Las escuelas de tiempo completo comenzaron a implementarse en Uruguay en la primera mitad de la década del 90 del siglo pasado. Originalmente, tenían el objetivo de ampliar el tiempo pedagógico de niños de las familias más pobres de la sociedad para así mejorar sus aprendizajes, pero con el correr de los años la política se amplió a otros sectores sociales. Además, en las escuelas se implementó la modalidad de tiempo extendido, que con siete horas diarias tiene menos carga que las ocho horas y media del turno de tiempo completo. Por su parte, esta política también llegó a 15 liceos en 2016, número que se amplió el año pasado.

El presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Wilson Netto, habló con la diaria sobre la incidencia de las políticas de extensión del tiempo pedagógico en los aprendizajes de los estudiantes. Según detalló el jerarca, desde 2005, el número de escuelas y jardines de tiempo completo o extendido “más que se duplicó” y llegó a 362 –de un total de 980 centros urbanos–, lo que implica que haya 64.000 niños –de los 340.000 escolares– que asisten a esta modalidad. Para el jerarca, si los niños pasan más tiempo en la escuela “tenés la posibilidad de generar actividades nuevas, de organizar el conocimiento de forma que permita generar nuevas habilidades a partir de las capacidades de los gurises”. “Eso se está dando, ¿pero la extensión del tiempo permitió mejorar en lengua o matemática? Los indicadores que tenemos dicen que de existir mejoras son leves frente a otras modalidades que no tienen estos tiempos”, afirmó.

Más allá de su aceptación social y política, aumentar el tiempo de permanencia de los niños en los centros educativos también genera costos presupuestales y genera requerimientos edilicios y de más maestros. Por ejemplo, Netto señaló que “un alumno de primaria que pasa de tiempo común a tiempo completo tiene un costo de 1.300 dólares anuales” para la ANEP. En suma, la cantidad de maestros no es suficiente en las condiciones actuales, ya que egresan 750 por año y el sistema naturalmente requiere 1.000, lo que hace que se incorporen personas jubiladas y que haya traslados de docentes a los departamentos en los que hay una mayor demanda. “Si aumentás el tiempo, para una misma cantidad de alumnos requerís más docentes; eso ocurre en una situación de tensión en la que está creciendo la educación inicial y, si bien se están formando maestros para ese tramo, los egresos tampoco permiten cubrir la expansión, por lo que se requieren maestros de formación general”, explicó. Pero además, esta política requiere más espacio físico: “Si tenés una escuela que funciona en dos turnos y la vas a convertir en una de tiempo completo, tenés que construir un edificio cercano para alojar al otro turno”, indicó Netto.

En secundaria

En el caso de secundaria, el presidente del Codicen evaluó que “hay experiencias de liceos de tiempo completo y extendido que funcionan muy bien, pero otros no tanto”. Con la estructura actual de la propuesta, cada 30 horas docentes semanales se destinan 20 a dar clase, cuatro a coordinación y seis son de pertenencia al centro. Además de las clases, de acuerdo con el programa de secundaria la propuesta pedagógica incluye talleres a contraturno –dentro o fuera de la institución– que los profesores dan o coordinan. De todas formas, el jerarca señaló que la implementación de liceos de tiempo completo o extendido no ha implicado que la educación media se universalice en los respectivos territorios, más allá de que se han mejorado los resultados.

“Tenemos que ver, desde el punto de vista curricular y político, cómo transitan las cosas ahí dentro, que no permiten que todo el que ingresa continúe su trayectoria normal. No hay retención ni promoción total; hay mejoras en relación con lo que pasaba antes, pero eso no quiere decir que están solucionados todos los problemas”, sostuvo, y agregó que la evaluación de este tipo de propuestas es necesaria porque “un liceo de tiempo completo cuesta más del doble que un liceo de tiempo normal”.

Para Netto, también hay que mirar propuestas como la de los Centros Educativos Asociados de UTU, que funcionan al lado de algunas escuelas primarias para facilitar la continuidad educativa de los niños. “El horario es el mismo del ciclo básico de UTU, que se interrumpe una hora porque los alumnos hacen uso del comedor de la escuela, y después tienen proyectos conjuntos. Pero no hay ninguna hora plus, y los resultados que estamos teniendo son realmente importantes. Estamos hablando de promociones por encima de 90% y retenciones que están en el orden de 98% en 18 centros. No es un tema de ver qué es mejor o peor, hay formas de organizar un centro que no requieren el costo que tienen otras y que presentan los mismos o mejores resultados. Tenemos que pensar en cómo les va a los jóvenes y no sólo en el formato de una modalidad”, señaló. Para el jerarca, “lo que no puede pasar” es que este tipo de centros sólo se esfuercen por ofrecer una propuesta novedosa de talleres a contraturno, mientras que en horario de clase “sigan haciendo lo mismo”.

Para adelante

Según Netto, la ANEP tiene que “trabajar en la ampliación del tiempo escolar”, pero ese tema “es más complejo” en la educación media que en primaria. El presidente del Codicen adelantó que para marzo de 2021 se concretarán 839 ampliaciones u obras nuevas respecto de 2005, lo que establecerá las condiciones adecuadas para universalizar la educación media. “Después, si avanzamos en centros pequeños más cercanos a las escuelas o en ampliación del tiempo pedagógico habrá que seguir construyendo, porque seguimos teniendo edificios que albergan dos o tres turnos”, proyectó. En suma, señaló que se debe buscar “un equilibrio”, ya que “algunas experiencias acotadas” pueden no tener “capacidad de proyección de escala” y también debe evaluarse “si no es posible construir otros formatos” teniendo en cuenta los actuales costos y requerimientos de personal, “pero en una forma de organización territorial diferente que tal vez mejora los resultados con un presupuesto similar”.

Además de seguir trabajando en la extensión del tiempo en distintas modalidades, para Netto también deben visualizarse acciones que desarrolló la Dirección Sectorial de Integración Educativa del Codicen, desde donde se articularon espacios ya existentes para la ampliación del tiempo escolar, no necesariamente dentro del centro educativo. “Esto tiene toda la escalabilidad porque las cosas están en el territorio, el tema es cómo articular con todo eso para que los jóvenes hagan uso y se articule con la propuesta del centro educativo”, señaló. Para Netto, ese tipo de acciones tienen “más sostenibilidad e impacto que seguir encerrando en un centro educativo un conjunto de acciones sin vínculo con el resto de la comunidad”.