Un proyecto conjunto entre varias instituciones educativas de Uruguay y Costa Rica apunta a generar insumos para que se extienda el aprendizaje de la ciencia a partir de la indagación en niños y jóvenes uruguayos. A nivel nacional, son parte de la iniciativa el Ministerio de Educación y Cultura, la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), la Universidad de la República y la Agencia Uruguaya de Cooperación Internacional, que aportará recursos para financiarla. En el lanzamiento del proyecto, realizado ayer en el Consejo de Formación en Educación (CFE), Julia Torres, docente de la Facultad de Química, explicó que se apunta a sistematizar las acciones de enseñanza de la ciencia en Uruguay que pongan al estudiante en el centro y se alejen de los modelos transmisivos más tradicionales.

Según reconoció la docente, en el país hay y hubo experiencias educativas de este tipo en los distintos subsistemas, pero mayormente han operado en forma aislada, por lo que se entendió que es adecuado generar una sistematización. De esa forma será más fácil unir discusiones para generar sinergias entre los actores que están trabajando en un mismo sentido, sostuvo. Por lo tanto, Torres propuso generar un documento “oficial” en el que, por ejemplo, se podrían describir las actividades y su metodología para que sean compartidas con otros docentes, que pueden tomar ideas para aplicarlas en el aula. Por su parte, planteó que también podrían realizarse talleres de formación para docentes, con el objetivo de que estos aspectos sean trasladados a sus colegas. Según contó Torres, el proyecto está inspirado en la experiencia de Costa Rica, uno de los países del continente referentes en la enseñanza de la ciencia a través de la indagación.

Nelson Campos, asesor en ciencias del Ministerio de Educación de ese país, presentó el trabajo realizado en Costa Rica y contó que en 2008 se tomó la “gran decisión” de orientarse a esa metodología de trabajo, para lo que generaron instancias de formación docente a través de las que, desde 2010, se actualizaron 20.000 maestros de educación primaria, tramo en el que se comenzó. Campos narró que en 2016 esta metodología de enseñanza llegó a los programas educativos de primaria, y un año después, a los de educación secundaria. Según agregó, este modelo genera una mayor autonomía del estudiante, fomenta el trabajo grupal y permite trabajar sobre distintos prejuicios con los que llegan al aula. Además, dijo que el programa hizo que Costa Rica se colocara por encima del promedio de la región en la evaluación de pruebas internacionales estandarizadas como Terce en el área de ciencias. En otros rubros, señaló que también hubo mejoras en el rendimiento académico general de los estudiantes y en su participación ciudadana, además de que aumentó la inscripción en las carreras universitarias del área científica.

Otra cabeza

El decano de la Facultad de Química, Álvaro Mombrú, señaló que el avance del conocimiento científico, sumado al desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación y al cambio en la forma en que los jóvenes estudian, hace que las instituciones educativas deban replantearse la forma en que pretenden enseñar. En ese sentido, planteó que metodologías que ponen al estudiante en un rol activo contribuyen a generar sujetos más “críticos y reflexivos”, independientemente del área temática en la que se estén formando.

María Dibarboure, integrante del CFE, señaló que, por ejemplo, la metodología de enseñanza a través de la indagación en España tiene su origen en 1982 con la obra de Rafael Porlán, que planteó las ventajas de que quien está aprendiendo se ponga en el lugar de quien construyó ese conocimiento específico por primera vez. Respecto de por qué esta metodología no está extendida en la universalidad del sistema educativo uruguayo, la consejera señaló que a nuestros docentes “no se los compra diciendo: ‘Ahora hay que enseñar de esta forma’”, sino que hay que convencerlos con fundamentos teóricos.

Al respecto, el presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, Wilson Netto, señaló que “no es sencillo romper la matriz educativa uruguaya”, en la que la mitad de los jóvenes estudian carreras del área humanística, un cuarto de la biología o la medicina y el otro cuarto carreras científicas. Además, señaló que el bachillerato en la educación media termina impactando en las personas, que en ese momento deben optar qué seguir estudiando y muchos sienten temor hacia la ciencia o la matemática, señaló el jerarca.

Según Netto, para avanzar en una iniciativa como la que se propone el proyecto de cooperación entre Uruguay y Costa Rica debe darse un equilibrio entre aspectos políticos, de capacidad técnica y de participación, para evitar que el documento que se elabore “quede en un cajón”. Al respecto, señaló que en Uruguay están las condiciones políticas dadas para lograrlo y que los educadores deben plantear este tipo de inquietudes en sus centros educativos, ya que no hay impedimentos desde la ANEP para llevar adelante iniciativas que coloquen al estudiante en un rol activo al momento de la construcción de conocimiento. “Esto es lo que queremos para nuestros jóvenes y hay que discutirlo con quienes planteen reparos”, concluyó.