El 20 de mayo tampoco es cualquier día para las adolescencias organizadas. Por memoria, por justicia y porque nunca más haya terrorismo de Estado, cada año gran parte de los gremios estudiantiles de la educación media organizan diversas actividades e intervenciones conmemorativas.

Pegar margaritas, colgar pancartas, carteles, pintar muros, que toquen bandas, que marche la gente, que marche el estudiantado: las propuestas suelen ser muchas, y la convocatoria a que las y los estudiantes caminen entremezclados con las distintas generaciones en la Marcha del Silencio es de las pocas que persisten año tras año.

“Como gremio estudiantil, nos vemos en la obligación de seguir creando conciencia de lo que pasó, y continuar trabajando por la memoria colectiva del Uruguay. Lxs estudiantes no olvidamos”, manifestó en su cuenta de Instagram el Gremio Estudiantil del liceo Francisco Bauzá (GEB), en la publicación en un video en el que una estudiante cuenta la historia de la detenida desaparecida María Claudia García de Gelman. “Desde el GEB les traemos este relato, remarcando que lxs estudiantes tenemos memoria, y sobre todo, seguimos defendiendo la historia real de los hechos, no la que se nos quiere enseñar”, resaltaron.

El Gremio Estudiantil del liceo Dámaso Antonio Larrañaga convocó a que mañana a las 19:00 el estudiantado se encuentre en Avenida Centenario y Jaime Cibils para repintar el “Memorial de los estudiantes”, y para crear y colocar margaritas. El Gremio Estudiantil del liceo Zorrilla (GEZ) apostó también por lo artístico: el jueves, bajo el lema “Lxs estudiantes no olvidamos y los llevamos en la memoria. Nunca más”, realizaron toques y pintaron la vereda con frases vinculadas a la temática. Al mismo tiempo, a partir de las 12:30, hicieron un paro activo estudiantil.

Asimismo, tanto el GEB como el GEZ resaltaron otra mirada en común: su visión sobre los cambios implementados por las autoridades educativas en el programa de Historia de cuarto año, que fue modificado en el marco de la transformación educativa. “Las autoridades han querido instaurar políticas negacionistas en los programas de Historia de cuarto año. Lxs estudiantes seguiremos luchando para que se reconozcan los delitos de lesa humanidad y que se enseñen como lo que son: terrorismo de Estado”, aseguraron desde el GEZ a través de su Instagram.

El GEB especificó que “a raíz de la reforma educativa que implantó está gestión, se eliminó el concepto de ‘terrorismo de Estado’ de las aulas de Historia”. “Cómo estudiantes agremiados, esto no sólo nos preocupa, sino que nos duele profundamente”, manifestaron. Es que para el gremio se trata de “otro intento de eliminar la historia nacional de la conciencia de las futuras generaciones, dejando en el olvido esta época tan oscura de nuestro país”. En ese marco, se preguntaron: “¿Por qué hay tanto miedo de un pueblo con conciencia? ¿Qué esperan conseguir de mantenernos ignorantes?”.

A propósito, la presidenta del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública, Virginia Cáceres, fue consultada en una rueda de prensa esta semana: “Nosotros no sacamos el concepto ‘terrorismo de Estado’ de los programas, nosotros tenemos que comparar el programa que está vigente hoy, que es el nuevo programa, con los programas que estaban vigentes, la reformulación 2006. Cuando uno mira los tres programas de cuarto, quinto y sexto de bachillerato de reformulación 2006, que eran los que estaban vigentes, de hecho quinto y sexto sigue estando vigente, no está allí la palabra ‘terrorismo de Estado’”.

La disconformidad con los nuevos programas de Historia no fue el único punto que desde los gremios estudiantiles rechazaron y denunciaron en el marco del 20 de mayo. De hecho, tres centros educativos aseguraron que fueron censurados por parte de las autoridades de Secundaria.

“¿No quieren que hablemos de terrorismo de Estado?”

“La DGES [Dirección General de Educación Secundaria] censura actividades gremiales por el #MesDeLaMemoria. ¿No quieren que hablemos de terrorismo de Estado?”, denunciaron desde el Gremio Estudiantil del liceo Salinas 1 (GESA) en su Instagram.

A través de un comunicado, el GESA expuso la situación: en el marco de la Marcha del Silencio, el gremio “organizó y pidió autorización a la dirección del liceo para llevar adelante un café literario con la temática de derechos humanos y memoria histórica, para promover la concientización e intercambio sobre el período de terrorismo de Estado y la lucha por verdad y justicia”.

El evento finalmente se pudo llevar adelante, el jueves, después de que la semana previa coordinaran “los detalles en el mejor de los términos con la dirección, la cual autorizó la actividad”, y de que el viernes de esa semana compartieran la invitación en sus redes sociales. Sin embargo, el lunes, “cuando cuatro compañeros del gremio se disponían a pasar por los grupos para invitar a la actividad, la dirección los citó para informarles que la autorización había sido cancelada por orden de la DGES, mediante la Inspección de Institutos y Liceos y la Inspección Regional”.

Intervención artística de los estudiantes del liceo Zorrilla.

Intervención artística de los estudiantes del liceo Zorrilla.

Foto: Ernesto Ryan

De acuerdo a las y los estudiantes, el argumento principal fue que el espacio donde iban a llevar a cabo la actividad –la biblioteca del centro educativo – “no era adecuado para el desarrollo de actividades gremiales, sino estrictamente académicas”. Así fue que la directora consultó “a la inspectora de Institutos y Liceos regional de la Costa sobre la posibilidad de realizar el café literario con las mismas características en otro espacio del liceo, que actualmente no se utiliza y es conocido como ‘La Casita’” y, según afirmaron, se encuentra en el predio del liceo, “pero separado del edificio principal”. 

A pesar del intento, “la inspección notificó que la actividad no podía realizarse en ningún espacio del liceo”, con la utilización de “una resolución del año 1992 como respaldo normativo de la decisión tomada”. Luego, la directora se “retractó” y les informó que “esa circular ya había sido derogada”, y también la inspectora de Institutos y Liceos de la zona fue al centro educativo a dialogar con el gremio. “Aunque inicialmente planteó que debíamos realizar el evento como un ‘proyecto’ con profesores de literatura (restándole autonomía a la herramienta gremial), luego sugirió que podíamos plantearlo sólo como gremio. Se nos indicó que debíamos presentar una propuesta ‘sistematizada’, escrita, detallando los objetivos de la actividad para que la dirección liceal la eleve a la inspección”, explicaron.

Para el GESA, no obstante, no hay “ningún respaldo normativo para esta exigencia”. Asimismo, señalaron que aunque enviaran el proyecto, la inspectora manifestó que era “improbable” que fuera autorizado en la misma semana, y por tanto no iban a poder efectuar la actividad antes de la marcha. Además del café literario, el gremio también había solicitado llevar a cabo una exposición con fotos de los desaparecidos en el hall del liceo. En cuanto a esta actividad, a pesar de haber recibido la autorización de la dirección del liceo, “la inspectora dio marcha atrás a esa decisión asegurando que cualquier exposición impulsada por el gremio sólo puede limitarse al espacio de la cartelera gremial, sin brindar argumentos sólidos al respecto”.

“No permitiremos ni soportaremos este atropello, que apunta contra los estudiantes organizados y contra la lucha por memoria, verdad y justicia. No podrán silenciar estos temas en la educación pública, seguiremos hablando, reflexionando e intercambiando en torno a los derechos humanos, luchando por la memoria, contra la impunidad, y afirmando que fue terrorismo de Estado”, aseguraron en el mismo comunicado.

Los docentes de la filial de Salinas de la Federación Nacional de Profesores de Educación Secundaria (Fenapes) se solidarizaron con el gremio estudiantil. A través de un comunicado, le manifestaron su “apoyo total” ante “la censura a las libertades gremiales estudiantiles por parte de la DGES”, ya que “les estudiantes están amparados y avalados por el Estatuto del Estudiante en su artículo 5 y tienen todo su derecho de llevar adelante este café literario por la memoria”.

“Rechazamos enfáticamente las medidas autoritarias tomadas por la DGES, medidas más acordes a tiempos oscuros de nuestra historia, medidas de censura, de estigmatización y de políticas del miedo que tan mal le hacen a nuestra democracia”, concluyeron desde el núcleo sindical.

Cáceres también fue consultada por la situación ocurrida en Salinas. “La verdad es que preferiría no opinar al respecto porque no sé qué fue lo que pasó”, dijo. Aun así, enfatizó: “Por supuesto que en términos generales las prohibiciones nunca son buenas”.

Pese a todo

En conversación con la diaria, desde el GESA dijeron que, finalmente, resolvieron llevar adelante la actividad de todas formas, pero afuera del liceo, en la puerta, “entendiendo que no es lo mismo, que obviamente las características de la actividad iban a ser otras que los objetivos principales, que eran el diálogo ameno y tranquilo”. 

El gremio tomó la decisión “como forma de demostrar que no es posible silenciar una actividad gremial de ese modo tan simple, tan autoritario, desde las autoridades, y más sobre un tema tan importante como la memoria y cuando estamos hablando de un período en el que justamente la censura era lo más habitual”. 

A la puerta del liceo Salinas 1 se acercaron estudiantes no agremiados del centro educativo, del gremio estudiantil del liceo de El Pinar, del Centro de Estudiantes del CERP de Atlántida, la filial de la Fenapes, integrantes de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, como Elena Zaffaroni. Una de las presencias que, aseguraron, causó mayor “emoción”, fue la de Sara Méndez, detenida en dictadura y apartada de su hijo, a quien recuperó más de 20 años después. Méndez dirigió algunas palabras a las personas presentes.

“La actividad se desarrolló tranquilamente, sin ningún altercado”, aseguraron desde el gremio. A su vez, señalaron que se sintieron “muy respaldados por las organizaciones de la zona, los vecinos, los estudiantes y los docentes”, lo que permitió que, a pesar de todo, pudieran “compartir los textos que teníamos preparados” y expresar su “intención de que no se deje de hablar de terrorismo de Estado en los ámbitos educativos”. Leyeron textos de presos políticos, de mártires estudiantiles, de escritores como Mario Benedetti y Eduardo Galeano, y ciertas reseñas “sobre la literatura de esos años”.

Aunque la actividad igualmente haya tenido lugar y “de forma muy satisfactoria”, el GESA aseguró que continuarán “discutiendo y pensando nuevas medidas” y actividades, como gremio y también en coordinación con otros gremios y organizaciones educativas. 

No es el único 

El Gremio Estudiantil del liceo 26 vivió una situación similar: recibió una extensa serie de requisitos por parte de la DGES para concretar una actividad referida a la memoria. En diálogo con la diaria, desde el gremio narraron que el 20 de abril enviaron una solicitud a la dirección del centro educativo para poder pintar un muro que separa el patio del liceo con la calle.

La idea era recordar en el muro a Rafael Lezama, exestudiante del liceo detenido desaparecido, e invitar a su familia a que viera el resultado. De ese modo, se proponían “dar a conocer a los alumnos del liceo quién fue, contar su historia; porque no hay otro espacio en el que se cuente”.

Sara Méndez en la actividad organizada por los estudiantes del liceo de Salinas. Foto: Sofía Giménez

Sara Méndez en la actividad organizada por los estudiantes del liceo de Salinas. Foto: Sofía Giménez

Sin embargo, diez días después de haber enviado la solicitud, la dirección les dijo que la propuesta “no fue aprobada” y les exigieron “un montón de requisitos” que consideraron “bastante excesivos, porque el muro da hacia afuera” y no se solicitó material para realizar la actividad.

Les pidieron lo siguiente: que haya una “asignatura implicada, docentes a cargo, objetivos del proyecto, desarrollo de las actividades que se realizarían, cronograma de ejecución, impacto en la evaluación, boceto del mural, materiales a usar, su financiación y foto del muro”. “Todo eso se nos pidió teniendo en cuenta que es un muro que además de dar a las afueras del liceo, está en desuso y grafiteado”, manifestaron. Asimismo, rechazaron que sean necesarios una asignatura y un docente a cargo del proyecto: “Esto claramente es una falta de respeto a nuestros derechos como institución gremial, porque tenemos autonomía de realizarlo”, agregaron.

Luego de recibir los requisitos, el gremio estudiantil emitió un nuevo documento con los puntos solicitados por la institución, menos el referido a la asignatura y al docente a cargo de la actividad. A pesar de ello, todavía no obtuvieron una respuesta, por lo que decidieron una “opción alternativa” para que el 20 de mayo no pase en silencio: “Vamos a hacer una pancarta y colgarla en frente al liceo. La idea principal es realizar el mural en la pancarta, y hacer otra sobre la censura”.

“Es bastante fuerte porque nosotros como gremio se supone que podemos hacer actividades bajo nuestro nombre, y que nos pidan una asignatura a cargo nos saca bastantes posibilidades de realizar actividades”, concluyeron.

Las pancartas, sin embargo, también han sido cuestionadas. El Gremio Estudiantil del liceo IAVA (GEI) resolvió, en el marco del 20 de mayo, pintar el viernes margaritas en la vereda del centro educativo, hacer pegatinas y colocar margaritas impresas con la frase “Memoria, verdad y justicia” en los salones del centro educativo.

“La educación es diálogo”, “Menos promesas, más presupuesto”, “¿Dónde están?” son algunas de las frases que el GEI colocó en pancartas días atrás. “Después de colgarlas, nos avisa la dirección que de parte de la inspección existe la disposición de bajarlas”, manifestó a la diaria Lautaro Gutiérrez, vocero del gremio e integrante de la Coordinadora de Gremios de Secundaria del Área Metropolitana.

En asamblea, el GEI resolvió dejar las pancartas hasta que les acepten una reunión para dialogar sobre esta y otras problemáticas del centro educativo, con la inspección, la inspectora de Institutos y Liceos regional y la dirección del centro.

Por otro lado, el estudiante aseguró que van a “sacar un comunicado denunciando esta situación de censura” y dijo que ellos no son “los únicos”, en referencia a lo acontecido en el liceo de Salinas 1 y en el 26. Según explicó, hoy la coordinadora “lo va a discutir para ver qué medidas tomar para denunciar estas situaciones que son sistemáticas, porque la DGES es la misma para todos los liceos y actúa a través de las inspecciones”.

Para Gutiérrez, “las autoridades siguen demostrando que no apuestan al diálogo y a la construcción colectiva, sino que de una manera más autoritaria mandan a bajar pancartas, bajar cafés literarios; censurar, en definitiva”. El estudiante también hizo énfasis en la eliminación del concepto de “terrorismo de Estado” en el plan de Historia: “Tratan de hacer un blanqueamiento, de que nuestro pueblo y los gurises olviden lo que pasó en esa época tan oscura”.

De generación en generación

El miércoles, el Colectivo de Docentes Jubilados de la Educación Pública manifestó en una carta: “A lo largo de la presente administración nos hemos encontrado con señales inequívocas de posturas represivas que han tratado insistentemente de obstruir la participación y libre expresión de estudiantes, funcionarios y docentes”. 

Si bien aseguraron que “hay infinidad de situaciones que ejemplifican lo expuesto”, se detuvieron en la situación en el liceo IAVA, ya que la consideraron como “la más paradigmática” dado que “tuvo como consecuencia más escandalosa la separación del cargo y sumario del director”, así como “el vaciamiento deliberado del establecimiento educativo”. 

También hicieron referencia a dos hechos recientes que consideraron de una “inocultable gravedad”: “La oposición del director General de UTU [Juan Pereyra] a la colocación de una placa de memoria en el local de la Escuela de Malvín Norte” y la inhabilitación del café literario en el liceo Salinas 1. “No queda duda alguna de que las actuales autoridades exhiben compulsivamente su afán de impedir el desarrollo de actividades que se sustentan en la libertad de pensamiento, la libre expresión y el derecho de formar colectivos para pensar y actuar con otros/as”, concluyeron.

En este contexto, desde el colectivo reclamaron una “urgente revisión de estos modos antidemocráticos de actuación que dañan la educación, a sus actores y a la sociedad en su conjunto”.