Por lo menos en Montevideo, la jornada electoral de ayer estuvo marcada por la enorme cantidad de banderas que se vieron en las calles. La gente las colocó en sus casas, en sus autos, o se las puso en los hombros para ir a votar. La mayoría eran del Frente Amplio (FA), pero también aparecieron banderas del Partido Nacional (PN), de Cabildo Abierto (CA), de Unidad Popular (UP), y de los sectores y listas de esos lemas. Los vendedores de banderas facturaron un montón. Iovanna –“empleada”, aclara– tenía su puesto montado en la avenida 8 de Octubre y Garibaldi desde las 10.30. “Lo que más vendí son las banderas grandes del FA y pañuelos del No a la Reforma. Pero también se vendieron del PN: recién vendí dos”, contó a la diaria. Las banderas grandes las vendía a 300 pesos; las banderas para auto, con palo de plástico incluido para colocar en los cristales, dos por 100 pesos; y los pañuelos de No a la Reforma, también a 100.
En la nueva avenida José Belloni y Marrubio, Daniela y Mario, del comité de base del FA La Selva, de Manga, repartían listas de la coalición de izquierda abajo de una gigantesca bandera roja, azul y blanca, que flameaba sobre la calle. El Pony, conocido militante del FA de la zona y padre de Daniela, llegó en una moto, también embanderada. En la esquina, al lado de la mesa, una cucaracha gigante, hecha con tela y relleno de poliestireno expandido, también portaba dos banderas del FA. “La hicimos porque dijeron que los del FA son unas cucarachas”, explicó Daniela.
Poco más adelante, en Belloni y Antares, dos veteranos, Ricardo y Olga, tenían un puesto de entrega de listas de UP. Una gran bandera verde y roja colgada de una columna hacía sombra sobre una mesa llena de listas, pegotines y pins de UP. “Estamos acá, pero de mañana hice circuitos, reponiendo listas, llevando comida a los delegados”, contó Olga.
En el liceo Espigas, de la Fundación Retoño, en Avenida de las Instrucciones, dos delegadas de la lista 880 del PN, que encabeza Juan Sartori, descansaban afuera del calor que hubo durante toda la jornada de ayer. Con remeras azules con el número de la lista en la espalda, Beatriz y Andrea contaron que estaban en el lugar desde las 8.00, y que el flujo mayor de votantes se produjo durante la mañana. De hecho, en el circuito 1.254, ubicado en ese liceo, a las 16.30 habían votado 309 de los 393 habilitados (79%). En los demás circuitos del lugar, las cifras eran similares.
Ayer fue la primera vez que la Corte Electoral dispuso la instalación de circuitos accesibles para personas con discapacidad. En el Colegio y Liceo San Pablo había uno, el 1.897. Las personas en silla de ruedas o con muletas podían acceder desde la calle hasta el interior del lugar, donde estaba ubicado el circuito, sin necesidad de subir ningún escalón.
El voto del exterior
Una de las cosas más curiosas que ocurrieron ayer es que hubo muchos uruguayos radicados en Argentina que, aprovechando que también en la vecina orilla había elecciones, votaron en ambos países. Uno de ellos fue Daniel Pisciottano, secretario de organización del FA en Argentina.
En diálogo con la diaria, Pisciottano, más conocido como El Ruso, dijo que llegó a Uruguay el viernes y aprovechó para ir “al cumpleaños de una sobrina”, se fue el sábado a Santa Rosa, Canelones, donde votó el domingo a primera hora y después regresó a Buenos Aires durante el día para poder votar también allá. “Yo pensaba que acá los circuitos también cerraban a las 18.00, como en Argentina. Si hubiera sabido que acá cerraban más tarde, podía haber votado allá primero y venir al mediodía por Colonia, que llegabas acá a las 16.00”, indicó. Esto fue lo que hizo otro importante grupo de uruguayos.
Pisciottano contó que el FA y Buquebus consiguieron un acuerdo por el que la empresa le rebajó el pasaje “a todo el que venía a votar” y quedó a un precio de 2.000 pesos argentinos, “ida y vuelta”. “Era el compromiso y valió la pena. Ahora [por ayer] estoy mirando la tele y entre medio de los festejos del Frente de Todos hay una bandera grandota del FA”, finalizó.
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