La Asociación Uruguaya de Educación Católica (Audec) y la Asociación de Institutos de Educación Privada (Aidep) se reunieron este martes con el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), para analizar el inicio de clases y coordinar algunos aspectos vinculados a la vacunación.
Según contó a la diaria Francisco Varela, uno de los subdirectores de Audec, una de varias consultas que se les realizó a los consejeros y a los directores generales de Educación Inicial y Primaria, Secundaria y UTU fue si el protocolo a aplicar iba a ser el mismo que en 2020, ante lo que las autoridades informaron que el documento se está actualizando. Estos cambios no se harán en aspectos centrales, por ejemplo, algunos de los planteados por los colegios, como la extensión horaria o el distanciamiento, sino que, según transmitió Varela, enfatizará “en el cuidado de las burbujas, que no se crucen los grupos de modo que ante un caso positivo no se tenga que cerrar todo el centro”. El nuevo protocolo se dará a conocer “en breve”, se les informó.
Los representantes de los colegios privados plantearon disminuir a un metro el distanciamiento en secundaria (tal como se redujo en 2020 para inicial y primaria), y también consultaron por la posibilidad de ampliar el horario más de seis horas en secundaria. En ambos casos, las autoridades respondieron que “la ANEP ha hecho la misma solicitud del Ministerio de Salud Pública [MSP], y ya se ha planteado ante el GACH [Grupo Asesor Científico Honorario]”, pero por el momento no hay cambios en ese sentido.
Otra de las alternativas que se pusieron sobre la mesa en la reunión fue la del uso de purificadores de aire en los salones de clase, algo sobre lo que el Institut Pasteur de Montevideo está investigando, incluso con ensayos en centros educativos. Varela contó que se les planteó si esta tecnología, “que tiene impacto en bajar la carga viral de los espacios, permitiría ajustar el distanciamiento”, ante lo que las autoridades del Codicen transmitieron que el análisis de esa posibilidad también está en el ámbito del MSP. “Nos plantearon que estaban planificando hacer pruebas en primaria de monitoreo del aire, y va a ser como con las mamparas; si se quieren poner sin afectar el protocolo se pueden usar”.
Otro de los puntos planteados fue la obligatoriedad de la educación. Si bien surgió “un matiz” a fines del año pasado, cuando ante el incremento de casos de coronavirus ANEP eliminó la obligatoriedad, Varela señaló: “Todos estuvimos en el mismo sentido a favor de que la educación sea obligatoria”.
Prioridad en la vacunación
Las asociaciones también querían consultar si los trabajadores de la educación privada serían contemplados como grupo prioritario al momento de comenzar con la vacunación contra la covid-19, lo que fue confirmado por las autoridades. “Nos dieron la certeza de que el enfoque es para públicos y privados, todos los educadores, así como el personal no docente”, señaló Varela, que añadió que los privados quedaron encargados de confeccionar las listas de los trabajadores y remitirlas al Sistema Nacional de Emergencias, organismo encargado de la coordinación. Según explicó Varela, en ningún momento se manejó que la vacunación fuera obligatoria para los trabajadores de la educación.
Matrículas: “números similares” a 2020
Febrero es un mes clave en materia de inscripciones y matrículas escolares y liceales. Si bien falta recorrer el mes y recolectar toda la información al respecto, Varela consideró que “frente a la realidad económica uno podía prever que las inscripciones fueran más complejas; pero lo cierto es que fueron un poco más lentas pero de a poco se alcanzan números similares al año anterior”. Según el directivo de AUDEC, previendo que en 2020 hubo una caída del producto de 5,8%, esa realidad “no está teniendo un impacto tan alto”. Señaló que la situación es muy heterogénea según el nivel socioeconómico de la población a la que atienden los colegios, pero consideró que quizás las familias valoraron “la respuesta rápida que se dio durante la pandemia, fundamentalmente con un volumen de centros muy alto donde la presencialidad de los alumnos fue prácticamente plena. Se hicieron adecuaciones de espacios muy rápido, se dio clases en gimnasios, capillas, se convirtieron corredores en aulas, buscando dar una respuesta para que los alumnos tengan todo el horario todos los días; eso puede haber ayudado”.