En el marco de sus tradicionales almuerzos de trabajo, la Asociación de Dirigentes de Marketing contó este miércoles con la presencia del candidato del Partido Nacional, Álvaro Delgado, quien cerró una serie de encuentros con los dirigentes políticos que se postulan a la presidencia de la República por cada uno de los partidos.
Al inicio de su intervención, pidió disculpas por su afonía y señaló que es comprensible el estado de su voz, ya que viene de varios actos y discursos. “No voy a hablar de propuestas. Quiero hablar de política. Faltan pocos días. Tenemos que decidir entre avanzar y retroceder, entre propuestas y preguntas. Coincidirán conmigo en que esta campaña fue rara”, comenzó Delgado.
Dijo que en 2019 había “olor, ganas y entusiasmo por cambiar”. “El cambio se manifiesta, se milita e identifica. ¿Hoy qué pasa? Ha sido una campaña pobre en la presentación de propuestas. No somos parte de esa explicación. Lo nuestro fue debatir, dar la cara y asistir a donde nos invitaron. Hoy hay un clima mayoritario de continuidad. Silencioso, sin identificar, porque la continuidad no tiene militancia ni balconera. Mirando lo que hicimos y mirando al futuro. Esa continuidad se concretará el 27 de octubre, dando mayoría parlamentaria a la coalición de gobierno. Estoy convencido de eso”, afirmó.
Apuntó que “luego es otra historia, de cara al 24 de noviembre”. “Esta elección es diferente por lo que se juega: más de cinco años por delante. La gente, el 27 de octubre, elige más que un candidato. Elige a un presidente, porque si logramos la mayoría, empezamos a definir el gobierno y a definir quién será el capitán en la Torre Ejecutiva, con aguas en calma y a veces con aguas embravecidas”.
Mencionó que “se llevó una decepción” cuando la dirigencia del Frente Amplio “no tocó la puerta del presidente de la República, Luis Lacalle Pou, para decir: ‘Acá estamos, señor presidente’”, durante la pandemia. “No estuvieron. Hubo excepciones, a veces privadas más que públicas. Nunca perdamos la capacidad de articular, porque nosotros tenemos la obligación. Y a partir del 24 de noviembre, me imagino comenzar a gobernar para todos, no sólo para los que nos votaron”.
“Representamos la continuidad, no el continuismo. Hay cosas para ajustar, para mejorar. Hay cosas nuevas para hacer. Uno tiene el diferencial de saber qué tocar en el tablero de mando, de control. Y si la gente nos acompaña, el 2 de marzo sabemos dónde está el tablero para subir la llave general y comenzar a gobernar sin hacer pretemporada”, afirmó Delgado, quien hizo mención al inicio de un segundo piso de transformaciones.
Pasados los 20 minutos de su oratoria, el candidato nacionalista dijo que quería hablar de confianza. “Creo que lo que hemos generado como gobierno y como coalición, en la gente, es confianza. En todos los aspectos. Damos tranquilidad, previsibilidad y confianza. Con nosotros no hay sorpresas. Hay oportunidades y desarrollo. Y la oposición, por ejemplo, quiere derogar la ley de urgente consideración. Y no somos lo mismo, porque no queremos que vuelvan a gobernar los sindicatos de la educación, como hicieron un paro político días atrás para entregar listas de partidos políticos”, expresó.
“Somos claros. No vamos a subir los impuestos, y en eso somos claros. No somos lo mismo. Nosotros hablamos de represión y ellos no. Ellos romantizan al delincuente, que parece la víctima. Estamos a favor de la papeleta amarilla, a favor de los allanamientos nocturnos, para que no se utilice a las familias para negocios con la pasta base”, dijo Delgado y recibió aplausos.
“Dejé para el final el plebiscito que impulsó el PIT-CNT y parte del Frente Amplio está ensobrando. No lo vamos a acompañar por peligroso, inconveniente y por condicionar el futuro de Uruguay. Porque para financiar esta locura va a haber que subir los impuestos. No podríamos cumplir con el Plan Avanzar, con el Plan de Asentamientos, para enfrentar esta locura”, dijo Delgado.