En el marco del Día Mundial de la Infancia, Unicef reunió a adolescentes para reimaginar el futuro de la educación, y sus planteos serán vistos por las autoridades de la educación a principios del mes próximo. Además, se espera que el 8 de diciembre se lleve adelante un nuevo evento con los estudiantes, esta vez sumando a los jerarcas de la educación.

La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) recibirá esos insumos en medio del proceso de transformación educativa, que incluye una reforma curricular cuyos contenidos se conocerán el lunes a la mañana, con la presencia de integrantes del Poder Ejecutivo, entre ellos el presidente, Luis Lacalle Pou.

Unicef informó que “confía” en que las propuestas que surjan del proceso con los estudiantes sean un “aporte fundamental” al proceso de reforma curricular que impulsa la ANEP. El organismo finalizó este miércoles un ciclo de diálogos con los partidos políticos, actores de la sociedad civil, académicos, sindicatos y empresarios para debatir sobre el rol que debe cumplir la educación en esta transformación, que se espera comience a implementarse en 2023.

El sábado, ocho grupos de adolescentes se reunieron en Magnolio Sala para intercambiar sobre cómo sería el “centro educativo ideal”. Si bien hubo algunas mínimas diferencias, las coincidencias fueron importantes. Por ejemplo, proponen que haya una huerta, una pista de skate y un establecimiento para hacer deporte, que haya cursos de alimentación y bienestar, autosustentabilidad, educación sexual integral, espacios verdes e insumos sobre cómo manejarse financieramente en un futuro, entre otros planteos.

Los adolescentes esperan que un futuro centro educativo sea más inclusivo: “Queremos que sea accesible para todos, que no ponga tranca”, exclamó uno de los grupos de estudiantes sobre el escenario, cuando los grupos de entre seis y siete adolescentes tenían cinco minutos para dar su exposición. Señalaron que para que exista un aula “sumamente inclusiva” se debe enseñar braille y lenguaje de señas. “También nos gustaría que nos enseñen a disfrutar la vida, para el futuro; ser nosotros. Además de poder estudiar, tener un espacio libre, meditar y leer, eso que nos gusta”, plantearon.

Otro de los grupos pidió un centro educativo en el que se escuche al estudiante y en el que las clases sean en ronda para estar cara a cara con los compañeros y también con el docente. En ese sentido, otro equipo propuso que existan reuniones periódicas con la dirección de cada institución, de manera de llegar a consensos para el bienestar del estudiante.

“Se aprende trabajando y se trabaja aprendiendo”, indicaron. A su vez, aludieron a la educación a distancia, que para ellos “tiene cosas interesantes”, en especial, para que cuando un alumno se enferme pueda ver la clase en línea. Si bien dijeron que la presencialidad es insustituible, concordaron en que es bueno poner el tema sobre el tapete.

Además, pidieron espacios de cowork para juntarse a discutir ideas y futuros proyectos: “Pequeños espacios donde nos podamos expresar sintiéndonos bien”, comentó uno de los integrantes del grupo. Además, exhortaron a darle “una oportunidad al arte en la educación”. Gremios estudiantiles han parado para defender los bachilleratos diversificados, en especial el Artístico, ya que es posible que haya modificaciones para ir hacia un bachillerato más general.

Por último, la desmotivación de ir a clases es uno de los grandes puntos que plantearon los adolescentes. Cuando un grupo consultó “quién se siente desmotivado de ir a clases”, la gran mayoría optó por levantar la mano. Para subsanar eso, algunos de los grupos propusieron que el centro educativo sea más ameno, que sea flexible y sobre todo motivador. Asimismo, hubo quienes plantearon que no haya deberes fuera de clase, puesto que es “aburrido”. “El rol del docente tendría que ser motivarte a aprender”, fue una de las grandes frases que los estudiantes dijeron en el marco de estas reuniones para reimaginar la educación.

Formas y formas

Para ordenar la discusión, Unicef planteó tres ejes sobre los que intercambiaron: qué aprender, cómo hacerlo y cuándo y dónde. Allí se planteó a los adolescentes que identificaron experiencias a “amplificar, cuáles no continuar y qué debería crearse”. “En el intercambio surgieron una amplia variedad de temas como la diversidad e inclusión en torno al aprendizaje, las formas de aprender, el propósito de la educación en la vida de las personas, el rol docente, el desarrollo de habilidades alternativas, el papel que ocupa la comunidad educativa e incluso la importancia de que los tengan en cuenta para las decisiones que se tomen en el ámbito educativo, entre otros tantos más”, valoró Unicef en un documento de evaluación de los encuentros.