“Hoy es un día histórico para la educación pública del Uruguay, haciendo honor a lo que ha sido tradicionalmente: generadora de oportunidades y adelantada a su época”, afirmó en rueda de prensa Robert Silva, presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), luego de firmar un convenio marco de cooperación con la Organización del Bachillerato Internacional (IB).

“En un mundo globalizado como en el que vivimos, tener la posibilidad de una formación de educación media superior de egreso nacional con reconocimiento internacional es de fundamental importancia”, agregó. Por esa razón, señaló que desde “hace muchos meses” la ANEP estuvo trabajando con la IB para poder concretar el convenio y, finalmente, “iniciar el proceso de trabajo para la constitución del Bachillerato Internacional”.

Según Silva, esta iniciativa permitirá “tener un egreso reconocido nacionalmente para nuestros estudiantes en el Uruguay, y un egreso reconocido que les permite transitar educación superior por universidades e instituciones del mundo”.

En la presentación del convenio, realizada este jueves en el salón de actos del edificio de la ANEP, también asistió la presidenta de la Asociación Uruguaya de Colegios de Bachillerato Internacional (AUCBI), Jimena Taboada, y a través de un streaming se hicieron presentes desde Holanda el director general de IB, Olli-Pekka Heinonen, y la directora global de Desarrollo de Negocio, Haif Bannayan.

En el documento firmado, la ANEP y la IB acuerdan que la colaboración entre ambas partes podrá ser en cuatro “modalidades”: “Promoción y facilitación del diálogo y el intercambio de ideas entre los tomadores de decisión, los expertos y la administración en todos los niveles de educación”; “asesoramiento técnico y transferencia de conocimiento para la implantación de programas del Bachillerato Internacional”; “diseño de planes de formación de docentes, conferencias y seminarios centrados en los objetivos de cooperación”; y “facilitación de la cooperación entre instituciones educativas pertenecientes a la red de centros educativos que ofrecen el Bachillerato Internacional”.

El convenio es el “primer paso”. Así fue manifestado tanto por Silva como por Taboada. El presidente del Codicen señaló que aún el proyecto está a estudio, por lo que no se sabe su fecha exacta de aplicación, a cuántos estudiantes, liceos y escuelas técnicas estará dirigido y cuál es el costo que tendrá por estudiante, aunque afirmó que se precisarán “nuevos recursos”. Afianzó, por otra parte, que el “objetivo” de la administración es “comenzar en marzo de 2025” y que el año entrante se prevé “avanzar” en la reforma educativa enfocada en Bachillerato.

En tanto, esbozó que la implementación del Bachillerato Internacional es parte de esa transformación y que se trata de “un proyecto piloto, que va a tener un avance progresivo”. En ese sentido, dijo que la “universalización” del programa no está prevista, y que el “proceso piloto progresivo” iniciará en “algunos centros” de Montevideo y el interior.

¿De qué se trata?

El BI no es sinónimo de un estudio bilingüe, pero, según Silva, tendrá “una fuerte carga de idioma inglés”. En concreto, explicó que la aplicación se dará en la educación media superior y enumeró los cambios que introducirá: “Un aumento de la carga horaria, nuevas asignaturas, asignaturas desarrolladas -según la modalidad por la cual optemos- en inglés, una formación en el idioma inglés, una adecuación de infraestructura de los establecimientos donde progresivamente lo vayamos instalando”.

Por otro lado, especificó que, además de la necesidad de tener “conocimiento” del inglés para poder cursar un Bachillerato Internacional, “hay que tener destaque académico”. Taboada explicó, aún así, que en el trayecto educativo los estudiantes “pueden no tener nada de carga de inglés”. “Se cree que el Bachillerato Internacional sólo tiene que ver con las lenguas extranjeras, pero los programas se pueden cursar en su totalidad en tres lenguas oficiales: español, inglés y francés”, dijo.

En ese sentido, remarcó que, por lo tanto, los estudiantes “podrían sólo tener una introducción pequeña de inglés con lo que ya se hace, y eso alcanza para cumplir con los requisitos del Bachillerato Internacional”. En resumen, subrayó que la modalidad en la que se dictará, ya sea bilingüe o monolingüe, “dependerá del proyecto educativo que el colegio se plantee”.

En otro orden, delineó que “lo primero que hay que entender” es que esta propuesta para Bachillerato “no se trata de aprobar o no aprobar sino que se trata del camino”, de “desarrollar las habilidades de pensamiento crítico, de comunicación y también las sociales, que tienen que ver con aprender a colaborar, a tolerar, a entender opiniones distintas, a no quedarme con lo primero que escucho en las redes, sino cómo lo cuelo”.

En ese sentido, afirmó que se trata de un “mito” cuando se cree que el Bachillerato Internacional es “el examen final del último de los programas”, porque lo cierto es que “comienza su primer programa a los tres años, por lo cual a los tres años no podemos hablar de aprobar o no aprobar, sino de aprender y enriquecernos y desplegar todas las capacidades del ser humano”.

Otro de los “mitos” a los que se refirió es si el proyecto es “privado o público”: “Los estudiantes son estudiantes, los niños niños, los jóvenes jóvenes, las necesidades globales son similares en todos lados del mundo, y desarrollar al máximo mente y corazón es lo que nos va a hacer realmente superar los desafíos que podemos encontrar”. Aún así, Silva destacó que “debemos adecuar la educación pública nacional a cosas que hasta ahora, por ejemplo en este caso, estaban sólo en la educación privada”.

Para Taboada, los estudiantes que puedan transitar por el Bachillerato Internacional tendrán “muchos beneficios a la hora de ingresar a universidades públicas y privadas, tanto en el Uruguay como en el mundo”. Especificó que habrá “ventajas concretas, como descuentos y créditos para las universidades”, pero que “la mayor ventaja es lo que el estudiante se lleva y luego reconoce y declara, porque está documentado en investigaciones, de que se sienten competentes para enfrentar los desafíos”.