Las facultades y servicios de la Universidad de la República (Udelar) están elaborando diversos materiales para colaborar en la comprensión de la situación de emergencia sanitaria y ayudar a sobrellevar de mejor manera las consecuencias de la pandemia de covid-19.

Pero un grupo de docentes, estudiantes y egresados de varias facultades advirtió que los formatos tradicionales en los que se divulgan estos materiales, fundamentalmente texto, dejan afuera a muchas personas con discapacidad, afectando un derecho que es básico para ejercer otros.

De hecho, el Concejo de Participación de Personas con Discapacidad de la Intendencia de Montevideo difundió un comunicado en el que plantean que la principal dificultad que tiene esa población ante la emergencia sanitaria es poder acceder a la información.

Lilián González, psicóloga especializada en discapacidad, y Leticia Lorier, licenciada en Ciencias de la Comunicación, especializada en educación y TIC, estaban comenzando a trabajar en la accesibilidad de cortos audiovisuales uruguayos en el marco de un proyecto de extensión universitaria, cuando se declaró la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus.

Sin dejar ese proyecto y convocando a otros profesionales, ahora ambas coordinan una iniciativa para hacer accesibles diversos materiales elaborados por servicios universitarios, en la que participan estudiantes, docentes y egresados de las facultades de Información y Comunicación (FIC), de Humanidades y Ciencias de la Educación, de Psicología, de Arquitectura y del Servicio Central de Extensión y Actividades con el Medio.

Las recomendaciones de la Escuela de Nutrición sobre los alimentos y su conservación, del programa Universidad Saludable sobre estrategias psicosociales para sobrellevar el aislamiento físico, de la Comisión Abierta de Equidad de Género sobre violencia y de la FIC sobre noticia falsas son los cuatro materiales en los que están trabajando, y se podrán ver en el sitio coronavirus.udelar.edu.uy y en los sitios web de los servicios involucrados.

A partir de cada material de base se generan versiones en dos formatos: uno audiovisual, con una locución, traducción en Lengua de Señas Uruguaya (LSU) y subtitulado, y otro gráfico, con el método de lenguaje sencillo o lectura fácil –pensado para personas con discapacidad intelectual–, con pictogramas o ilustraciones que funcionan como resumen visual, explicó Lorier. Las recomendaciones de la Escuela de Nutrición, por ejemplo, permitieron generar dos documentos gráficos y 11 audiovisuales breves.

Para difundir los materiales también se está coordinando con las áreas vinculadas al trabajo con discapacidad de las intendencias de Montevideo y Canelones, para difundir en sus vías de comunicación, y apelan a las redes de los colectivos de personas con discapacidad.

Servicio telefónico de psicología

Otro de los servicios que se tuvieron que readecuar a la coyuntura actual es la asistencia psicológica a personas con discapacidad, que la Facultad de Psicología, en convenio con la Intendencia de Montevideo, tenía previsto retomar este año. Pandemia mediante, docentes del Centro de Experimentación e Innovación Social de la facultad se adaptaron a la distancia y comenzaron a trabajar enfocadas en las dificultades que trajo consigo la emergencia sanitaria para las personas con discapacidad.

Según explicó María José Bagnato, una de las docentes, las personas con discapacidad “tienen poco acceso a servicios, se relacionan básicamente con ámbitos de salud o educativos, y a partir de las medidas de distanciamiento social perdieron su rutina, lo que para muchas personas es incomprensible; hay muchas personas para las que el ámbito de asistencia es el único de socialización”.

En este marco, “era oportuno ofrecer una instancia que pudiera ser accesible a las personas con una llamada o mensaje de texto”, lo que se puede concretar mediante la línea 092 431476. La psicóloga aclara que la consulta “no es para sustituir un tratamiento”, sino que la conciben “como de orientación y apoyo en este lapso en el que están interrumpidas muchas de las actividades y servicios”. Cuenta que muchas de las necesidades que les han llegado los llevaron a revincular a las personas con esos servicios, facilitando la información de cómo hacerlo o contactos.

Las llamadas provienen de todos los departamentos. Los casos recibidos van desde jóvenes que vieron su rutina alterada y tienen que encarar la convivencia familiar, hasta madres en situación de desborde emocional generada por la situación. Llegaron también situaciones de riesgo de salud mental, ante lo que se pudo coordinar rápidamente visitas de trabajadores sociales. “Hay mucha incertidumbre sobre cuándo se van a retomar sus actividades, la fisioterapia, la rehabilitación, el asistente personal... Cada situación es singular”, comentó Bagnato.

Materiales educativos inclusivos

Toda la educación, en particular la universitaria, se volcó a plataformas tecnológicas, y la situación puede significar un desafío extra para los estudiantes que, por ejemplo, tienen ceguera o problemas de baja visión y utilizan lectores de pantalla para acceder a los materiales, que muchas veces son escaneos de libros o imágenes, o aquellos que son sordos y requieren intérprete de LSU en las clases por videoconferencia. Para atender esta situación, a pedido del rectorado, la Red Temática de Discapacidad (Retedis) de la Udelar elaboró una guía para dar orientaciones a los docentes en la elaboración de materiales educativos inclusivos.

El documento presenta soluciones para hacer accesibles formatos de imagen y texto, los archivos audiovisuales y las videoconferencias, el diseño de diapositivas y las formas de comunicación con los estudiantes con discapacidad. Además, facilita las formas de contacto con la Retedis y con los servicios de Bienestar Universitario que dan acompañamiento a los estudiantes con discapacidad.

La respuesta de los docentes ha sido variada, según María Noel Míguez, una de las coordinadoras de la Retedis: “La inclusión en lo presencial ya es una complejidad, así que en la virtualidad, y en esta situación de tensión por todos los cambios, también lo es”. Pero reivindicó que “por terminar el liceo tenés derecho a entrar a la Udelar, entonces es necesario atender las condiciones organizacionales para que el estudiantado pueda transitar la carrera que haya elegido en la situación en la que se encuentre”. Recordó que los estudiantes con discapacidad deben hacer saber cuáles son sus necesidades a las unidades de apoyo a la enseñanza de cada servicio, para que sea desde allí que, por ejemplo, se gestione el servicio de intérpretes de LSU u otros apoyos a la trayectoria.

En términos generales, Míguez consideró que quienes más adecuan sus materiales y clases son los docentes “más involucrados en la temática”. Según la coordinadora, el documento se envió a todos los decanatos y sólo dos respondieron que lo iban a implementar. La doctora en Ciencias Sociales lamentó que todavía no haya datos actualizados sobre los estudiantes con discapacidad en la generación de ingreso, y estimó que para ellos “está siendo muy complicado” este semestre.

Míguez remarcó que todas las recomendaciones son útiles para instrumentar más allá de la situación de emergencia, y adelantó que desde 2019 la Retedis trabaja en un proyecto de Universidad Inclusiva, para potenciar las respuestas a estudiantes, docentes y funcionarios con discapacidad de la Udelar, que será presentado en el presupuesto quinquenal.