Al igual que en febrero del año pasado, un grupo de voluntarios recorre distintos barrios de Montevideo para enseñar robótica, programación y reparación de computadoras a niños y jóvenes. Estas actividades se dan en el marco del proyecto Tecno Verano, impulsado por la organización vecinal Uniendo Barrios, que para 2019 pudo duplicar el equipo de voluntarios, lo que permitió llegar a más zonas. Según dijo a la diaria Santiago Pocho Coronel, referente de la organización vecinal, ello se pudo lograr gracias al éxito de la propuesta en 2018. En esa oportunidad, con un grupo de ocho estudiantes de UTU se llegó a seis barrios de la capital en los que los índices de pobreza son más altos que en el promedio de la ciudad.

Esa elección no es casual, sino que se busca explícitamente llegar con la propuesta a barrios en los que sus habitantes tengan menos medios económicos para vacacionar en verano. En ese sentido, más allá de su faceta educativa, el trabajo de los voluntarios tiene un componente lúdico y recreativo para los niños y jóvenes, que se divierten mientras aprenden. Según dijo Coronel, este año ya estuvieron en barrios como La Paloma, Santa Catalina y Nuevo París. Señaló que haber aumentado el equipo a 16 integrantes, todos estudiantes de carreras tecnológicas de UTU, ha posibilitado “mejorar la calidad” de la propuesta, que se ofrece tres veces a la semana durante tres horas. Según explicó, se empieza con propuestas más básicas, por medio de las placas micro.bit, pero después se desarrollan propuestas más complejas con Butiá, Lego y Arduino.

Además de su componente de trabajo vecinal, el proyecto se logró con apoyos de organismos estatales que proporcionaron equipos e insumos informáticos y fondos para el transporte de los jóvenes, entre ellos el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop), UTU, Antel y el Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). Además, según informó la ANEP, los jóvenes participantes del proyecto contaron con instancias de capacitación del Inefop. Coronel señaló que un grupo de tres o cuatro vecinos de cada barrio acompaña al grupo de talleristas en las diferentes zonas a las que llegan con la propuesta.

Otras actividades

Coronel indicó que Uniendo Barrios también tiene otras actividades, como una escuelita de fútbol que se llama Garra Celeste, en la que vecinos enseñan los fundamentos del deporte y hábitos de conducta. Según contó, una niña que participa en la escuela quedó seleccionada en un campamento que el Fútbol Club Barcelona de España desarrolló en Uruguay. “Para nosotros es un orgullo bárbaro”, contó. Además, dijo que en el barrio La Paloma, del oeste montevideano, la organización tiene una “biblioteca ambulante” que va por las calles intercambiando libros. “Van los vecinos casa por casa con un carrito, recogiendo y cambiando con los otros vecinos”, describió.