La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el Sistema de Cuidados y el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) firmaron un acuerdo institucional para asegurar las trayectorias educativas de estudiantes de enseñanza media que tengan hijos. El acuerdo es un protocolo de acciones que cubre situaciones de adolescentes embarazadas o de madres y padres con niños de hasta cinco años, y plantea cinco estrategias para el diseño de soluciones específicas y complementarias: orientación educativa vía telefónica, orientación educativa personalizada en el centro educativo, adaptación y flexibilización de la propuesta curricular, becas de inclusión socioeducativa, e ingreso de los niños a espacios de educación y cuidados (Consejo de Educación Inicial y Primaria, Centros de Asistencia a la Infancia –CAIF– y la Familia, Centros de Atención a la Primera Infancia –CAPI– o centros de sindicatos y empresas, entre otros).

Durante la firma del acuerdo, Elizabeth Ivaldi, integrante del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, destacó que la propuesta busca “garantizarles a los estudiantes que continúen con su proyecto de vida, y que ese proyecto incluya la culminación de los ciclos obligatorios”. Consideró que la aplicación de la hoja de ruta “tuvo un buen impacto y estamos muy satisfechos, pero no decimos que esté todo resuelto”, y enfatizó que las estrategias se definen desde los territorios con las Comisiones Descentralizadas de ANEP.

El secretario nacional del Sistema de Cuidados, Julio Bango, contó que actualmente hay espacios para hijos de estudiantes de educación media en seis departamentos, donde se cuida a los niños de 150 estudiantes, pero agregó que la hoja de ruta en sí, incluidas las distintas estrategias planteadas, permitió cubrir las necesidades de cuidado para los hijos de unos 500 estudiantes. Contó que la primera solución ad hoc fue crear espacios de cuidados específicos, pero “el desafío mayor era esta hoja de ruta: cómo la ANEP podía cambiar los procedimientos y flexibilizar las currículas, de modo de permitir que la propia institución educativa resolviera ese problema de que las madres y padres que estudiaban tuvieran un tiempo para cuidar a sus hijos y otro tiempo para estudiar”.

El primer paso, aseguró, es con los dispositivos a nivel territorial: “Buscar todas las alternativas: centros CAIF, CAPI, becas de inclusión socioeducativa, centros de sindicatos y empresas, casas comunitarias de cuidado... Poner toda esa red de servicios a disposición para, detectado el caso, ver cómo se podía resolver. Si en última instancia todo eso no aplicaba, generar los espacios de cuidado particulares”. Aseguró que la lógica de trabajo interinstitucional se genera “poniendo el centro en el estudiante y en esos niños, y buscando las soluciones creativamente”.