En 2014 y 2015 se presentaron los primeros proyectos de ley para crear una Universidad de la Educación: el primero del Frente Amplio (FA) y el segundo del Partido Colorado (PC). Sin embargo, la propuesta no obtuvo los votos necesarios para ser aprobada.

De cara al próximo período de gobierno frenteamplista, las bases programáticas y las distintas autoridades de la educación plantean como una de las prioridades volver a presentar un proyecto de ley para su creación. Sin embargo, el FA no tiene mayoría parlamentaria y requerirá de acuerdos con el resto de los partidos para llegar a obtener mayorías especiales, es decir, dos tercios de los votos del total de componentes de cada cámara, lo que, según estipula la Constitución de la República, se necesita para crear entes autónomos.

En concreto, en las bases programáticas del FA se plantea la “creación de la Universidad de la Educación, pública autónoma y cogobernada, de carácter nacional, con formación de grado y posgrado integrada y coordinada en el sistema de educación terciaria”.

Asimismo, se proponen “recuperar y fomentar la consolidación de una cultura universitaria y una institucionalidad de carácter universitario para la formación de docentes y educadores”. Por último, se asegura que la institución “requiere del desarrollo de la docencia en estrecha relación con la investigación y la extensión”.

La recepción cabildante

El Partido Nacional, el PC, Cabildo Abierto (CA) e Identidad Soberana: son los cuatro partidos por los que tendrán que ir los diputados y senadores del FA para acordar artículos que logren la mano en alto en ambas cámaras en el quinquenio entrante.

En ese marco, hay dos antecedentes que pueden jugar a favor de la iniciativa. Por un lado, y más recientemente, CA propuso en su programa de gobierno la creación de una “Universidad Pedagógica Nacional”.

“Consideramos que para llevar adelante una real transformación de la educación necesitamos la profesionalización de los docentes, con un plan de formación continua, de mejora de las condiciones de trabajo”, estableció el programa. Asimismo, puntualiza que tal universidad deberá ser “concebida como un ente autónomo”, componerse “por un Consejo Directivo Central con representación de todos los órdenes y en la forma que la ley determinará” e integrar “el Sistema Nacional de Educación Pública como institución de enseñanza terciaria universitaria”.

En el próximo período, la representación de CA será a través de un diputado -Álvaro Perrone- y una diputada -Silvana Pérez Bonavita-. la diaria intentó dialogar con los futuros representantes, pero no tuvo éxito.

Sin embargo, Alejandro Bordagorri, director de formación militar en el Ministerio de Defensa y uno de los responsables de la elaboración de los programas de gobierno de CA en ambos períodos eleccionarios, dijo a este medio que desde la fuerza política se busca “tener una docencia de calidad” con “formación universitaria” para “mejorar los índices educativos” de aprendizaje. Para ello, consideran que la formación de los docentes debe ser de carácter universitario, por medio de un ente autónomo y cogobernado.

De hecho, resaltó que CA no está de acuerdo con el reconocimiento del título universitario de la formación docente mediante el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), promovido por el gobierno actual, ya que allí no ve “que se logre una formación universitaria”.

En ese entendido, si bien dijo que “no se ha discutido a nivel del partido” si los diputados estarán dispuestos a votar el proyecto que presente el Poder Ejecutivo, consideró que se debe introducir “una propuesta innovadora” para que no se estanque, particularmente con CA, partido con el que la idea general es compartida.

Específicamente, manifestó que entre el proyecto pasado del FA y del PC no hay “grandes diferencias”, pero que es necesario “desatar el nudo: la gobernanza”. De acuerdo con Bordagorri, el proyecto que se presente no puede ser como el de 2014. Desde CA, pensaron acerca de la gobernanza de una futura Universidad de la Educación que sea con “un sistema de participación rotativa por competencias y logros profesionales”, tanto con docentes, estudiantes, representantes de organizaciones civiles e internacionales. “Tiene que tener a los tres órdenes, pero tiene que haber algo innovador, si no se va a trancar”, finalizó.

La visión del PC e Identidad Soberana

Pedro Bordaberry, quien volverá al Senado en la legislatura que inicia este año, fue un actor importante en las discusiones parlamentarias anteriores sobre el tema. Consultado por la diaria acerca de si estaría dispuesto a acompañar la creación de un ente autónomo, se limitó a reenviar el proyecto que presentó en 2015 desde su sector, Vamos Uruguay. El proyecto de ley establecía que se creara “la Universidad de la Educación para la formación y profesionalización universitaria de docentes”.

Si bien en líneas generales se mantienen los objetivos del FA, el entonces senador planteaba que la Universidad de Educación debería estar “dirigida por un Consejo Directivo Central y por un rector que lo presidirá”. Asimismo, el proyecto proponía la integración de “un Consejo Asesor y Consultivo compuesto por los coordinadores regionales y los directores de los Centros Universitarios de Educación”.

En tanto, el Consejo Directivo Central planteado dice ser “el órgano jerarca de la Universidad de Educación y se integrará por siete miembros, los que deberán poseer condiciones personales relevantes, reconocida solvencia y méritos acreditados en temas de educación”; “tres de sus miembros serán designados por el presidente de la República actuando en Consejo de Ministros, previa venia de la Cámara de Senadores”; “por igual procedimiento será designado, entre los propuestos por el Poder Ejecutivo, el rector de la Universidad de Educación, el que también presidirá el Consejo Directivo Central”, quien “tendrá doble voto para el caso de empate”. Aun así, también propuso que haya “tres miembros electos, uno por el cuerpo docente, uno por los egresados y otro por los estudiantes”.

Si bien el proyecto tenía diferencias en cuanto a la gobernanza de la universidad respecto del presentado por el gobierno, que establecía un sistema de autonomía y cogobierno, Vamos Uruguay votó a favor de este último cuando se discutió en el Parlamento.

Sin embargo, dentro del PC, como sucedió en aquel entonces, hay diferentes miradas sobre el tema. Así lo confirmó a la diaria Robert Silva, senador electo por el sector Crece, quien manifestó desde ya su negativa a votar por una Universidad de la Educación como ente autónomo.

Crece está en contra de un nuevo ente autónomo para la formación docente

“Hay que seguir trabajando en que la formación docente tenga un rango universitario como lo tiene, pero que siga en la órbita de la Formación en Educación con la estructura orgánica de hoy: un Consejo de Formación en Educación de rango universitario, pero dentro de la ANEP” [Administración Nacional de Educación Pública], manifestó.

Si bien dijo estar “abierto a rever lo que haya que rever”, señaló que no tiene “duda de que la formación docente tiene que ser de rango universitario, pero no tiene que atarse a estructuras administrativas burocráticas, sino que hay que seguir con la organización que tenemos”.

En sintonía, hizo referencia a que es necesario que no haya “marcha atrás” en que los docentes obtengan un título universitario, porque sería un “retroceso”. En ese sentido, Silva afirmó que está “dispuesto a escuchar las propuestas de cambio”, pero que trabajará “para que los docentes vuelvan a tener los títulos universitarios, a partir del mecanismo que se considere”. Al respecto, señaló que a su entender la ANEP, por medio del CFE, está habilitado para ser el ente que reconozca la titulación, en vez de que lo haga el MEC, como estableció el actual gobierno.

Por esta misma razón, el senador electo esgrimió que “sería grave cortar” dicho proceso y “generar un nuevo ente autónomo que esté por fuera”. “¿Cuál es el objetivo?, ¿poner una universidad cogobernada? Si hoy tienen cogobierno, hay elecciones. No entiendo cuál es la lógica, es un viejo reclamo que hoy por hoy no es pertinente”, concluyó.

En tanto, el partido Identidad Soberana tendrá, al igual que CA, dos diputados en el próximo período de gobierno. Gustavo Salle, líder de la fuerza política, manifestó en primer lugar que cuando esté la propuesta configurada en proyecto de ley la estudiarán con sus asesores en educación para tener una posición.

Aun así, resaltó que “el problema no es la forma, sino el fondo: en Uruguay perdimos la soberanía en la educación porque vinieron los gringos” por medio del Banco Mundial y, por tanto, su interés está en “recuperar la soberanía de la educación”, lo que, según su mirada, equivale a “sacar a los gringos” del país.

En ese marco, contó que recientemente el designado ministro de Educación y Cultura, José Carlos Mahía, le consultó sobre su visión de la Universidad de la Educación y el cogobierno. Salle narró que su respuesta fue que “no veía mal la participación de los docentes y profesores”, pero que le “interesa saber quiénes son, porque si uno está formado en Sexur [Instituto de Formación Sexológica Integral] y quiere los talleres trans, mejor dejarlo así”.

Los votos necesarios

A partir de la próxima legislatura el FA tendrá 48 votos en la Cámara de Representantes, pero para crear un nuevo ente autónomo necesitará llegar a 65 voluntades, que, por ejemplo, se alcanzarían con los 13 diputados que fueron electos por el lema Vamos Uruguay, los dos de CA y los dos votos de Identidad Soberana. En el Senado, por su parte, el FA tendrá 17 votos -incluyendo el de la vicepresidenta, Carolina Cosse-, por lo que deberá sumar al menos tres votos para llegar a los 20 apoyos. En dicha cámara, Vamos Uruguay cuenta con dos de las cinco bancas coloradas y, además del FA y el PC, sólo tendrá presencia el Partido Nacional, que en campaña electoral se pronunció en contra de crear una Universidad de la Educación.