En 2018 el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) publicó su primer informe de Aristas Media enfocado en la educación media. En un nuevo estudio que será presentado este miércoles, se da cuenta de un nuevo relevamiento realizado durante 2022 en tercer año de educación media de centros urbanos, que compara resultados con el primer informe.
A partir de datos desagregados entre los liceos públicos y privados y las escuelas técnicas con ciclo básico tecnológico y con formación profesional básica, el informe muestra los desempeños que el estudiantado alcanzó y también monitorea si las metas de aprendizaje, que fueron establecidas por la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), llegaron o no al objetivo, y cuál es la distribución de los logros en las diversas poblaciones.
Aristas Media 2022 cuenta con una “cohorte particular, ya que se trata de estudiantes que cursaron los primeros años de ciclo básico durante la pandemia de covid-19”. Destacaron, por tanto, que en 2022 se retomaron de forma regular las clases, aunque el informe no mide “el impacto de la pandemia”.
“Los principales resultados muestran un empeoramiento de las habilidades socioemocionales”, es una de las primeras conclusiones del informe. Tal circunstancia es acompañada de “un leve aumento de la percepción de inseguridad, y de un leve descenso de los resultados en lectura y matemática, aunque no estadísticamente significativo”. Por otro lado, “en los centros de contextos desfavorables el descenso en los desempeños es mayor, por lo que es posible afirmar que se acentuó la inequidad en los aprendizajes”.
Esas primeras conclusiones, según el Ineed, “parecerían sugerir” que entre 2018 y 2022 “el margen de acción de los centros educativos fue más limitado para intervenir sobre aspectos socioemocionales que para abordar la enseñanza de la lectura y la matemática”. Por último, destacaron que “las oportunidades de aprendizaje en lectura y matemática fueron menores en los centros de contextos más desfavorables que en los favorables en los años anteriores a Aristas Media 2022”.
Desvinculación, repetición, inasistencias
En comparación con el informe de 2018, la muestra se amplió: de 448 grupos pasaron a ser 604. A su vez, se incorporó un relevamiento censal de los centros educativos María Espínola. En concreto, los resultados se basan en más de 10.000 estudiantes de tercer año de educación media.
Uno de los principales resultados del informe es que la desvinculación estudiantil se duplicó con respecto a 2018: pasó de 2% a 4%, lo que se asocia a parte de los efectos de la pandemia. Sobre este punto hay algunas diferencias entre las escuelas técnicas, los liceos privados y los públicos: en los privados “casi no se registran estudiantes que hayan dejado de asistir”, mientras que “en los liceos públicos y escuelas técnicas con ciclo básico tecnológico representan alrededor del 4% y en las escuelas técnicas con formación profesional básica aumentan a casi un 11%”. Al mismo tiempo, la desvinculación disminuye en los contextos catalogados como “muy favorables” (0,4%), en tanto, es de 6,9% en los contextos “muy desfavorables”.
Por otro lado, fueron identificados dos indicadores “de riesgo para las trayectorias educativas”: la repetición y las inasistencias a clase. Sobre la repetición, 15,8% de los estudiantes repitió alguna vez en primaria y 11,2% previamente en educación media.
Cuando se realizó el relevamiento, 91,8% de los estudiantes “asistía habitualmente”, en tanto 6,9% faltaba todas las semanas algunos días y 1,2% aproximadamente una vez cada dos semanas. Uno de los resultados destacados es que el contexto del centro influye en las inasistencias: en los “más desfavorables” son “considerablemente mayores con relación a los más favorables”.
En el último período de 2022 hubo cambios en el pasaje de grado que repercutieron en esta área. Aristas Media indagó sobre cuántas veces faltó cada estudiante en las últimas dos semanas de clase, y de ello se desprendió que en los contextos menos favorables “26,7% dijo haber faltado tres o más veces” mientras que en los más favorables ese porcentaje fue de 11%. Por otro lado, “tres de cada diez estudiantes de formación profesional básica reportaron haber faltado tres o más días en las últimas dos semanas de clase, en comparación con uno de cada diez estudiantes de liceos privados”.
Desempeños y trayectorias
En el informe se encuentra una relación entre las características sociodemográficas y las trayectorias con los desempeños. Una de ellas es que cuanto menos expectativas educativas, –si se repitió en primaria y educación media y si hay “altos niveles” de inasistencia–, se observan “menores puntajes en lectura y matemática”.
Por otro lado, aquellos estudiantes que comenzaron el jardín antes de los tres años, tienen un mejor desempeño que los que arrancaron más tarde. A su vez, “controlando el efecto de la repetición”, los estudiantes de ascendencia blanca y con más edad logran mejores resultados en la lectura, lo que podría asociarse “al proceso de desarrollo de los adolescentes”.
El Ineed recordó que ANEP pretendía que el porcentaje de estudiantes por debajo del nivel 3 en desempeño en lectura se reduzca a 21% para 2023. Sin embargo, hasta 2022 y con respecto a 2018, el porcentaje en ese nivel aumentó 2,2 puntos porcentuales: es de 24,9%. Según el informe, la mayoría del estudiantado se encuentra en los “niveles de desempeño intermedio”, es decir, en el nivel 3 y 4, mientras que 19,7% llega a los niveles más altos (5 y 6) y cerca de 25% se encuentra en los niveles más bajos, el 1 y el 2.
“En términos generales, se observa un crecimiento de las brechas entre los estudiantes de centros del contexto muy favorable y muy desfavorable. La diferencia en el porcentaje de estudiantes en los niveles más bajos que se observa entre dichos contextos aumentó 6,6 puntos porcentuales”, sentenciaron. Otro de los factores que se evidenció es que el desempeño vinculado a la lectura se relaciona con el rezago: “Los puntajes de quienes no tienen ningún año de rezago son más altos que los de quienes tienen al menos un año de rezago, aun controlando el efecto del contexto socioeconómico y cultural del centro”.
La meta de aprendizaje de la ANEP con respecto a matemática y tener menor porcentaje de estudiantes por debajo del nivel 3 “será difícil de cumplir”, aseguraron. Es que para 2023 ANEP prevé tener menos de 62% del estudiantado por debajo de ese nivel, pero hasta 2022 era de 66%.
El incremento de esta cantidad se observa en todos los contextos socioeconómicos pero “presenta menor magnitud en los centros del contexto muy favorable (2%) que en los de los demás contextos (entre 4,1% y 6,5%), lo cual hace que las brechas aumenten”. Casi 60% de los estudiantes presentó un desempeño en matemática del nivel 2, 22% estaba en nivel 3 y 11,7% en los niveles 4 y 5.
Una de las conclusiones al respecto de este último punto es que no se encontraron “diferencias en los puntajes de matemática entre los estudiantes de liceos públicos y privados ni entre quienes asisten a liceos públicos y escuelas técnicas con ciclo básico tecnológico”. Por otra parte, los puntajes promedio de los privados son más altos que las escuelas técnicas y los de las escuelas técnicas con formación profesional básica “son más bajos que los de los demás tipos de curso, aun controlando el efecto del contexto”.
Por su parte, el informe establece que “los estudiantes sin rezago tienen un puntaje promedio mayor en matemática que sus pares con al menos un año de rezago, aun controlando el efecto del contexto”. Por otro lado, visualizaron que aumentó el porcentaje de estudiantes sin rezago en comparación con 2018, lo que interpretaron puede deberse a la flexibilización del pasaje de grado. “Podría interpretarse que el descenso en los puntajes de quienes no presentan rezago implique que en 2020 y 2021 hayan aprobado estudiantes que, dado su desempeño, no lo habrían hecho en años anteriores”, complementaron.
Por último, concluyeron con respecto al desempeño que “la fuerte inequidad del sistema educativo uruguayo se continúa observando” en esta área, “ya que el desempeño de los estudiantes se explica, en gran medida, por el contexto socioeconómico y cultural”.
Clima escolar y habilidades socioemocionales
La inseguridad en los centros educativos y sus alrededores ha sido uno de los temas que más preocupación ha generado en los colectivos docentes y estudiantiles en el último tiempo. En tanto, fue uno de los puntos relevados por Aristas: 25% de los estudiantes declaró “sentirse nada seguro o poco seguro en el camino entre el liceo o la escuela técnica y sus hogares, así como en la manzana, cuadra o puerta del centro”. Similar fue el porcentaje de la percepción de inseguridad en los baños de los centros educativos, por el contrario de los demás espacios, especialmente en las aulas, en las que los estudiantes manifiestan sentirse más seguros.
La sensación de inseguridad es mayor en el estudiantado que asiste a centros “de contexto socioeconómico y cultural muy desfavorable y disminuye conforme el contexto se hace más favorable”. A su vez, los estudiantes que asisten a liceos privados reportaron sentirse más seguros que los demás. Más allá de estos puntos, concluyeron que lo que más incide en el desempeño estudiantil son los vínculos entre estudiantes y docentes.
Otra de las variables que disminuyó en comparación con 2018 fue el manejo de “habilidades inter e intrapersonales” y, en sintonía, también aumentaron “levemente” las conductas de riesgo. En cuanto a la motivación y autorregulación los niveles se mantuvieron parecidos. Estos resultados son asociados también a la pandemia, ya que se produjo “en mayor medida en los centros de contextos más desfavorables”.
En vinculación con los desempeños, el informe interpretó que “la motivación y autorregulación es la dimensión de las habilidades socioemocionales” que más se relaciona, y que, por tanto, “a mayores valores de este índice, mejores son los resultados de matemática y lectura. Por el contrario, las conductas externalizantes afectan negativamente los desempeños, principalmente en lectura”.
Como conclusión final, el Ineed afirmó que los desafíos para mejorar los diversos puntos presentados en el informe, “trascienden claramente el ámbito educativo y requieren, además, de la articulación entre diversas políticas públicas orientadas principalmente al apoyo de los niños y adolescentes de contextos más desfavorables”.