La educación cuenta con un porcentaje muy importante de trabajadoras mujeres, que aumenta cuanto más baja es la edad del sector de la población que atienden. De cara al 8 de marzo, día en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, los sindicatos del sector han anunciado diversas medidas. En el caso de la Asociación de Funcionarios de UTU (Afutu), a propuesta de su Comisión de Género, Mujeres y Disidencias, se definió que las trabajadoras mujeres paren durante todo el día. Una medida similar tomó el Sindicato de Trabajadores de la Enseñanza Privada, pero su secretariado ejecutivo definió que los distintos núcleos de base tengan la potestad de ampliar el paro a todas las personas que lo integran.

Por su parte, la Asociación de Docentes de la Universidad de la República (ADUR) definió un paro de mujeres de 24 horas el lunes y un paro general a partir de las 17.00 de ese día. En suma, el gremio de funcionarios técnicos, administrativos y de servicio de la institución resolvió que la paralización sea únicamente de mujeres y durante todo el día.

En el caso de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria, se decidió que sus distintas filiales definieran las medidas. Por ejemplo, la Asociación de Docentes de Educación Secundaria de Montevideo votó la realización de un paro de mujeres durante todo el día.

A su vez, la Federación Uruguaya de Magisterio (FUM) no parará actividades, pero sí convoca a sus afiliadas a que, con sus respectivos uniformes de trabajo, graben videos en el que mencionen las consignas “no nos callamos más” y “todas las mujeres en todas las calles”, que pueden ir acompañados de “análisis, reflexiones y aportes sobre el tema”. No obstante, la filial de Montevideo de la Asociación de Maestros del Uruguay, filial de la FUM, definió un paro de 24 horas para el lunes, tanto de varones como de mujeres.

Muchas de las convocatorias resueltas por los sindicatos van acompañadas de reivindicaciones que, entre otros aspectos, ponen el foco en el impacto que la pandemia tuvo en las mujeres. Por ejemplo, la Comisión de Género, Mujeres y Disidencias de Afutu señala que fueron las más afectadas “por el aumento del desempleo, la pobreza y la sobrecarga de cuidados no remunerados que provocó la pandemia”. A su vez, mencionan informes de la CEPAL que “hablan de un retroceso de más de diez años en términos de participación laboral para las mujeres de la región, y otro tanto en términos de violencia, pobreza y salud reproductiva”.

En el caso de ADUR, se sostiene que el teletrabajo y las situaciones de aislamiento han impactado principalmente a las mujeres, “ya que han sido históricamente quienes sostienen las tareas de cuidado en el interior de los hogares, profundizando las desigualdades preexistentes” y se reclama por condiciones para que ello no sea un obstáculo en el desarrollo de las carreras profesionales de las docentes universitarias.