herramientas para prevenir el acoso entre los niños. Inés Gurtitano, una de las encargadas de este emprendimiento, comentó a la diaria que la idea central es crear una plataforma de comunicación compuesta de una animación y un cómic, que apunten a trabajar el tema con niños de entre ocho y 12 años. Además, buscarán desarrollar una web que conecte el material para niños y que ofrezca herramientas didácticas y lúdicas para padres y docentes, que les permitan identificar acciones de acoso para poder actuar. En los próximos meses de validación de la idea se encargarán de armar la plataforma y sobre todo intentarán conformar un equipo de “expertos en bullying porque es la base del proyecto, es lo que le va a dar el profesionalismo y la seriedad que el tema requiere”, detalló.

El equipo tiene claro que esta plataforma de comunicación será sólo una herramienta para trabajar el acoso entre niños y no la solución al problema. De todas formas, apuntan a que mediante su proyecto se logre generar una cultura de rechazo y repudio al bullying, para que quienes se quedan al margen sin actuar comprendan la dimensión de su silencio y pasen a denunciar cuando sean testigos de ese tipo de situaciones.

Antes de empezar

Paula Mosera, directora ejecutiva de Socialab, explicó a la diaria la motivación de la organización: “En Uruguay, entendemos que hay muchas cosas que están funcionando; hay muchos avances y también hay oportunidades para trabajar en temas de educación desde la mirada del emprendedurismo”. Agregó que los próximos cinco meses serán de acompañamiento a los proyectos seleccionados, para “poder ir bajando esas ideas que habían presentado y llevarlas a la acción; lo que básicamente hacemos es validar técnica y comercialmente la idea, porque nosotros buscamos emprendimientos que tengan la resolución a un problema social pero que también tengan un modelo de negocios que les permita crecer”.

De las 100 ideas que se presentaron al concurso, 20 pasaron un primer filtro y se enfrentaron a un comité de evaluación, que seleccionó nueve emprendimientos. Los integrantes de los equipos estuvieron trabajando durante seis semanas con mentores en temas vinculados con sus proyectos, en los que se les proponía cumplir metas semanales para desarrollar sus ideas y empezar a consolidarlas. De esos finalistas, cinco lograron continuar en una etapa de preparación para la última instancia, que consistió en una presentación efectiva del proyecto ante un jurado, que finalmente eligió a los tres ganadores.

Mosera recordó que los tres proyectos seleccionados el año pasado continúan desarrollando su idea con éxito. “Los acompañamos para poder recibir otro fondo y que no se queden sólo con el capital semilla, y consiguieron el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación; eso fue evaluado como positivo. Uno de esos proyectos ya está generando ventas a nivel nacional e internacional, con un crecimiento bastante rápido. Otro recién ahora está cerrando un fondo y el tercero continúa en la ciudad de Minas, trabajando con centros educativos de ese lugar, con el objetivo de seguir creciendo”.