Desde hace alrededor de un siglo, en Francia funciona el sistema de formación en alternancia, en el que los jóvenes dividen la mitad del tiempo de su formación en ámbitos educativos y la otra mitad trabajando en una empresa. Si bien el espíritu es similar al sistema dual alemán o suizo, en Francia desde hace unos 30 años el sistema también se aplica en educación superior, mientras que en Alemania y Suiza se aplica mayormente en los primeros niveles de formación y en enseñanza técnica. Desde hace más de un año representantes del Conservatorio Nacional de Artes y Oficios (CNAM, por su sigla en francés), una institución pública de ese país, se encuentra cooperando con Uruguay para hacer intercambios de docentes en el área de lechería, gastronomía y restauración, tanto con la UTU como con la Universidad Tecnológica (Utec), y en diciembre una delegación de ese organismo llegó a nuestro país para divulgar el sistema que conjuga educación y trabajo.

En Uruguay funciona desde hace un año el comité Acercando educación y trabajo, integrado por representantes de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), la UTU, Utec, el PIT-CNT, la Cámara de Industrias del Uruguay, la Cámara Nacional de Comercio y Servicios y con el apoyo de la Organización Internacional del Trabajo. En ese marco, Inefop abrirá una convocatoria a empresas nacionales para que presenten propuestas que combinen educación y trabajo. Se debe presentar una propuesta curricular con carga horaria teórica y práctica, y con una remuneración, que será, según informó el director del Inefop, de 75% del salario mínimo en la categoría correspondiente. En esta primera convocatoria, los estudiantes deberán tener ciclo básico aprobado y por el momento la formación no podrá acreditarse como bachillerato.

La Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional (AUCI) generó la articulación entre las instituciones para habilitar este tipo de proyectos. “Cuando vinieron de Francia, hace un año y medio, uno de los problemas era que había que modificar normativa vigente sobre empleo juvenil, para que se pudiera aplicar la modalidad de alternancia. Uruguay no iba a tomar un modelo exacto, sino que iba a crear uno de acuerdo a sus necesidades”, explicó Andrea Vignolo, directora ejecutiva de la agencia. Se pudieron concretar misiones técnicas y políticas a Francia y Alemania para conocer las experiencias, y en este tiempo se dispuso el lanzamiento de esta primera convocatoria.

De París

Hubert Patingre, director del Centro de Formación de Aprendices (CFA) del CNAM, explicó a la diaria que en el sistema de alternancia francés los jóvenes tienen un contrato de trabajo real y se rigen bajo un estatuto de empleados, y el diploma que reciben tiene el mismo valor que una formación clásica. Todas las empresas pagan un impuesto equivalente a 1,28% de la masa salarial para financiar el sistema de alternancia, ya que si bien es gratuito para los aprendices, tiene costos. El impuesto, informó Patingre, cubre 80% de las formaciones del centro. Esto, aseguraron lo integrantes de la delegación, involucra directamente a las empresas en el sistema. El director del CFA aseguró que uno de los intereses más frecuentes del sector empresarial es el prerreclutamiento, de forma de identificar a los jóvenes que quieren contratar y poder formarlos en la tarea que desempeñarán. “El segundo aspecto es que es una manera muy eficaz para anticipar sus necesidades en competencias”, añadió.

Patingre afirmó que el sistema se aplica a todas las carreras, y desde su inicio, no al final a modo de pasantías. “Al principio la alternancia empezó a practicarse más que nada en los oficios técnicos; ahora se ha abierto a todas las disciplinas y a todos los niveles, por ejemplo en finanzas, seguros, el espectro es muy amplio”, señaló. El director comentó que también se han creado diplomas a partir de la formulación concreta de una necesidad; recientemente, por ejemplo, se abrió un máster sobre Big Data y análisis societal. Desde su perspectiva, la vinculación de las formaciones con el medio socioprofesional en el que se desempeñarán los estudiantes es básica, porque, de lo contrario, “los alumnos no podrán integrarse en la vida activa, no cumpliremos la función de preparar a los alumnos para la integración en la vida activa”, explicó María Beatriz Salgado, responsable de los diplomas de Comercio, Venta y Marketing del CNAM. De hecho, durante su visita en Uruguay también se reunieron con empresas francesas instaladas en nuestro país y con asociaciones empresariales uruguayas. Si bien históricamente el sistema de alternancia atraía a jóvenes de bajos recursos, aseguran que ahora acuden estudiantes de todos los niveles económicos y, según el director, 40% de los estudiantes del centro “no hubieran hecho ninguna formación si no hubieran tenido esta oportunidad en alternancia”.

Kim Vu, la encargada de Relaciones Internacionales del CNAM, comentó que en primer lugar el centro busca concretar con Uruguay acuerdos que permitan la movilidad internacional de docentes, algo que ya se está aplicando, y de estudiantes. En segundo lugar, también se busca explorar la posibilidad de desarrollar proyectos de investigación e innovación en conjunto con instituciones uruguayas (de hecho presentaron un proyecto de investigación y prospectiva sobre las diásporas en el mundo). El interés por Uruguay en particular también radica en que nuestro país es uno de los pocos latinoamericanos que integran la Organización Internacional de Francofonía, en calidad de observador.

Conocer la diáspora

En paralelo con las iniciativas de cooperación en torno al sistema de alternancia, la delegación del CNAM mantuvo encuentros con la Universidad de la República y otras instituciones para presentar un proyecto de investigación en conjunto. En asociación con el núcleo de economistas del Mercosur, Red Sur, el CNAM ha está desarrollando un proyecto para estudiar las diásporas en Europa, América Latina y África. Según explicaron Fernanda Mora, uruguaya colaboradora del CNAM, y Aissa Kadri, profesor asociado del laboratorio de investigación del centro, el primer eje del proyecto apunta a actualizar los conocimientos sobre las diásporas en el mundo, para lo que es necesario intercambiar información con otras instituciones de investigación. El segundo eje apunta a trabajar sobre las diásporas cualificadas, tanto profesionales como obreros calificados, y cómo estos migrantes se vinculan al país de origen en el mundo científico o tecnológico. Otro aspecto a estudiar es cómo la diáspora se integra en su país de destino creando empresa y actividad económica. “La hipótesis a trabajar es si implicando a las diásporas en el desarrollo de sus países de origen y en un despliegue de la cooperación entre países de destino y países de origen se pudieran regular, en un mediano plazo, de otra manera más razonable y mas equilibrada, las migraciones, que hoy son un verdadero drama”, explicó Mora.