Este miércoles comenzó la entrega de bandejas de almuerzos para los escolares de centros urbanos que se hayan inscripto entre lunes y martes, como medida de emergencia ante la suspensión de clases decretada a raíz de la emergencia sanitaria. Según datos del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), la jornada comenzó con 37.184 inscriptos y se logró entregar los alimentos en la mayoría de los casos. Según explicó a la diaria el consejero del CEIP Pablo Caggiani, “en líneas generales hubo un muy buen funcionamiento de un dispositivo que se encarga de casi 40.000 gurises, aunque tenemos una serie de detalles de implementación: tuvimos problemas para llegar a unas 28 escuelas que afectaron a unos 1.000 niños en Montevideo y Canelones”.

Desde la Asociación de Maestros de Montevideo (Ademu) se denuncian “situaciones irregulares en varias escuelas del departamento”, comentó a la diaria la secretaria general, Daisy Iglesias. La dirigente destacó que en algunos casos se les informó a los directores que ellos mismos debían comprar los almuerzos. Caggiani destacó que se trató de una respuesta a una situación excepcional: “Algunos directores de centros a los que no llegó la empresa tuvieron que comprar el menú de emergencia y les pedimos que lo hicieran en una panadería o rotisería local”. El consejero aclaró que el menú de emergencia “es una modalidad bastante extendida, que se utiliza en los centros con comedor cuando por alguna circunstancia no se puede cocinar ese día. El problema, señaló, es que en algunas escuelas la comunicación llegó tarde, lo que impidió que algunos directores pudieran hacer el pedido en un lugar habilitado.

“Tenemos una directora a la que a las 14.00 del miércoles, como no llegaba alimento, le dijeron que hiciera refuerzos; tenemos otra a la que de mañana le dijeron que comprara bizcochos. Seguramente esto es anecdótico, pero nosotros le pedimos al CEIP que se levante esta sugerencia de que sean los propios directores los que decidan dónde comprar el almuerzo”, aclaró Iglesias, quien dijo estar preocupada porque los directores no deben tomar decisiones nutricionales ni de salubridad. Caggiani recordó que en estas jornadas los directores deberían estar acompañados por nutricionistas del Programa de Alimentación Escolar.

Ademu también denuncia que en varios centros de la capital llegaron menos porciones de las que se habían encargado, o llegaron tarde. En la tarde del miércoles el CEIP trató de ajustar detalles con las empresas distribuidoras, con el objetivo de que el jueves todos los niños tengan su bandeja. Caggiani reconoció también algunas dificultades en Rivera y Salto, que también esperan resolver para la siguiente jornada.

Algunas escuelas que recibieron inscripciones no van a entregar las bandejas porque se unificaron con otras de la zona para mejorar la logística del reparto, como sucedió en La Paz y Las Piedras, por lo que Caggiani descartó que se cancelara el servicio en algunos centros: “Todas las escuelas que inscribieron gurises van a tener sus almuerzos. En ese esquema estamos trabajando”, aseguró.

Alternativas

Ademu reclama al CEIP que se haga cargo de la comunicación con las familias: “Pedimos que ellos informen sobre las situaciones irregulares, porque los padres esperan las bandejas que las autoridades les dijeron que iban a entregar. Si no les dicen que no hay bandejas o que hubo algún problema, seguramente piensen que es una situación de la escuela y desarrollen críticas a la institución escolar y su personal, que nada tenían que ver en este caso”, explicó Iglesias.

Así las cosas, los maestros demandan “alternativas de fondo” que solucionen estos inconvenientes. A modo de sugerencia, proponen que tomen las riendas “los organismos públicos que se encargan de la alimentación”. Iglesias detalló: “Sería saludable y bueno que se pudiera implementar algún sistema de fondo, como el reparto de canastas, y que pueda hacerlo el Inda [Instituto Nacional de Alimentación] o el Mides [Ministerio de Desarrollo Social]. Esto permitiría la elaboración del alimento en el hogar y se evita cualquier riesgo. Hay alternativas cuando las cosas se hacen bien”. El consejero opinó que “en estas condiciones sanitarias es esto lo que se pudo hacer para resolver el servicio de alimentación; después, si hay otro tipo de definiciones, le corresponderá al Sistema Nacional de Emergencias”. De hecho, por el momento la financiación se mantiene con el presupuesto de Primaria, ya que los gastos aumentan con la compra de 37.000 viandas, pero también se reducen con el cierre de los comedores, que habitualmente reciben a 250.000 niños. De todas formas, Caggiani advirtió que “si hay cambios hay que ver cuáles son las posibles respuestas” a nivel gubernamental.