¿Cómo resolver una hipoglucemia leve o una severa?, ¿cómo se clasifica la diabetes?, ¿cómo es el botiquín personal de un estudiante con diabetes?, ¿cómo actuar en un campamento educativo? Esas son algunas de las dudas que se resuelven en el librillo Orientaciones para centros educativos con población diabética, que presentó el martes la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP).

La publicación estuvo a cargo de la Dirección de Derechos Humanos del Consejo Directivo Central (Codicen) de la ANEP, coordinada por Verónica Massa, en conjunto con la Federación Uruguaya de Diabetes, la Asociación Diabéticos del Uruguay y los ministerios de Salud Pública y de Educación y Cultura. Massa, en diálogo con la diaria, destacó que la iniciativa surge de las organizaciones que acercaron su preocupación por la falta de un protocolo o guía claros en los centros educativos ante una emergencia de un estudiante diabético.

“Es un material importante para los centros educativos, porque qué hacer ante una posible emergencia en distintos contextos es una preocupación tanto para los equipos de dirección como para los docentes. Hasta ahora había orientaciones generales para todas las enfermedades, pero nada específico para diabetes, por lo que el librillo es una tranquilidad para los padres y una garantía para los docentes, que no es menor”, subrayó Massa.

Ahora el equipo va a distribuir materiales de comunicación con la información de la publicación, para que llegue a todos los centros y también para transmitirlos en un lenguaje simple, que permita la comprensión de niños y adolescentes de forma que los propios compañeros conozcan el tema y sepan cómo actuar en casos de emergencia.

Además, según comentó Massa, buscarán la forma de hacer un relevamiento nacional de la población diabética, algo que no existe a nivel general para los adultos y es un reclamo de las organizaciones al Ministerio de Salud Pública desde hace mucho tiempo, porque se estima que en Uruguay hay alrededor de 360.000 personas que tienen diabetes, pero sólo la mitad están diagnosticadas.

Entre otros proyectos a futuro, la directora de Derechos Humanos de Codicen resaltó que comenzarán a trabajar en una publicación similar para la población celíaca, porque a pesar de no generar el mismo tipo de emergencias que la diabetes, la celiaquía es una enfermedad que cada vez tiene más prevalencia en el país.

La diabetes y los centros educativos

La diabetes mellitus (DM) es una patología crónica, que se produce por la pérdida de capacidad de producir insulina en el páncreas, y/o cuando el cuerpo pierde la capacidad de usar la insulina con eficacia. La insulina es una hormona que ayuda al organismo a producir energía al permitir la entrada de glucosa a las células. “Ante estas dos situaciones, el resultado es que la glucosa queda circulando en la sangre, aumentando sus niveles, ocasionando lo que se conoce como hiperglucemia”, especifica el librillo.

Las personas con diabetes tipo 1 son insulinodependientes, por lo que la necesitan a diario para controlar los niveles de glucosa; este es el tipo de diabetes más frecuente en niños. La diabetes tipo 2 es cuando la secreción de insulina es insuficiente. La obesidad y el sedentarismo, en las personas predispuestas genéticamente, favorecen el desarrollo de la insulino-resistencia. Ambas producen aumento de la glucosa en sangre y eso daña los tejidos con el tiempo, lo que puede terminar en complicaciones graves.

En la publicación se advierte que los síntomas que deben hacer pensar en diabetes son: producción y excreción de gran cantidad de orina, necesidad de beber líquidos con frecuencia y abundantemente, excesivo deseo de comer, adelgazamiento y otros trastornos generales, como cansancio o visión borrosa.

Las complicaciones agudas son la hipoglucemia o la hiperglucemia. La hipoglucemia requiere una intervención rápida, la administración de líquidos azucarados, si el paciente está consciente, o el suministro de jalea o miel en la cavidad oral o frotándola con el dedo en la cara interna de las mejillas si está inconsciente. La hiperglucemia, por otra parte, requiere la intervención médica y en general la hospitalización. De todas formas, la publicación advierte que cada tratamiento es personalizado, por lo que es fundamental estar en comunicación fluida con la familia.

El libro también aclara cómo debe proceder el equipo educativo ante una emergencia de un estudiante con diabetes y cómo actuar y monitorear la situación en el salón de clases, durante las actividades de educación física y en salidas didácticas o campamentos educativos.

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