“Cuando entramos al jardín / eran nuestros piececitos / delicados, chiquititos, / no podíamos correr. / Nuestro cuerpo, diminuto, / muchas veces, bajo flores, / en sus juegos, los mayores / consiguieron esconder. / Las maestras, cariñosas, / en sus brazos nos mecían; / si jugar también querían / nos cantaban el arrorró. / En el llanto y en la risa, / en la frase entrecortada, / ¡cuánta, cuánta carcajada, / nuestra gracia provocó!”. Esa es la letra del “Himno al jardín”, escrito por Enriqueta Compte y Riqué, que ayer fue cantado por niños de los niveles cuatro y cinco del jardín 213 montevideano, ubicado en General Luna y Zapicán, que aquella educadora dirigió y que hoy lleva su nombre. Cuando se inauguró, el 10 de marzo de 1892, fue el primer centro de educación inicial en América Latina, y por eso el año pasado, a propuesta del último Congreso Nacional de Educación, el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) resolvió que en esa fecha se celebre el Día del Jardín de Infantes.

Ayer la ANEP convocó a una actividad de celebración en ese centro para la primera infancia, con los niños como protagonistas. Después del canto, los de nivel cuatro jugaron a la “ronda de Enriqueta”, que consiste en recitar un poema escrito por Compte y Riqué mientras se mueven en círculo. Por su parte, los de nivel cinco hicieron la “batalla del movimiento”, que consistió en sacudir telas y pompones de colores al ritmo de una movida melodía. Entre muestra y muestra, diferentes autoridades reflexionaron sobre la importancia de la educación inicial, aunque el auditorio, de un bajísimo promedio de edad, generaba un murmullo que hacía difícil seguir el hilo de las exposiciones.

Elizabeth Ivaldi, integrante del Codicen, señaló justamente que ese sonido de fondo es parte de la esencia de un jardín de infantes, marcada por “la alegría, el juego y el conocimiento”. La consejera recordó el proceso histórico de creación del actual jardín Enriqueta Compte y Riqué, y destacó que fue complicado debido a dificultades presupuestales. También opinó que, si bien en la actualidad las familias tienen necesidades diferentes a las de la época en la que el jardín fue creado, y por lo tanto la función del centro debe ser resignificada, su esencia debe ser conservada.

Celeste Cruz, inspectora nacional de educación inicial del Consejo de Educación Inicial y Primaria, expresó a su vez que la posibilidad de brindar “aprendizajes de calidad” a los niños es “la luz en el camino” para las docentes en ese tramo de la educación. La directora del jardín Enriqueta Compte y Riqué, Beatriz Alberdi, dijo que el pensamiento de su fundadora sigue vigente en la vida cotidiana del centro, y que continuar con ese legado es ahora responsabilidad de quienes habitan la institución. El legado también se encuentra presente en forma física, ya que en el jardín funciona un museo en el que se explica la trayectoria de Compte y Riqué, nacida en Cataluña en 1866, y se recrean las salas del centro educativo, donde ella pasó a vivir.

Cifras

Este año se inscribieron en educación inicial del CEIP unos 90.000 niños, 1.800 más que en 2018, en el marco de un crecimiento sostenido durante los últimos años, marcado en parte por la política que apunta a la universalización de la cobertura educativa para los niños de tres años. Para atender esta demanda, la ANEP también tiene prevista la construcción de 44 jardines mediante el mecanismo de participación público-privada, que comenzaría en abril, según dijo Ivaldi a la diaria.