Los escolares uruguayos escriben “sin repetir palabras”, mantienen el desarrollo de las ideas en sus textos y logran “concordancia al interior de las oraciones”. No obstante, se registran algunas dificultades, puesto que estos niños, en especial los de tercer grado, necesitan “mejorar la adecuación al género” sobre el que los docentes les solicitan escribir, según se destaca en un reporte sobre escritura del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) que aplica Unesco en varios países.

Para este informe fueron evaluados 4.879 estudiantes de tercero de escuela y 5.176 de sexto, pertenecientes a 249 centros educativos. A su vez, la muestra no incluyó a la educación especial.

89,2% de las respuestas de los estudiantes de tercer grado se consideraron válidas, mientras que 2,1% se presentaron en blanco y en 8,7% de las respuestas “no fue posible evidenciar la presencia de un texto escrito”. En el caso de sexto año, hubo 98,3% de respuestas válidas, mientras que 1% no se consideraron un texto escrito y 0,6% fueron respuestas en blanco.

Peticiones y resultados

Durante la prueba, a los niños de tercero y sexto se les hicieron diversas peticiones. Los de ocho y nueve años tenían que redactar una carta sobre un viaje y un texto de presentación de un baile, mientras que a los de 11 y 12 años se les solicitó una carta de petición y un texto descriptivo de un animal inexistente.

En el caso de los niños de tercero, el estudio concluyó que 90% pudo focalizarse en el tema propuesto al escribir la carta a un amigo y 66% lo hizo al redactar un texto narrativo de presentación a un baile. Sin embargo, 60% en el primer caso y 36% en el segundo “no respondieron al género solicitado”. Con relación al desarrollo textual, se estableció que los estudiantes “mayoritariamente escribieron sin repeticiones ni imprecisiones de vocabulario” y, por otra parte, ocho de cada diez estudiantes escribieron sus textos “manteniendo la concordancia al interior de las oraciones”, sumado a que más de la mitad lo “escribió de una manera cohesionada”.

En lo que respecta a la legibilidad, 35% de los escolares al escribir una carta y 45% al redactar un texto narrativo realizaron una adecuada “asociación entre fonema -es decir, cómo suena- y grafema -cómo se escribe”. En ese sentido, se remarcó que 72% de los estudiantes de tercer grado “no presentó errores de puntuación” como la interrupción de una oración con un punto y seguido.

Por otra parte, entre los más grandes, seis de cada diez lograron escribir “de acuerdo con la consigna y propósito solicitado”. Además, 61% de quienes escribieron la carta y 33% de los que produjeron el texto narrativo lograron adecuarse al “género requerido”.

Al redactar un texto narrativo, que consistía en hacer una descripción de un animal inexistente, 65% de los estudiantes logró adecuarse a la “situación formal”, lo mismo que 49% de quienes escribieron una “carta a una autoridad”. Mientras tanto, 64% escribió textos “sin repeticiones ni imprecisiones en el vocabulario”. El estudio estima que tres de cada cuatro estudiantes lo hicieron “manteniendo la concordancia” en las oraciones. Además, ocho de cada diez escribieron de manera “cohesionada, manteniendo los referentes y sin omitir palabras relevantes como verbos y sujetos”.

En cuanto a la legibilidad del texto, un tercio de los niños de entre 11 y 12 años asoció “entre el fonema y el grafema en todas sus palabras”, y 84% presentó sólo un error ortográfico. No obstante, sólo cuatro de cada diez estudiantes “no presentaron errores de puntuación en sus textos”.

Según Unesco, esto evidencia que los estudiantes de tercero “tuvieron más dificultad en adecuarse a la consigna en la presentación de baile que en la carta a un amigo”.

Buenas noticias

Estos resultados llevaron a la Inspección Técnica de la Dirección General de Educación Inicial y Primaria (DGEIP), a cargo de Selva Pérez, a emitir una circular en la que se señala que se trata de “buenas noticias”. En diálogo con la diaria, Pérez señaló que la evaluación realizada en 2019 arroja “reflexiones interesantes” para seguir pensando en la forma en que se trabaja la escritura en primaria. En ese sentido, valoró que en al menos los últimos diez años “hay decisiones tomadas a nivel macro, meso y micro” que “dan la señal” de que se debe continuar por ese camino.

Al respecto, mencionó el acompañamiento de la práctica de los maestros en clase “con recursos pensados para el aula”, entre los que nombró los cuadernos de lectura y escritura elaborados por el Consejo de Educación Inicial y Primaria años atrás. Además, habló de la importancia de generar “producciones intelectuales pedagógicas” como las que aporta el Programa de Lectura y Escritura en Español de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) a partir de distintos indicadores y de “ejemplos para pensar cómo aprende el niño a leer y escribir”. Pérez afirmó que si los maestros entienden cómo aprenden los niños, tienen mejores insumos para pensar cómo deben enseñarles.

Lejos del conformismo, la inspectora señaló que la “buena noticia” pasa por observar que en los últimos años se generó “una sinergia” de esfuerzos para lograr buenos resultados, pero advirtió que todavía debe tenerse en cuenta que cerca de 10% de los escolares no pudo producir un texto cuando se enfrentó con la prueba. Para la inspectora técnica de la DGEIP, es necesario ir “convenciendo” a los maestros acerca de cuáles son las mejores estrategias a utilizar dentro del aula.

En ese sentido, desde la Inspección Técnica se invita a los docentes a observar los resultados de la evaluación ERCE, que según Pérez deben ser considerados como “una fotografía” que permite tomar nuevos insumos. Por ejemplo, mencionó que habitualmente se decía que los escolares en Uruguay lograban aprendizajes significativos de escritura hasta tercer año, pero después se estancaban. Sin embargo, señaló que los datos del ERCE muestran que “hay un avance entre tercero y sexto, por ejemplo, a la hora de escribir una carta y a nivel de ortografía”. Por lo tanto, comentó que si se registra un avance, la invitación a los maestros “es a que se pregunten qué hemos hecho hasta este momento, cómo hemos mirado el Documento Base de Análisis Curricular, donde están los contenidos a enseñar; cómo hemos consultado los materiales teóricos y de qué manera se han usado los cuadernos de lectura y escritura [de Primaria]; cómo hemos planificado cada día la enseñanza de la escritura, con qué consignas, con qué recursos, con qué motivación, de qué manera hemos ido acompañando a los niños”.

En la circular elaborada por la Inspección Técnica se citan palabras de Carmen Villamayor, asesora de Unesco, que señala que los resultados de Uruguay son “muy buenos” y eso indica que “algo se está haciendo bien”. Además, se señala que para que el reporte de ERCE sea un insumo importante en los centros educativos “es imprescindible reconocer logros individuales y colectivos”. Por su parte, la circular comparte algunas sugerencias para los docentes sobre cómo encarar la enseñanza de la escritura (ver recuadro).

Lectura de resultados

Para Andrés Peri, director de la División de Investigación, Evaluación y Estadística (DIEE) de la ANEP, estas “evaluaciones de calidad” permiten “formular elementos para la mejora de la educación”. En la presentación de resultados para el caso uruguayo que hizo la ANEP la semana pasada, Peri indicó que el hecho de que el estudio se haya hecho desde el organismo “tiene varias ventajas”. Por un lado, porque la “cercanía del estudio con los actores involucrados”, que, según dijo, permite “presentar el estudio y a su vez interactuar con los actores que toman decisiones en el sistema”; por otro, porque “participar en el estudio” ayuda al organismo “a nutrir los enfoques de evaluación”.

Por su parte, el coordinador del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de Calidad de la Educación de la Unesco, Carlos Henríquez, explicó que la escritura es un “proceso recursivo” que “siempre puede ser mejorado”. Es por eso que desde esa “perspectiva”, detalló, “contar en la sala de clases con ejercicios y rúbricas que impliquen planificar sobre lo que se va a escribir, redactar esa idea y luego revisar es muy relevante para desarrollar y mejorar la escritura de los estudiantes”. “En este proceso, el apoyo a los profesores para que tengan tiempo para trabajar esta habilidad y la retroalimentación a los estudiantes es fundamental”, añadió.

En tanto, Ivonne Constantino, directora de la División Planeamiento Educativo de la DGEIP, señaló que desde el subsistema no se tienen que conformar con estos resultados; en ese marco, llamó a tener “anclaje directo” de los materiales del informe en las aulas. “Espero que el informe contribuya al desarrollo de esta habilidad indispensable para que nuestros estudiantes se comuniquen y sean parte activa de la sociedad”, aseguró.

El estudio pretende, según se explica en el documento, “ser un aporte que contribuya a la discusión sobre el lugar de la enseñanza de la escritura” en el país, “fundamentalmente para orientar la toma de decisiones”. Señalaron que los análisis realizados con ejemplos nacionales y los resultados mostrados “pueden ser motivo de profundas reflexiones, lo que resultaría en un carácter formativo que permita la retroalimentación en las aulas”. “Las propuestas planteadas tienen como objetivo poner en marcha acciones educativas que permitan transformar y mejorar la enseñanza. En definitiva, la inclusión del análisis de ejemplos nacionales en este reporte constituye una invitación para analizar los currículos y observar las metas, con el objetivo de aunar esfuerzos para mejorar aprendizajes”, concluye.

Propuestas para enseñar a escribir

La circular elaborada por la Inspección Técnica de Primaria también incluye algunas propuestas para que los maestros consideren para el aprendizaje de los niños. Entre otras, se menciona la priorización de consignas en la que se considere la realidad de los estudiantes y, al mismo tiempo, que los incentiven a conocer y crear “nuevos mundos”. También se sugiere que los niños planifiquen y revisen su producción escrita, así como que se les proponga buscar información en fuentes impresas y digitales para que aprendan a jerarquizarla y evaluarla. En suma, se plantea que los niños deben ejercitar la escritura en distintos géneros y ser capaces de determinar el propósito y los destinatarios de los textos que elaboren. Otra de las estrategias que se sugieren para el abordaje de la escritura es apelar al juego “con la musicalidad de las palabras para colmarse de imágenes sonoras y visuales”.