La casa central del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) desbordó de personas al mediodía de este martes, con motivo de la asunción de las nuevas autoridades del Instituto, la presidenta Claudia Romero y el vicepresidente Mauricio Fuentes.

La instancia contó con la presencia del presidente de la República, Yamandú Orsi, la vicepresidenta, Carolina Cosse, y legisladores de ambas cámaras. De acuerdo a Fuentes, la presencia de las distintas autoridades del nuevo gobierno no es casualidad: además de ser “una alegría”, se trata de “un signo de identidad de este tiempo histórico de que necesitamos poner a los niños, niñas y adolescentes en el centro de la escena, de la política pública y de lo que como país queremos hacer”; “este evento expresa esta señal de aquí para adelante”, aseguró.

Romero también agradeció la presencia de las autoridades. Según manifestó, hay un “compromiso con las infancias y adolescencias” que no asumen “solos”, sino que se trata de una “prioridad de agenda”.

En ese marco, Romero aclaró que actualmente hay 891 centros del INAU en contexto comunitario a través de los cuales “fortalecemos los vínculos, acompañamos, recibimos, desayunamos, almorzamos, vamos atrás de sus intereses y plasmamos acciones para desarrollar sus capacidades de aprender”, señaló.

Según la nueva presidenta, la atención de niños, niñas y adolescentes en tales contextos son la “parte linda” del Instituto y la que “reconforta”. Sin embargo, especificó que el INAU también cuenta con más de 250 centros y familias de acogida para niños, niñas y adolescentes que “a veces” llegan por “razones válidas y otras veces porque no supimos llegar”.

“Esto nos duele, pero no nos acobarda. Tenemos las ganas, la fuerza, el equipo; estamos motivados, sabemos que hay que trabajar con información, con conocimiento basado en evidencia, trabajar fuerte, cada día y en equipo”, manifestó.

Fuentes agregó que el INAU es una institución “atravesada por el dolor desde su inicio”: “Se inicia pensando en las infancias y adolescencias que estaban fuera del sistema, así se construye y es una herencia que arrastramos”, esbozó.

Asimismo, el jerarca resaltó que la pobreza multidimensional afecta a más del 20% de las infancias y adolescencias, que desde el Sistema Integral de Protección a la Infancia y a la Adolescencia contra la Violencia intervinieron en casi 9.000 situaciones de violencia. Además, dijo que sólo este año 20 niños, niñas y adolescentes ingresaron al sistema de salud con heridas de armas de fuego y cuatro de ellos fallecieron.

“INAU está dolido porque no puede dar respuestas efectivas”, continuó Fuentes, y apuntó a que si bien el Instituto está atravesado por los “dolores” antes mencionados, el nuevo equipo de gestión quiere “dar respuesta a esos dolores”.

Las respuestas

Para ello, planteó cuatro dimensiones que prevén abordar durante los cinco años siguientes y que fueron recogidas en base al diálogo con distintos actores vinculados al Instituto y las temáticas en cuestión.

En primer lugar, reiteró que las infancias y adolescencias “están atravesadas” por la pobreza multidimensional y las violencias, y que por esa razón es necesario “desplegar acciones sobre estas dos graves situaciones que están afectando a esta población”, no sólo desde el INAU, sino también en conjunto con otras instituciones.

En segundo lugar, Fuentes aseguró que existe una “urgencia” con los Centros de Protección del INAU de 24 horas. “Están colapsados, hay situaciones de extrema gravedad que se vienen arrastrando y requieren de respuesta urgente, por eso vamos a trabajar en poder adecuar los modelos, generar egresos oportunos, sostenibles, y una nueva forma de trabajo que permita el pleno ejercicio de los derechos de los niños, niñas y adolescentes, mayormente en un contexto comunitario y, si no, que las instituciones efectivamente sean lugares de protección”, esgrimió.

En tercer lugar, el vicepresidente del INAU apuntó que el Instituto necesita estar “en todas las localidades de este país”. Si bien señaló que “las modalidades de tiempo parcial tienen mucha presencia en territorio y son muy valiosas”, anunció que es necesario “habilitar nuevos formatos” que se adecúen a las personas y no al revés. “Vamos a trabajar fuertemente en eso”, aseveró.

Por último, las nuevas autoridades se proponen el “fortalecimiento de la institución” a través de, “al menos, dos dimensiones”: “La formación, la capacitación, la posibilidad de que funcionarios y funcionarias tengan más herramientas y condiciones de trabajo para desarrollar su trabajo del mejor modo posible, y, por otro lado, los sistemas de información de INAU”, narró Fuentes.

Romero se encargó de retomar la palabra para explicar cómo llevar a cabo las cuatro dimensiones hasta ahora planteadas. “Desde el lugar del cuidado, el respeto y el amor vamos a innovar”, aseguró.

Si bien manifestó que también respetarán y protegerán “lo bien hecho”, dijo que es necesario “innovar, porque las coyunturas son diferentes”. En ese marco, Romero enfatizó en que el nuevo equipo va a “responder a las diferencias” personales y de contexto, a “innovar en la información” y a “adquirir nuevas herramientas”. “Vamos a educar, a capacitar de forma innovadora con las niñas, niños y adolescentes en el centro de nuestras políticas, pero, además, con ellas y con ellos, y vamos a defender sus espacios donde resuenan sus voces, intentar que en esos espacios estén representadas para que sus planteos permeen y atraviesen las políticas que vamos a implementar”, manifestó.

En sintonía, Romero señaló que los adultos no sólo deberán “recoger las voces” de las infancias y adolescencias, sino también “empezar a ver con sus lentes”. Además, dijo que apuntará a “acompañar a las familias en sus territorios, desarrollar políticas de gestión territorial para fortalecer sus capacidades de cuidado y para que no sea necesario desvincular a un niño de su familia de origen cuando la razón no es válida”. Al respecto, valoró que “las razones económicas no son válidas” para la desvinculación. Por su parte, marcó la necesidad de acompañar a los funcionarios del INAU, cuidarlos y fortalecer un área de salud ocupacional, porque para sostener los cuidados uno tiene que sentirse cuidado”.

“Algo que nos repetían todos es ‘hay esperanza’, y estamos esperanzados nosotros también”, finalizó.