Ayer de tarde, en San José, tuvo lugar la preinauguración de la nueva sede de la Universidad Tecnológica (Utec). Tras una recorrida en la que se expusieron las diferentes facilidades con las que contará el nuevo centro de estudios, miembros del ente universitario, del gabinete de ministros, el ex presidente José Mujica y la vicepresidenta de la República, Lucía Topolansky, destacaron algunos aspectos de esta obra que se prevé que esté finalizada en marzo.
Según recordó Rodolfo Silveira, consejero de la Utec, los principales impulsores fueron el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, y el diputado frenteamplista por San José Walter de León. Resaltó que la Utec permitió la creación de 300 puestos de trabajo “de muy buena calidad”. En lo que respecta a lo estrictamente curricular, destacó la oferta de carreras y cómo la institución supo adaptarse a la demanda existente: “Pasamos de 44 a 2.500 estudiantes en seis años. No es que los fuimos a buscar: estaban ahí y querían educarse, porque en este país la mayoría de la gente quiere educarse”.
La ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, llamó a hacer memoria de cómo, “allá por los 90, nos decían ‘no se precisan más universitarios en Uruguay’”, y refutó esta idea afirmando que se necesitan egresados de la Universidad de la República, “pero muchos más de la Utec”. Asimismo, mencionó la importancia de la descentralización de la educación: “Eso es repartir la torta con justicia social, porque nos da la oportunidad de movernos de la capital”, al mismo tiempo que aumenta “notoriamente” el producto bruto de los departamentos en los que se establecen centros de estudios. Sobre este punto, Mujica –quien acompañaba desde el público a Topolansky– agregó: “Generalmente se habla de descentralizar cuestiones de presupuesto, cuestiones mecánicas; pero, en el fondo, lo más importante es descentralizar la inteligencia, porque si el interior tiene inteligencia calificada, va a caminar”.
Recorrida
Si bien falta para que esté lista, la nueva sede de San José va tomando forma. En lo que será uno de los salones tuvo lugar la recorrida de bienvenida, durante la cual diferentes técnicos usaron pantallas interactivas y lentes de realidad virtual (VR) para explicar algunas de las funcionalidades con las que contará el nuevo centro de estudios. En las pantallas se podía conocer sobre las herramientas tecnológicas con las que contarán los estudiantes, como los entornos virtuales de aprendizaje y las plataformas de gestión académica o de conferencias web, entre otras aplicaciones. Los lentes de VR permitían ver cómo son los laboratorios de los demás centros y, según se adelantó, se intentará promover el uso de esta tecnología para los cursos prácticos que tengan lugar allí: los estudiantes, antes de hacer maniobras de laboratorio en el lugar físico, deberán hacer un simulacro mediante VR.
Transformaciones simbólicas
En las paredes de lo que será una de las aulas del próximo centro regional de la Utec aún se ven los vestigios de lo que una vez fueron los muros de la cárcel de San José; las celdas –cada una de ellas de apenas dos metros cuadrados– serán 1.110 metros cuadrados de universidad. Grafitis, pinturas, firmas y mensajes quedarán “en esa memoria que va a ser tapada, y algún día alguien relatará el cuento”, reflexionó Topolansky sobre el cierre.
Antes que ella, los demás participantes dieron su visión al respecto. Muñoz dijo que “es un ejemplo que una cárcel sirva para lugar de estudio”, pero aun así invitó a recordar que donde ahora está el Espacio de Arte Contemporáneo y el Museo Nacional de Historia Natural estuvo la cárcel de Miguelete.
Bonomi, desde un perspectiva más acorde a su cargo, se preguntó cómo hubiese sido posible para la cárcel de San José, con las condiciones de reclusión que presentaba, cumplir con la tarea de “rehabilitar mediante el trabajo y el estudio”. A su vez, recordó que hace diez años este centro penitenciario fue sustituido por el centro de recuperación Ecilda Paullier, y lamentó la poca difusión que tienen las actividades de estudio y trabajo que ofrece.
Si bien todos destacaron la importancia “simbólica” de que se inaugure un centro de estudios en el lugar donde estaba una cárcel, la vicepresidenta fue la más clara: “En la historia de Uruguay, hubo una cárcel que transformaron en un shopping: creo que este es un destino mucho mejor. Vamos progresando”.