La Universidad del Trabajo del Uruguay (UTU) lanzó la semana pasada una red nacional de 24 nodos de innovación abierta, espacios territoriales que funcionarán como puntos de encuentro entre educación, empresa, comunidad y gobierno local. Su objetivo, explicó el subdirector de UTU, Wilson Netto, a la diaria, es “construir de forma colectiva soluciones a los problemas concretos del territorio” y “promover una cultura de innovación que involucre a toda la sociedad”.
“No existe un proceso de innovación si no está involucrada la sociedad en su conjunto”, afirmó Netto. “En los nodos van a participar estudiantes, trabajadores, jubilados, empleados municipales, empresarios, docentes y personas de la sociedad civil”.
Cada nodo contará con un “banco de problemas”, una herramienta que sistematiza las necesidades y desafíos del territorio –desde cuestiones tecnológicas hasta sociales o educativas– y que servirá como punto de partida para el trabajo conjunto. “El banco de problemas es una construcción colectiva y las soluciones también se desarrollan en forma colaborativa”, explicó.
Cuatro tipos de innovación
Los nodos se organizarán en torno a cuatro tipologías: tecnológica, educativa, social y de emprendedurismo.
Si bien la UTU “no va a descubrir una nueva molécula ni generar materiales con propiedades fisicoquímicas inéditas”, sí concentrará sus esfuerzos en transferencia tecnológica aplicada, señaló Netto. En el plano educativo, los nodos buscarán nuevas formas de organización y formación, mientras que en lo social apuntarán a abrir espacios de participación y debate sobre los modelos de desarrollo. En paralelo, se promoverá el emprendedurismo local como vía para crear nuevas oportunidades laborales.
“Queremos que UTU no sólo forme los perfiles profesionales que las empresas hoy requieren, sino que contribuya a generar nuevas posibilidades de trabajo en los territorios”, sostuvo.
Cada nodo contará con un auditorio y plataformas de formación abiertas a toda la ciudadanía, con cursos y talleres en áreas como ciberseguridad, inteligencia artificial, internet de las cosas, manejo de datos, finanzas y emprendedurismo. “Es un espacio de aprendizaje continuo, donde circula población diversa, desde estudiantes, trabajadores, jubilados, funcionarios, sociedad civil, y se forma en temas clave para la economía”, dijo.
UTU genera cerca de 5.000 proyectos anuales de fin de carrera en sus niveles medio superior y terciario, pero la mayoría “no tiene visibilidad ni apoyo y termina en un cajón”, reconoció Netto. Los nodos permitirán jerarquizar y acompañar esos proyectos, dándoles seguimiento y posibilidades reales de prototipado.
El sistema incluirá un software con inteligencia artificial para verificar si una idea o solución “ya fue pensada en otro lugar, patentada o es replicable”. Explicó que esto permitirá “agregar valor al trabajo creativo de los estudiantes y enseñarles que su dedicación y tiempo de investigación tienen un valor económico y social”.
Cultura de innovación
Netto subrayó que, en las últimas dos décadas, el sistema educativo uruguayo se descentralizó, con una fuerte expansión en el interior. Hoy, UTU cuenta con más de 50.000 bachilleres y 18.000 estudiantes terciarios, mientras que la Universidad Tecnológica y la Universidad de la República también incrementaron su presencia fuera de Montevideo. Sin embargo, advirtió que “muchos egresados deben migrar para trabajar en su área”, por lo que los nodos buscan vincular conocimiento y desarrollo local.
“Hay que acercar el conocimiento a los desafíos sociales y productivos del país. Si no generamos nuevos emprendimientos en el territorio, seguimos impulsando la migración”, apuntó.
La red de nodos funcionará interconectada, permitiendo que actores de distintos puntos del país colaboren en la solución de problemas comunes. Según Netto, esto “favorece una circulación diferente de información y conocimiento” y promueve la interdisciplinariedad e interrelación entre niveles educativos.
El subdirector destacó que, a diferencia de los modelos tradicionales de triple hélice (gobierno, empresa y academia), los nodos de UTU serán de “N hélices”, porque “participarán muchos más actores: estudiantes, trabajadores, docentes, empresas, organizaciones sociales y gobiernos locales”.
Netto definió la estrategia de UTU como “ambidiestra”, porque “continúa con lo ya construido, pero explora nuevas formas de organización del conocimiento para abordar problemas cada vez más complejos”. En este proceso también participarán el movimiento cooperativo, el Ministerio de Desarrollo Social, el Ministerio de Industria y la Agencia Nacional de Desarrollo, entre otros actores.
“Queremos generar una cultura diferente, una sociedad que quiera ingresar a un proceso de innovación”, concluyó Netto. “Uruguay tiene que avanzar hacia una cultura de innovación si quiere cambiar su posición en la división internacional del trabajo como un importante exportador de materias primas, que está bien que lo continúe haciendo, pero que tiene que ir incrementando la escala de agregar valor a los productos con fines exportables. Innovar no siempre es encontrar la solución, sino generar las condiciones para que la sociedad aprenda, se organice y siga buscando. La clave es construir una cultura de innovación”.