La apuesta por generar innovaciones educativas por medio del trabajo en duplas docentes interdisciplinarias es una política que impulsa el Consejo de Educación Secundaria (CES) desde hace algunos años. Si bien en un principio puede pensarse como un tema exclusivamente de la docencia directa, también hay cuestiones administrativas y de gestión que pueden favorecer o desincentivar los cambios. En esa línea va el ciclo de talleres organizado desde la Inspección Regional Metropolitana I del CES, que desde el 8 de agosto se está desarrollando en La Casa de Alicia y se dirige principalmente a adscriptos y secretarios de los 43 liceos de las zonas 5, 6, 7 y 8 de Montevideo, que corresponden al centro y este de la capital.

Según dijo a la diaria Silvia Izquierdo, quien está al frente de la inspección, estas orientaciones de políticas apuntan a poner la centralidad de las acciones del sistema educativo “en el estudiante y desde una mirada integral”. “La mirada integral supone que no solamente tenemos que tener en cuenta aspectos más pedagógicos, sino también otros que inciden en lo pedagógico, como elementos de corte más socioafectivo. Eso implica que la formación del estudiante no se da solamente dentro del aula, sino que existe ‘el aula más allá del aula’”, consideró. Si bien los talleres no excluyen a profesores que ejercen la docencia directa que estén interesados en la temática, el hecho de que el público objetivo sean adscriptos, secretarios y otros referentes administrativos y de gestión está fundamentado en la idea de que “todo el centro educa y todos los actores institucionales tienen que estar compenetrados en lo que allí está sucediendo”.

Según Izquierdo, el adscripto es un actor clave porque, por ejemplo, a la hora de tener una entrevista con el referente socioemocional de un estudiante, tiene que saber qué es lo que está pasando en el aula para poder reflejarlo fuera de ella”. “El adscripto, el profesor orientador pedagógico y el encargado de biblioteca o de laboratorio son actores que suman a la formación. Con la mirada integral queremos evitar la fragmentación de la atención del estudiante. Aunque lentamente, vamos dando pasos hacia esa mirada”, añadió. La inspectora también habló de la importancia de los secretarios de dirección en los liceos para que los docentes trabajen en duplas, ya que, entre otras tareas, se encargan de armar los horarios de las materias.

Justamente, bajo esta forma de trabajo cambia la organización de los horarios y, de forma más general, también lo hace la matriz del liceo. “Ya no es esa matriz tan rígida y homogénea que tenemos en los centros educativos, sino que hay una apuesta de mayor movilidad. Para eso tiene que haber acuerdos entre los docentes que van a trabajar en interdisciplina con el equipo de dirección”, evaluó la inspectora. Es por ello que el segundo taller del ciclo va a estar destinado a abordar estos aspectos de la organización liceal y se prevé que la secretaria de un liceo que trabaja en la interdisciplina cuente la experiencia. “Es una secretaria que no tiene una mirada estrictamente administrativa, sino que ella sabe que tiene que poner lo administrativo al servicio de lo pedagógico, y tiene un abordaje muy integral del centro educativo”, señaló Izquierdo.

En conjunto

En el primer taller del ciclo, que se llevó a cabo el 8 de agosto, se apuntó a generar una “sensibilización” para los centros educativos que todavía no están trabajando en la interdisciplina, pero que hayan manifestado disponibilidad hacia esa modalidad. El abordaje del taller fue teórico-práctico, ya que dos duplas de docentes contaron su experiencia de trabajo y a partir del relato se hicieron aportes teóricos. Desde la inspección se apunta a que en este tipo de instancias de formación siempre participen docentes y funcionarios que socialicen prácticas que ya están ocurriendo. Bajo esa misma modalidad de trabajo, los otros dos talleres del ciclo tienen el objetivo de dar más insumos teóricos y prácticos para la construcción del objeto interdisciplinar, y sobre cómo se puede evaluar a los estudiantes desde esta mirada.

Consultada acerca del beneficio que se obtiene del trabajo conjunto entre más de una disciplina, Izquierdo consideró que si bien “tradicionalmente el conocimiento se divide, a los efectos de su profundización, no tiene esa estricta división en asignaturas, como queremos transmitir desde un modelo más positivista”. “Cuando pensás en la historia, no podés pensarla separada de acontecimientos sociales, económicos, de avances en otras áreas del conocimiento como la química, la física”, añadió.

Según la inspectora, los estudiantes se benefician cuando sus docentes trabajan en duplas porque pueden tener una mirada más integral de un determinado objeto de estudio, “que se define como interdisciplinar”. Además, sostuvo que para los docentes “también es una experiencia muy enriquecedora, porque si bien están formados en su asignatura, pueden transitar la construcción del conocimiento desde otros lugares y transmitir esa riqueza a los estudiantes”. Izquierdo consideró que bajo esta modalidad de trabajo docente se sostiene de mejor manera el interés de los estudiantes, y también sirve para mejorar su conducta. “Por ejemplo, cuando hay dificultades de conducta, a un chiquilín le cuesta un poco más atender, a otro le cuesta organizarse, la presencia de dos docentes trabajando en forma colaborativa permite antender también estos aspectos. Lo dicen los docentes y también los estudiantes. En general, los jóvenes manifiestan que se sienten bien al participar en este tipo de experiencias: no tenemos ningún estudiante que haya dicho que no quiere hacerlo”, manifestó.

Si bien el trabajo en interdisciplina no está generalizado en secundaria, la inspectora aseguró que “los docentes tienen conocimiento de que esto está ocurriendo”. Según señaló, en los centros en que funciona el Plan 2009, que explícitamente promueve la interdisciplina, esa forma de abordaje docente está mucho más extendida. El objetivo del CES es que se popularice también en otros liceos, con otros planes de estudio. Además de la interdisciplinariedad, desde la inspección se impulsa la enseñanza basada en proyectos. Si bien están ocurriendo este tipo de prácticas tanto en liceos de bachillerato como de ciclo básico, el objetivo de la inspección es que por zona haya al menos dos o tres experiencias de este tipo, número que ya fue superado. Para lograrlo, además de este tipo de ciclos formativos también se apuesta a impulsarlos en las salas docentes, donde también se invita a profesores para que cuenten sobre las dificultades y ventajas de experiencias que ya están en marcha.