En tiempos de pandemia de coronavirus, la inauguración en Salto de la Plataforma de Investigación y de las obras civiles del hoy único laboratorio con bioseguridad de nivel 3 del país es un acontecimiento de relevancia.

Los distintos laboratorios que trabajan con virus, bacterias y patógenos se clasifican en cuatro niveles de seguridad. Los dos primeros permiten trabajar con agentes que no representen un peligro para la salud humana ni para el medioambiente, mientras que los del nivel 3, dadas disposiciones que establecen condiciones de seguridad tanto personales como edilicias adecuadas, sí permiten trabajar con esos agentes. Los de nivel 4 ya son para agentes de mayor peligrosidad.

La Plataforma de Investigación, que abarca 1.800 metros cuadrados, cuenta con 14 laboratorios de ciencias biológicas, aulas, salas de extracción, de detección y de limpieza de materiales, oficinas para investigadores y un sector de 300 metros cuadrados con bioseguridad 3. Fue inaugurado con la presencia del rector de la Universidad de la República, Rodrigo Arim y otras autoridades académicas. El laboratorio es coordinado por el virólogo Rodney Colina.

En su intervención, Arim dijo que se trata de un “hito” en el desarrollo universitario, en la presencia de la Udelar en el interior, y en la “consolidación y expansión de las capacidades científicas y académicas” nacionales. Recordó el proceso que permitió la concreción del P3 y enumeró tres constataciones desde una “mirada moderadamente optimista”: la crisis sanitaria mostró que las políticas públicas son “imprescindibles” para el desarrollo nacional, la actual coyuntura visibilizó la importancia de la ciencia (“sería impensable la industria del software en Uruguay sin las capacidades y decisiones que tomó la Facultad de Ingeniería hace medio siglo”) y la comunidad académica uruguaya “acentuó su capacidad de trabajar en red, de compartir recursos, de explotar complementariedades”.

“Pero no puedo dejar de notar que esas fuentes de optimismo se ven opacadas, entumecidas por el mensaje presupuestal del Poder Ejecutivo: cero incremento presupuestal para la Udelar, sin ajustes previstos por inflación en el rubro de gastos e inversiones, sin posibilidades de consolidar procesos, sin un horizonte mínimo de certezas para las nuevas generaciones de universitarios”, se quejó Arim. Estas señales, dijo, generan “desasosiego”. “Mientras se reconoce públicamente la relevancia de la ciencia en Uruguay, se cierran las pocas y limitadas puertas para que los docentes jóvenes puedan desarrollar su potencialidad, su creatividad, su carrera como investigadores y docentes en el país”, agregó.

Según el rector, hay casi 80 docentes –varios de ellos radicados en el interior– que tienen aprobado académicamente su ingreso al régimen de dedicación total, pero no cuentan con financiamiento. “¿El mensaje que Uruguay les trasmitirá, a partir de la aprobación del presupuesto, es que por cinco años no tendrán oportunidades de desarrollar su vida académica a nivel nacional?”, preguntó Arim.

En su opinión, el Poder Ejecutivo “no apoya ni valora el desarrollo de la Universidad”. “Es frustrante. No para la Udelar, sino para los protagonistas: los docentes que decidieron radicarse en el interior, desarrollar tecnologías y montar equipamiento, hacer ciencia de primer nivel conectada con el mundo desde el interior del país. Es entendible que la comunidad universitaria muestre desasosiego. ¿Será que tendremos problemas para hacer funcionar laboratorios como este, por una falta mínima de apoyo a la institución?”, advirtió.