Esta semana el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) aprobó un documento en el que le encomienda a los consejos de educación la reformulación de los reglamentos de evaluación y pasaje de grado para que se considere la repetición como una “medida excepcional” en la educación media. La resolución llega después de un trabajo que comenzó en 2017 por parte de la Dirección Sectorial de Planificación Educativa (DSPE), que incluyó instancias de discusión entre docentes sobre la repetición y su efecto en las trayectorias educativas, ya que se entiende que la repetición y su consecuencia, conocida como extraedad, provoca que los estudiantes tiendan al abandono de los estudios.

Según explicó a la diaria Antonio Romano, responsable de la DSPE, estos reglamentos de evaluación y pasaje de grado que existen en educación media condensan “todo lo duro de un sistema que dificulta las transformaciones curriculares efectivas”, y su modificación podría favorecer el acompañamiento de las trayectorias educativas de los estudiantes. El proceso de discusión tuvo, además, coloquios, un seminario internacional, grupos de trabajo con inspectores de educación media y el análisis de los reglamentos por parte de un grupo de técnicos de la ANEP.

Con base en este documento se aprobó la resolución el martes 10, que encomienda a los consejos desconcentrados en general, pero en particular a los de educación media (Enseñanza Secundaria y Educación Técnico Profesional-UTU), “flexibilizar las formas de evaluación existentes, con el fin de delinear las mejores condiciones que garanticen la continuidad educativa de todos los estudiantes, mediante la participación de los actores educativos”. Esa revisión, señala el texto de la resolución, tendrá que considerar que “la eventual repetición de un estudiante sea una decisión del colectivo docente”, que entre los profesores se acuerde “la figura de docentes referentes de uno o dos estudiantes, con el fin de acompañar y contribuir a la permanencia y pertenencia a la institución educativa” y que se conciban “modalidades de evaluación que trasciendan la consideración materia a materia, promediando entre conocimientos que tienen afinidades epistemológicas o de otra naturaleza”.

También propone que la lógica de acreditación anual sea sustituida por la lógica de acreditación por ciclo, que se diversifiquen las estrategias, modalidades e instrumentos de evaluación, apuntando a alternativas a los exámenes y que el foco esté en “proveer el mejor acompañamiento a los estudiantes”. Por último, establece que durante 2020 se generen “procesos de discusión con los actores educativos a efectos de culminar con una reformulación” de los reglamentos de evaluación y pasaje de grado que contemplen estas orientaciones.

Si bien el proceso de análisis y discusión lo lideró Codicen, son los consejos desconcentrados los que tienen la potestad de aprobar los cambios en reglamentos o planes.