(Hoy es 23 de setiembre. Faltan 34 días para las elecciones nacionales)

Buenos días. Les comento algunas noticias de la campaña electoral que pueden leer hoy en la diaria.

Mal que les pese a otros partidos, la campaña tiende a presentarse cada vez más como un contrapunto entre el Frente Amplio (FA) y el Partido Nacional (PN). Quizá todas las encuestas están midiendo mal las intenciones de voto, o algún otro candidato puede lograr un gran repunte, pero se consolida la percepción de que la disputa por la presidencia será una vez más entre esos dos partidos, y puede llegar un momento en que esto pese de modo irreversible en las decisiones de los votantes.

En algunas áreas esta polarización no ha llegado a manifestarse. Por ejemplo, las propuestas programáticas para la salud presentadas por Augusto Ferreira, asesor en la materia de Luis Lacalle Pou, expresan un enfoque técnico que no jerarquiza sus contradicciones con lo planteado por el oficialismo, ni evita las coincidencias. Pero en otros terrenos, percibidos como prioritarios para la disputa de votos, cada vez importa menos lo que el adversario dice: cuando algo no se rechaza expresamente, se le niega credibilidad; y si no hay un traspié que aprovechar, se actúa como si hubiera existido uno.

Daniel Martínez dijo el sábado que el PC y el PN tuvieron décadas “para cambiar el país y no lo hicieron” (habló concretamente de “70 años”, quizá en referencia al período entre la crisis de mediados del siglo XX y la llegada del FA al gobierno nacional), e insistió en que les falta “sensibilidad” ante los problemas populares. Ayer, en un acto realizado en Punta de Rieles, el candidato frenteamplista sostuvo que a esos partidos y a otros de la actual oposición los une “el odio”. Lacalle Pou le respondió mediante Twitter que esas palabras contradecían la convocatoria anterior de Martínez a un diálogo en busca de políticas de Estado, y el oficialista replicó a su vez, por la misma vía, que el candidato del PN no aceptó aquella invitación.

Por su parte, Lacalle Pou se refirió en Las Toscas, el sábado, a sus propuestas sobre seguridad, o más bien se dedicó a cuestionar las del FA, con un par de afirmaciones inesperadas. Por una parte, consideró indignante y “una gran mentira” que las autoridades vinculen el aumento de la criminalidad con que nuestra sociedad se ha vuelto más violenta. Por otro, alegó que el oficialismo comete “un error de base” al asociar la pobreza con la delincuencia, ya que “los delincuentes más famosos del mundo son multimillonarios”. De todos modos, en esa misma actividad estaba el senador Jorge Larrañaga, quien comentó que hay “barrios enteros dominados por la delincuencia”, y es poco probable que se refiriera a Carrasco.

A todo esto, ayer el FA realizó su primera gran movilización de campaña en Montevideo. Obviamente, su importancia fue subjetiva y simbólica: todos sabemos que en la capital votarán al oficialismo muchísimas más personas que las que fueron al “banderolazo”, pero hasta ahora no habían salido a la calle en grandes cantidades.

Hasta mañana.