Los organizadores esperaban más de 4.000 personas, pero poco más de la mitad se acercó ayer al faro de Punta Carretas para formar parte del acto final de campaña del precandidato del Partido Nacional (PN) Juan Sartori. Antes de entrar a la carpa, donde habló el precandidato, varios cafeteros, de la misma empresa que está en las canchas de fútbol, invitaban café a los asistentes. Más de uno se sorprendió al enterarse de que era gratis. También regalaban algodón de azúcar, pero no del típico color rosa, sino celeste, blanco y amarillo, los colores identificatorios del precandidato.

Tras ingresar a la carpa, una de las primeras cosas que dijo Sartori fue: “¿Ustedes se acuerdan de lo que era la política uruguaya hace seis meses? En esa época, lo que había era una gran bruma de resignación, porque todos los espacios habían sido ocupados por ese ‘no se puede’, ‘todo es imposible’”.

Contrario a lo que sucede en otros actos, en el de ayer el empresario fue permanentemente interrumpido. No sólo por la batucada, que está siempre en sus actos, sino por todas las personas que habían comprado cornetas, que hacían ruido todo el tiempo y tapaban frecuentemente la voz del precandidato. A cinco minutos de empezar a hablar, Sartori se quitó el sacó, quedó en camisa y se arremangó. “Hace calor acá”, comentó, y quienes estaban más adelante empezaron a vitorear.

Sartoi dijo que en los seis meses que lleva en Uruguay se transformó en “una realidad determinante de la política”, algo que se logró “abriendo las puertas de la política a los ciudadanos”. Afirmó que si gana las elecciones, “vendrán las inversiones” y “habrá empleos”, y reiteró la promesa de crear 100.000 puestos de trabajo. Otra de las promesas que repitió fue la de garantizar medicamentos para los jubilados y pensionistas, por medio de la tarjeta MedicFarma. No hizo referencia directa a la interna de su partido, pero sí aseguró que, “a pesar de las críticas, a pesar los ataques, a pesar de las viejas concepciones de la vieja política, lo único que hemos visto en todo el país es cómo ha aumentado y crecido [nuestro] respaldo”.

Sartori y su equipo han sido señalados como los promotores de la campaña sucia por sus contrincantes, dirigentes de otros partidos e incluso analistas políticos. Sin embargo, ayer aseguró que con él “la unidad del partido será una prioridad”, porque “seremos fuertes en la medida en que el partido sea consciente de que los cuidadnos demandan un liderazgo que tenga el coraje de romper esquemas”.

En varios pasajes de su discurso, se refirió a personas que habría conocido en su gira por el país. Contó que don Mauro, de Canelones, le entregó una “cartita escrita en una servilleta” con el siguiente mensaje: “Decían que era imposible y Leandro Gómez les enseñó lo que es el coraje. Decían que no había plata y Aparicio [Saravia] puso los títulos de sus estancias en la mesa. Decían que era imposible y [Luis Alberto de] Herrera peleó hasta que reunió a todos y ganamos. Decían que no se iban más y Wilson [Ferreira Aldunate] entregó su vida para retornar a la democracia. Decían que la política ya no daba resultados y nadie se anima a hacer nada, pero llegaste vos y todo cambió”.

Los asistentes

Antes de que el empresario devenido en político diera su discurso, hubo espectáculos musicales. El más destacado fue el show de El Reja, que tocó por media hora. Como si se tratase de un boliche, el cantante arengó a la gente, pero no hizo alusiones políticas. En medio de “la pista” estaba Edith, una señora de 80 años que se definió como “una vieja de espíritu joven” y aseguró que siempre votó al PN y ahora en Sartori encontró a alguien “distinto”. “No precisamos nada más que cabeza para la presidencia”, sostuvo. Sobre la promesa de medicamentos gratis, dijo que no es lo que más la entusiasma, porque es sana y no toma remedios, aunque es algo “bienvenido”.

Rodrigo, un joven de 25 años de San Carlos, contó que en elecciones anteriores votó al Frente Amplio y luego en blanco, “porque no me caían mucho”. Sobre el empresario, dijo que supo de él este año, “un mes y algo atrás”, cuando le dijeron que estaban necesitando personas para repartir listas. En esa oportunidad, él rechazó esa posibilidad, pero ahora organiza caravanas. Sartori, aseguró, paga 100 pesos por hora por repartir listas. Sobre las propuestas, destacó: “Quiere seguridad y nos va a dar 5.000 puestos de trabajo; es lo que esperamos”.

Sólo la verdad

El precandidato de Todos, Luis Lacalle Pou, dijo en su cierre de campaña en Salto que en el proceso electoral sólo usó “la verdad” y nunca tuvo que “agredir, descalificar o insultar a nadie”. “No hacemos terrorismo político. Es más, cometemos la imprudencia de hablar bien de los demás”, expresó.