El documento preliminar para un nuevo plan en bachillerato fue votado en el Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) en una sesión de tres integrantes. Julián Mazzoni, uno de los consejeros docentes en el organismo, estaba de viaje, mientras que Juan Gabito, consejero designado políticamente, estaba en uso de su licencia, que había adelantado por diferencias con la conducción del ente, a cargo de Robert Silva.

A su regreso, el consejero se encontró con ese documento ya aprobado, aunque su carácter preliminar lo deja abierto a cambios. Consultado por la diaria, Gabito afirmó que en su caso tiene “oídos bien abiertos” para escuchar críticas y posibles mejoras de la propuesta, tanto de las Asambleas Técnico Docentes como de colectivos docentes. De hecho, este jueves participó en reuniones con Silva en las que recibieron a algunas de las asociaciones profesionales de profesores de la educación media que han planteado reparos, concretamente las de Economía, Contabilidad, Filosofía, Astronomía y Geografía.

Si bien el consejero encuentra algunos problemas en la propuesta y su implementación, también ve varias virtudes que “no son negociables”, igual que la aplicación de los cambios a partir del año que viene. Entre esas virtudes, Gabito analizó que el enfoque general del documento sobre bachillerato “es coherente” con el ya aprobado para la Educación Básica Integrada, que va de primero a noveno grado. También señaló que se cumple con la idea de “poner la centralidad en el estudiante”, ya que “no se ve un salto entre los distintos tramos y tampoco se ve una división marcada” entre Secundaria y UTU.

En ese sentido, estuvo de acuerdo con la idea de “navegabilidad” que aporta el plan para que los estudiantes puedan cambiarse de orientación sin volver atrás, incluso si se trata de subsistemas diferentes. Al respecto, dijo que los adolescentes muchas veces tienen que tomar decisiones curriculares en forma “prematura” y eso no puede afectar su trayectoria futura. Al respecto, también señaló que en muchos casos son los propios padres quienes hacen que sus hijos cursen un determinado trayecto, lo que no siempre coincide con los intereses de los jóvenes.

El consejero también valoró que se mantenga el enfoque competencial de la propuesta y consideró que, “muy por el contrario de lo que se ha planteado”, este no sólo se dirige a un plano material y al mundo del trabajo, y mucho menos a “formar mano de obra barata”. En ese sentido, fundamentó que el plan cuenta con competencias en pensamiento crítico, creativo, científico y también la competencia interpersonal. Por su parte, rechazó que se esté afectando la formación humanística y en ciencias básicas, como han planteado algunos colectivos de docentes, ya que esos espacios están comprendidos en la propuesta.

En suma, Gabito se mostró de acuerdo con que se reduzcan las especialidades de los bachilleratos técnicos de UTU, que actualmente son más de 20 y pasarían a ser 12. Sobre el sistema de optativas, se mostró de acuerdo “en que el estudiante tenga más opciones y que exista la posibilidad de que vaya construyendo su currículum de acuerdo a sus puntos de interés”. Más allá de que el contenido de la propuesta puede variar, el consejero se mostró conforme con la generación de un bachillerato general en Secundaria: “Es algo que deberíamos buscar, aunque este plan no se aprobara en su totalidad”, señaló.

De elefantes y automóviles

Gabito analizó que el problema de la propuesta comienza al establecer qué disciplinas, áreas del saber o materias van a ser obligatorias y cuáles serán opcionales. “A lo que estamos asistiendo es como aquel viejo chiste de cómo poner cuatro elefantes en un Volkswagen, y la respuesta es dos adelante y dos atrás”, ilustró. “Si querés mantener todo lo que había y además agregarle temas, es imposible, porque no te da el tiempo, no te dan los docentes, no te dan las aulas. Hay que tomar decisiones que a veces son bastante difíciles y si, además, tenés diagnósticos que te dicen que el problema principal es la falta de dominio de la lengua y de razonamiento matemático y querés enfatizar esos dos aspectos, se complica bastante, porque no podés mantener la misma carga horaria que tenías antes corrigiendo estos dos aspectos, cuando también se agregan nuevos campos de saberes”, expresó.

Según planteó, eso ahora “se traduce en que hay una disputa por las cargas horarias que le corresponden a cada disciplina”, y en algunos casos también por el nombre de la asignatura o por los contenidos que aborda.

Por su parte, el consejero dijo que también le preocupa la necesidad de “guardar coherencia” entre los cambios en bachillerato y el nuevo plan de formación docente, particularmente con la carrera de profesorado. Según ilustró, “si yo tengo una carrera de profesorado en Economía, después no la puedo suprimir de los programas de educación media”.

Respecto de ese tema, planteó que también está preocupado por quiénes serán los docentes de las nuevas materias que se crearán y que se aplicarán en forma masiva en Secundaria y UTU. “Puedo decir que tengo una asignatura que se llama Robótica, pero ¿dónde están los profesores de Robótica?”, cuestionó, y agregó que eso implicará reconocer que hay profesores de otras asignaturas preparados para tomar los nuevos cursos. Según dijo, su idea no es “descalificar la propuesta” votada por el Codicen en su ausencia, pero planteó que “le gustaría estar seguro de poder bajarla a tierra”.

En ese plano, entendió que también es importante considerar los recursos con que se contará para su aplicación a partir del año que viene. Según dijo el consejero, eso impacta en las posibilidades de la cantidad de cursos y talleres optativos que se pueden ofrecer y también en los materiales con los que se cuente para hacer nuevas propuestas, como la de robótica.

“A veces hay propuestas que pueden funcionar muy bien en lo micro. Estoy pensando en un liceo o en un colegio privado, pero en la escala general masiva es bastante más difícil, y eso es lo que nosotros tenemos que tener en cuenta”, completó. Sobre los recursos pedidos por la ANEP en la actual Rendición de Cuentas, Gabito dijo que en principio no están dirigidos a esos aspectos sino a la contratación de figuras como los mentores y a instancias de formación para los docentes. “No lo veo para la aplicación de este nuevo plan”, sostuvo.