Para que los estudiantes cumplan con la “presencialidad plena”, los colectivos Familias Organizadas por la Escuela Pública (FOEP) y Familias Organizadas por el Liceo Público-UTU (FOLP) exigen a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) que “invierta más” en recursos humanos y en logística.

Mariana Romanelli, vocera de FOEP, dijo a la diaria que si bien ha habido “algunas asignaciones de recursos para auxiliares de servicio extras, no han sido suficientes para completar la presencialidad plena para todas las escuelas y todos los grupos”. Un “porcentaje importante” de alumnos tiene que alternarse para asistir, agregó, y dijo que los más afectados por la falta de presencialidad plena son las escuelas de tiempo extendido y los jardines.

Por otra parte, se quejó de que “no hay planes” de contingencia para “atender la virtualidad” en caso de que una escuela o un grupo tenga que mantenerse en cuarentena. “No hay una virtualidad para seguir sosteniendo el aprendizaje”, agregó. Por su lado, la vocera de FOLP Victoria Barreiro dijo a la diaria que han sido “semanas inciertas” para los liceos, puesto que la mayoría de ellos funcionaban con “la mitad de los horarios”. “La ANEP no tiene previsto hacer ninguna inversión, se están jactando de ahorrar 40 millones de pesos por mes. ¿Por qué el Estado tiene que ahorrar? La plata se la damos nosotros para que inviertan en nosotros”, dijo.

Barreiro opinó que “la ANEP dejó completamente solos a los liceos para que mejoraran las condiciones”, y que si lo hicieron “es mérito de los equipos de los liceos”, porque la “ANEP no se ha movido para dar más seguridad”. Consideró que “si llegara a haber algún problema en algún liceo la responsabilidad va a caer sobre las autoridades, por no haber tomado ninguna medida de ningún tipo para que volvieran con más seguridad que antes”.

Integrantes de los sindicatos de la enseñanza apuntaron que no está en duda que quieren la presencialidad, pero cuestionaron que “no haya garantías” sanitarias para los trabajadores y los alumnos. “Nosotros habíamos negociado protocolos sanitarios, pero unilateralmente la administración los modificó. Tenemos la dificultad agregada de los grupos superpoblados producto del recorte [presupuestal]”, dijo a la diaria el presidente de la Asociación de Docentes de Enseñanza Secundaria, Alejandro Sosa.

En tanto, Gabriela Arbeleche, dirigente de la Federación de Magisterio, manifestó que si bien los protocolos “están”, el problema es que “se puedan cumplir como corresponde en todos lados” para que los niños no sigan perdiendo clases presenciales.

Purificación del aire

Los colectivos de madres y padres piden que se elimine la obligatoriedad de la distancia física sostenida dentro del aula, y en esto las autoridades educativas estarían de acuerdo. Según informó El País, la ANEP consultó al Ministerio de Salud Pública (MSP) si era viable flexibilizar la distancia en los centros educativos que estén en departamentos que el índice de riesgo sea bajo –colores amarillo y verde–. Eso permitiría que todos los estudiantes asistieran a clases a la vez y no de manera alternada, como ocurre en algunas escuelas y liceos.

“Vemos de buena manera que se estudie el protocolo; lo que sí queremos es que se tenga en cuenta que las realidades epidemiológicas territoriales son distintas. Nos parece que está bueno que se estudie. Entendemos que la disminución del metro de distancia es una solución, pero tampoco la queremos a cualquier costo. Pedimos asignación de recursos extraordinarios para ampliar capacidades”, dijo Romanelli. Para Barreiro, “el asunto de la distancia del metro no entra en los chiquilines”, no es posible mantenerla.

En diálogo con la diaria, el integrante del Consejo Directivo Central de la ANEP Juan Gabito explicó que la decisión dependerá del MSP, que aún no les dio una respuesta. “Para primaria y ciclo básico de liceo se reducía a un metro y medio, y, en el caso de que los departamentos estuvieran en verde o amarillo, a un metro. Eso nunca fue derogado, eso está vigente incluso ahora. Todos los departamentos, excepto Paysandú y Treinta y Tres [que al cierre de esta edición continuaban en color naranja, según el índice de Harvard], están habilitados a volver a un metro, eso es entre bancos”, indicó.

Consultado sobre si es posible que la ANEP compre purificadores de aire para todos los salones, Gabito lo desestimó. “Se habló varias veces, pero no está previsto. Y para mí sería una cosa muy difícil de poner en práctica”, añadió. Según dijo a la diaria a principios de año Vanessa Piattoni, investigadora y responsable de Innovación y Transferencia Tecnológica del Institut Pasteur de Montevideo, los purificadores “mejoran la calidad del aire”, pero no esterilizan el lugar. Sí “se comprueba que en ausencia del equipo hay un cierto valor de carga de microorganismos y cuando se prende el aparato ese valor disminuye”, con lo que se logra una “mejora significativa” de la calidad del aire.