Con pasillos repletos, el hall lleno de stands y mucho público, este miércoles el movimiento en la Facultad de Ciencias (Fcien) fue muy distinto al habitual. El servicio de la Universidad de la República realizó una “jornada de puertas abiertas”, en el marco de las actividades por la Semana de la Ciencia y la Tecnología, que comenzaron en mayo y se extienden hasta julio. Entre las 9.00 y las 17.00, centenares de personas, principalmente escolares y estudiantes de la educación media, pudieron transitar por los distintos espacios del edificio ubicado en Malvín Norte, con distintas propuestas para intercambiar con investigadores.

Los stands y muestras fueron más de 30 y las propuestas de cada uno eran tan diversas como las áreas de formación en ciencias que ofrece la facultad. Por ejemplo, en uno de los puestos se exhibía un televisor que, tras perforar el techo de una vivienda, fue impactado por un fragmento de meteorito, que también fue mostrado. El hecho ocurrió en San Carlos en setiembre de 2015 y fue estudiado por el Departamento de Astronomía de la Fcien, que tiene entre sus referentes al científico Gonzalo Tancredi. En el stand a cargo de la Red de Detección de Bólidos del cono sur también se podían tomar volantes que explican cómo proceder ante la sospecha de haber encontrado parte de un meteorito.

En una de las paredes de la facultad se montó una muestra de fotografías de mujeres científicas que es parte del libro Quiénes son ellas. Allí se detenían distintos grupos de niños y adolescentes que escuchaban sobre la historia de la publicación. A diferencia de otros años, en esta edición de la jornada de puertas abiertas se realizaron distintos talleres en laboratorios de la Fcien. Por ejemplo, en uno de ellos niños del jardín 397 de Parque Guaraní con mucho interés experimentaron sobre enzimas, y la maestra se llevó ideas para trabajar con ellos y “hacer sus propios experimentos”, como dijo uno de los niños. En otros laboratorios, escolares y docentes de la facultad intentaban responder “por qué estudiar a las plantas” o intercambiaban sobre cómo hacer una aspirina.

En diálogo con la diaria, la decana de la Fcien, Mónica Marín, habló de que el servicio de la Udelar buscó, por un lado, “acercar la ciencia a todos los centros educativos, y a escolares y liceales”. Ello apuntó a “despertar vocaciones”, especialmente en las niñas y las jóvenes, para “acercarlas a la ciencia”, pero también para hacer ver a la ciencia como parte de la cultura. Al mismo tiempo, Marín explicó que la organización de las jornadas, que se dieron un día después de la finalización de las clases del primer semestre, también sirve para que los investigadores de los distintos departamentos sepan en qué trabajan sus colegas. Lo mismo ocurre con los estudiantes, ya que muchos de ellos trabajaron en la organización de las jornadas de forma voluntaria.

Romper mitos

Más allá de su impacto en la sociedad, la pandemia de covid-19 implicó una mayor visibilización del trabajo de los científicos uruguayos, muchos de ellos docentes de la Fcien. En 2021, la facultad registró un “pico” de inscripciones, que bajó un poco este año, confirmó Marín. De todas formas, señaló que la cifra de estudiantes que se anotaron en 2022 se mantiene por encima de lo que ocurría antes de la pandemia y que ahora el desafío para la Fcien es seguir incrementando su masa estudiantil a partir de otro tipo de acciones.

Precisamente, las jornadas de puertas abiertas apuntan a abordar ese desafío y, entre las actividades propuestas, se realizaron dos conversatorios con Pilar Moreno, Juan Pablo Tosar, Victoria Calzada, Nicole Lecot y Pablo Fagúndez, del Instituto de Investigaciones Nucleares de la facultad. En esa instancia, Moreno se refirió a tres “mitos” sobre los científicos: que la vocación proviene de toda la vida, que es necesario ser extremadamente inteligente, y que es aburrido y se trabaja en soledad. 

Por el contrario, contó que, en su caso, cuando estaba terminando el liceo no sabía qué estudiaría luego y para ello fueron claves dos profesores que la marcaron y despertaron su gusto por la química y la biología. En suma, dijo que nunca se consideró la más inteligente de su clase y que fue una estudiante normal y, finalmente, que el trabajo en ciencia implica que todo el tiempo surjan desafíos, por lo tanto, nunca es monótono, sumado a que siempre se trabaja en equipo.

Los investigadores respondieron consultas de liceales y contaron cómo se acercaron a sus temas de estudio, con un camino que ya empezaron a transitar en la Licenciatura en Bioquímica, por la que pasaron los cinco. Por ejemplo, Tosar definió su área de estudio como la generación de organismos vivos a partir de componentes sin vida y dijo a los estudiantes que para decidirse a estudiar ciencias no es necesario tener de antemano un interés claro. Según explicaron los investigadores, los intereses van cambiando a lo largo de la carrera y la propia Fcien cuenta con una variedad de opciones formativas que permite interesarse por diferentes temas.