Además de tener cinco centros sociales y educativos para niños, la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida (FOEB) inauguró una escuela de oficios para jóvenes recién liberados del sistema carcelario y una escuela de vareadores y jockeys, ambas en Paysandú. En aquel departamento la FOEB tiene un fuerte núcleo de base, a partir del sindicato de Norteña, y en conjunto con la Intendencia y la Dirección Nacional del Liberado (Dinali) se propuso la creación de una escuela de oficios que permitiera una rápida salida laboral para adolescentes o jóvenes recién liberados o en proceso de salida del sistema carcelario. Según explicó Fernando Ferreira, presidente de la federación, la escuela es “una herramienta para la inserción social en el mundo del trabajo y un aporte para ver cómo se sale de ese ciclo, porque, como decía [el director de Dinali, Jaime] Saavedra, hay 6.000 personas por cumplir sus penas y la reinserción no siempre es fácil; la alternativa es la capacitación”.
En principio, en la escuela se darán cursos de sanitaria, electricidad, carpintería y steel framing, que se acompañarán con la enseñanza de inglés, robótica y ajedrez, “para dinamizar no sólo la formación laboral sino también ayudar a crecer desde lo intelectual”. Además de recién liberados, la idea es que el espacio sea abierto a hijos de trabajadores que hayan abandonado los estudios y tengan la intención de aprender un oficio.
Además de la capacitación, la FOEB inició contactos para generar alternativas laborales para quienes se formen en la escuela. “Hubo buena recepción por parte de la sociedad sanducera, hablamos con algunos empresarios locales y varios manifestaron que estaban de acuerdo, y que quienes se capaciten podrían trabajar en sus empresas, por lo menos con algún proceso de prueba”, contó Ferreira. Las clases comenzarán en agosto, y se apunta a jóvenes de entre 17 y 18 años, “los que tienen más problemas de inserción laboral hoy, y si además se suma que tienen el estigma de haber tenido conflicto con la ley, peor”.
La preocupación de los dirigentes sindicales también incluye que los estudiantes tengan alguna actividad que les permita un sustento mientras cursan la capacitación, “porque si salís y no tenés un ingreso, no creo que dure mucho la participación educativa”. Todavía no está claro qué alternativa recorrerán, pero se planifica formar una cooperativa social entre quienes estén concurriendo a la escuela, instalar un taller de carpintería básica y presentarse a cumplir servicios ante organismos nacionales o departamentales.
El local donde se instaló la escuela era de Atrapay, el sindicato de Paylana, que estaba sin actividad y se cedió a la FOEB. La Intendencia de Paysandú también aportó y se presentó un proyecto para que el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) financie los docentes. El resto lo financia la FOEB, con recursos propios.
También recientemente, la FOEB inauguró una Escuela de Vareadores y Jockeys en el barrio San Félix, aledaño al hipódromo de Paysandú. El proyecto también surgió a partir de la preocupación de los dirigentes sindicales sanduceros. “Cuando tenés una situación de falta de empleo en Paysandú, hay que buscar ideas para encontrar alternativas de trabajo lo más rápido posible”, manifestó Ferreira, que comentó que el hipódromo de Paysandú es el tercero más importante de Uruguay y, no obstante, “no hay gente que varee los caballos. Lo mismo con los jockeys”. En este caso, además de la participación de Inefop, la FOEB firmó un convenio con la Dirección Nacional de Casinos.
Otra de las acciones de la FOEB en el ámbito educativo es el vínculo que mantiene con unas 35 escuelas rurales, cercanas a Montevideo, Minas, Salto, Maldonado y Paysandú, donde los distintos colectivos colaboran con algunas obras a nivel edilicio, equipamiento o jornadas recreativas.
Construcción política
La apertura de los cinco centros socioeducativos, que atienden en doble turno, fue una apuesta de la FOEB en 2016, a partir de la firma del convenio colectivo del sector, que destinó fondos para invertir en ellos. Hoy por hoy, esa línea está “más que fortalecida”, considera Ferreira, que agregó que se está analizando la posibilidad de abrir otro centro socioeducativo en Montevideo y, de cara a la próxima ronda de los Consejos de Salarios, que sería en 2021, profundizarla en el sentido de financiar, de esta misma manera, centros socioeducativos pero para adolescentes y jóvenes.
“Avanzamos en la construcción política de qué queríamos con el centro educativo, y es nuestro aporte a la sociedad, a la escuela pública, mejorando el rendimiento de los chiquilines que tienen problemas con el estudio”, opinó, y contó que entre los niños que asisten a contraturno a los centros “no hubo repetición”. “Algunos lo ven como una privatización de la enseñanza, pero nosotros estamos muy tranquilos de que lo nuestro es un aporte a la sociedad, no sustituye a la escuela”, añadió. Ferreira aseguró que “es necesario más educación y empleo para combatir el tema de la violencia en la sociedad” y aseguró que la idea “se ha madurado” por parte de los trabajadores, que renuncian a una parte del aumento salarial para dar inicio a estos proyectos.