La pregunta que titula al VI Seminario de Aprendizaje y Servicio Solidario es “amplia” y también compleja de responder sistematizadamente, según los propios expositores. “¿Para qué sirve la educación?” fue el cuestionamiento que atravesó la mesa de apertura del seminario, realizada en la sala Bauzá del edificio central de la Universidad Católica del Uruguay (UCU).

La mesa comenzó a las 14.00 y luego hubo un panel de experiencias. Al finalizar, el seminario continuó en distintos espacios de la UCU, atravesado por la misma temática pero bajo distintas modalidades: se realizaron cinco grupos de diálogo, bajo los ejes “educación y trabajo”, “educación y habilidades socioemocionales”, “educación y justicia social”, “educación y sostenibilidad” y “educación, inclusión y género”. Además, se presentó la publicación Cómo desarrollar proyectos de aprendizaje-servicio solidario. Manual para los diversos niveles educativos y la educación no formal y, por último, se habilitó una instancia de conclusiones y cierre del encuentro.

La primera mesa, que intentó responder a la pregunta central que convocó a los participantes, tuvo como expositores a Cindy Mels, directora del Departamento de Educación de la UCU, a María Nieves Tapia, fundadora y directora del Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario (Clayss), a Luis Parodi, exdirector de la cárcel vieja de Punta de Rieles y coordinador de La Casa de los Sueños –proyecto sociocultural para personas en situación de calle–, y como moderadora a Zelmira May, especialista del Programa para Educación de la Oficina Regional de Ciencias para Latinoamérica y el Caribe en la Unesco.

A sala llena, Mels admitió que, en un principio, creyó que la pregunta era “retórica” y “un nombre raro” para un seminario. Sin embargo, luego cambió de opinión: “Qué buena y necesaria la pregunta, porque en las últimas décadas, no sólo en Uruguay sino a nivel internacional, hemos dedicado mucho tiempo a la discusión de cómo educar y cómo educar mejor en base a competencias, pero hemos descuidado la pregunta de para qué educar, y así contestar el cómo es muy difícil”.

A partir de esa dicotomía, Mels señaló que volvió a sus raíces de pedagoga y a la importancia de visualizar la educación de una manera “amplia”, mucho más allá de sólo la educación formal: “También lo es la no formal, la rehabilitación de personas privadas de libertad, de la drogodependencia, de la integración de personas en situación de vulnerabilidad social”.

Para Mels, sin embargo, en Uruguay “cuesta ampliar nuestra mirada sobre la educación”. Contextualizó con que, “históricamente, la educación se acota a lo escolar, y los sistemas de educación se desarrollan como una herramienta del Estado para civilizar, homogeneizar, controlar a la ciudadanía y, por otro lado, formar mano de obra, fuerzas de trabajo, para poder atender las necesidades y llegar a un desarrollo económico”.

Aun así, manifestó que con el paso del tiempo “hubo muchos cambios de paradigma, agenda de derechos, ampliación de acceso a la educación en términos de inclusión, globalización”. Pero si el foco es “¿para qué sirve la educación?”, la pedagoga afirmó que “es importante darnos cuenta de que en el fondo siempre hay una cuestión normativa: qué tipo de ciudadano queremos formar, y en esto no estamos de acuerdo del todo como sociedad y hace décadas que ya no lo discutimos”.

Mels concluyó que la pregunta central puede responderse de la siguiente manera: “Para llegar a tener una sociedad más solidaria, para que como personas sepamos convivir mejor con los demás, para lograr una sociedad más justa, más crítica consigo misma, que mira adelante y que busca usar la innovación para aprendizajes”. Por último, subrayó la necesidad de que “como ciudadanía y ciudad, volvamos a poner ese debate sobre la mesa”.

Según la Unesco, el aprendizaje en servicio es “la pedagogía del futuro”

“La educación es una pelea ideológica entre lo que yo pienso y lo que tú piensas del otro, los otros, la vida, los géneros, en un ambiente posible”, esgrimió Parodi. En ese marco y en relación con lo establecido por Mels, el exdirector de la cárcel de Punta de Rieles manifestó que si bien se cree que la educación no formal “tiene una cosa como de basurita”, en realidad, “van juntos” con la formal.

Asimismo, opinó que la educación tiene “tres patas fundamentales”: “hábitos, normas, valores y códigos”, por un lado; “bases técnicas”, por el otro; y, por último, la “parte política, que es la formación del ciudadano político”. De acuerdo con Parodi, “somos formadores de democracia o deberíamos serlo en todos los ámbitos, ya que la educación no tiene sentido si no es para vivir con otros”.

Por otro lado, agregó que la educación también “tiene una pata basada en derechos humanos”. Narró que “la gente vive y muere en lo cotidiano”, que “de mañana hacemos todos la misma cosa: nos levantamos, nos lavamos los dientes, algunos nos bañamos, algunos no”, y que, por lo tanto, “¿si la educación no nos sirve para mejorar esa cotidianidad, para qué nos serviría?”.

A modo de conclusión, Parodi señaló que “la educación, entonces, es poder transmitir y apropiarnos de lo que hacemos, y tiene la obligación de democratizar el patrimonio cultural de la época actual”.

Tapia, por su parte, manifestó que la pregunta base del seminario la retrotrajo al lema que caracteriza a Clayss: “Aprender sirve, servir enseña”. “Nacimos con esta convicción de que aprender tiene que servir y de que poniendo el conocimiento al servicio de los demás se aprenden cosas que no siempre se aprenden en los libros y en las aulas”, dijo.

Justamente, enfatizó en que con “el aprendizaje del servicio estamos siempre juntando el aula y el afuera, la teoría y la práctica”. De acuerdo con Tapia, este aprendizaje consta de tres características: “servicio solidario, protagonismo juvenil –de los estudiantes, porque nadie aprende a ser ciudadano mirando a los demás, sino que hay que practicarlo en primera persona– y la articulación intencionada con aprendizajes, que es lo que lo diferencia del trabajo social o el voluntariado”.

“Involucrar el corazón, el trabajo, las manos”, complementó. De hecho, Tapia enfatizó que, según la Unesco, el aprendizaje en servicio “es una de las pedagogías del futuro”. “Cuando la Unesco dice que los problemas de la humanidad hoy son tan complejos que no pueden ser resueltos desde la individualidad, la educación tiene que dejar de pensarse como formación de individuos que hagan carrera” y, en lugar de eso, en “formar una generación que sea capaz de trabajar juntos y resolver problemas complejos”, porque “el aprendizaje en servicio ayuda a formar ciudadanía desde lo real”, aseguró.

La educación necesita más presupuesto y separación del modelo “clásico”

La moderadora se encargó de enfatizar que junto a los expositores se llegó, sin planearlo, al acuerdo de que “cuando hablamos de educación nos quedamos en la obligatoria y formal, cuando en realidad aprendemos todo el tiempo en otros ámbitos y etapas de la vida”.

Para cerrar, May les pidió a los oradores que manifestaran, de manera breve, una wishlist sobre lo que necesita la educación del país. “Presupuesto es lo principal”, manifestó Tapia. En ese sentido, especificó que es relevante que haya “recursos para reconocer y formar a los docentes”.

Asimismo, dijo que otro de sus deseos es que “el aprendizaje de servicio sea una política educativa respaldada y no una moda que se impone, sino un reconocimiento de prácticas que en el sistema educativo uruguayo ya están instaladas y que se hacen a pulmón, pero merecen ser reconocidas, acompañadas y difundidas”.

Parodi, en tanto, dijo que “sin despreciar lo institucional”, en Uruguay “a veces aborta o niega o no deja el desarrollo de la organización política y social”. “Está bueno lo institucional, pero después falta: ¿qué pasa con la gente real?; ¿cómo vive?”, se preguntó.

Por último, Mels señaló que su principal deseo “sería romper por una vez el modelo de educación clásico”, del que “no estamos logrando salir”. Al igual que Tapia, enfatizó en la importancia de que haya mayor formación docente. “La educación requiere el compromiso de todos los que estamos acá presentes”, finalizó May.